El comercio de este pueblo de Zamora, sin Internet desde hace seis meses
El corte "sin avisar" de la línea telefónica de cobre que no ha sido sustituida por fibra óptica deja a numerosas familias incomunicadas y sin poder teletrabajar

Una calle de Hermisende, localidad que carece de Internet. | A. SAAVEDRA
El corte "sin avisar" de la línea telefónica de cobre ha dejado a decenas de vecinos de Hermisende sin teléfono fijo y sin acceso a Internet, como denuncian los afectados.
Sin previo aviso se han quedado sin comunicación, sin su número de teléfono y sin opciones al ser una zona de sombra. Tampoco tienen fecha para el despliegue de la fibra óptica en todo el pueblo.
Es el caso de Santiago Fernández Rodríguez, propietario de un negocio de comercio en Hermisende, quien "como vecino de una zona rural, quiero denunciar públicamente la situación de absoluto abandono que estamos viviendo por parte de las operadoras de telecomunicaciones y, en consecuencia, de las administraciones responsables. Hace ya más de medio año nos retiraron el servicio de ADSL, con la promesa de sustituirlo por fibra óptica. Sin embargo, a día de hoy seguimos sin ningún tipo de conexión fija a Internet".
Ha remitido quejas a las administraciones pero sin contestación por ahora. Buscar alternativa tanto de Telefónica y Movistar como de las empresas con las que tenía contratado el servicio dispara el precio y discrimina respecto a los consumidores urbanos.
Su factura se eleva a 150 euros mensuales porque ha tenido que hacer una portabilidad de su número, para no perderlo, a Zamora capital y pagar servicios en la ciudad y en Hermisende. Hay vecinos que han perdido su número de toda la vida e incluso ha desparecido el teléfono público que había en el pueblo de la noche a la mañana.
En su caso y con un establecimiento público, perder el número con el prefijo provincial 980 era un problema por proveedores y clientes. La falta de Internet también perjudica su actividad comercial.
El corte súbito se produjo a finales de 2024 con el compromiso de reponer el servicio en febrero. El compromiso se traduce en seis meses sin teléfono y sin fecha para saber cuándo se despliega la fibra óptica.
Ese alto precio de la factura no supone un servicio de primera sino que "no tengo nada. La cobertura falla muchos" al ser zona de sombra y en la franja de frontera.
Hay personas que teletrabajan o tienen la opción de volver al pueblo a teletrabajar pero la inestabilidad de la cobertura disuade de momento a los interesados "no todo el mundo quiere venir a los pueblos pero al que le gustaría venir, al menos que se le den facilidades y no problemas".
Este corte ha dejado "a muchas familias incomunicadas, sin poder teletrabajar, acceder a trámites administrativos o incluso permitir que sus hijos estudien en condiciones. Todo ello en un momento en que el acceso a Internet ya no es un lujo, sino un derecho básico y una necesidad", señala Santiago.
Señala que "tenemos entendido que estas empresas han recibido subvenciones públicas para llevar la fibra al medio rural. Si esto es así, ¿cómo es posible que estemos seis meses después sin servicio? ¿Dónde están esas inversiones?". Como afectados "pedimos explicaciones claras, plazos reales de ejecución y, sobre todo, que se deje de tratar al mundo rural como ciudadanos de segunda. No queremos más promesas: queremos soluciones".
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