Romería de la Santa Cruz: Argusino en la memoria

La fiesta reúne a los hijos y descendientes del pueblo sumergido bajo las aguas del embalse de Almendra

I.G.

La romería de la Santa Cruz de Argusino es una celebración religiosa, pero también un acto de memoria. Los argusinejos han vuelto este domingo a «su» pueblo y también retornaron el recuerdo y la nostalgia. Y la fiesta.

La Santa Cruz era uno de los días señalados en el calendario de este pueblo de Sayago sumergido hace más de medio siglo bajo las aguas del río Tormes para construir el embalse de Almendra. Y como tal, ayer volvieron al territorio de sus entrañas, al espacio donde se levanta la ermita, a la vera de un mar de agua esta primavera mucho más extenso. 

Los hijos de Argusino y sus descendientes son los guardianes de la memoria de un pueblo sacrificado y sepultado en aras del progreso, por eso cada primer domingo de mayo supone una exaltación y evocación de lo suyo y de los suyos. Comenzó la jornada con la recepción amenizada con la flauta y el tamboril del argusinejo Juan Antonio Puente Pascual, para continuar después con la misa. 

Momentos más tarde para el reencuentro de tantos arusinejos dispersos por la geografía. La amenaza de lluvia hizo que muchos de los romeros optaran por comer a refugio en lugar de las tradicionales comidas camperas. 

Pero sin duda la procesión, a las 16.30 horas, fue uno de los actos más emotivos cuando todos peregrinan con el Cristo guiando hacia hacia las cercanías del embalse, este año en un recorrido corto limitado por el agua. 

Las danzas del grupo Doña Urraca pusieron el broche de oro a esta fiesta que, a diferencia de otras de la provincia, sí pudo celebrarse conforme a lo previsto. 

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