Carbajales de Alba reabre el Museo del Traje en el histórico taller de bordados

Carbajales de Alba ha reabierto el Museo del Traje Carbajalino con el objetivo poner en valor, preservar y dar a conocer una de las más carismáticas indumentarias tradicionales del mundo y desde hace varios siglos el auténtico emblema de la villa. Un atractivo abierto con carácter gratuito durante los próximos ocho meses: hasta el 31 de diciembre de 2025

El Museo del Traje Carbajalino es fácil de localizar pues se ubica en el antiguo e histórico taller de bordados, un singular y solitario edificio que se ubica en la calle Oro (travesía de la carretera ZA-P-1405 Zamora-Mahide). Fue abierto por primera vez el día 4 de mayo de 2013, tras invertirse en su adaptación 33.880 euros, con ayuda de la Unión Europea, a través del Programa Leader del grupo de acción local Asociación para el Desarrollo de Aliste, Tábara y Alba (Adata).

El Taller de Bordados se construyó nada mas terminar la Guerra Civil, se terminó en 1941, funcionando sin interrupción durante 45 años, hasta que cerraba por primera vez sus puertas en 1986. Viviendo luego diversas reaperturas y cierres. Vino a sustituir al primero que fue puesto en marcha en 1937 por Auxilio Social como Taller de Recopilación Artística

La Diputación de Zamora participa a través del Patronato Provincial de Turismo en la iniciativa que promueve el Ayuntamiento de Carbajales cuya Corporación preside el alcalde Roberto Fuentes: "Tenemos un taller de bordados y un traje carbajalino que son parte imprescindible de nuestra historia, del pueblo y de los carbajalinos y carbajalinas, una joya que entre todos podemos y debemos de preservar, convirtiéndolo en un atractivo cultural, etnográfico y turístico para cuantos nos quieran visitar para conocerlo".

La apertura, gratuita, tendrá lugar seis de los siete días de la semana, más concretamente de martes a sábado, de 16 a 20 horas, mientras que los domingos las visitas serán por la mañana, de 11 a 13 horas. Oilda Casas Fernández, carbajalina y una de las mayores expertas y conocedoras de los Bordados Carbajalinos, será la directora y encargada del Museo del Traje Carbajalino y entre sus cometidos estarán los de organizar las muestras del centro y ofrecer las visitas guiadas.

El Ayuntamiento de Carbajales de Alba mira ya a un futuro muy cercano con vistas a la conmemoración del centenario de la llegada a la Villa de los Cursos de la Escuela Madrileña de la Cerámica que supuso un antes y un después tanto para el pueblo como para sus bordados. Creados por Francisco Alcántara llegaron a la comarca natural en el año 1928, a Sejas de Aliste, Tábara y Carbajales "para reflejar lo tópico y genuino de la raza human" de la mano de ilustre Ricardo Segundo.

Carbajales es la cuna de uno de los trajes típicos de mujer más artesanos y llamativos de España, unas prendas coloridas convertidas con paciencia, esmero y arte, puntada a puntada en auténticas joyas: máximo galardón en el I Festival Folclórico Mundial de Baviera (Alemania) 1985.

Paños salmantinos de Béjar, doradas lentejuelas catalanas de Barcelona y zapatos de Valencia que al son de puntadas, dedales y agujas que tras muchas horas de bordado adquieren vida propia carbajalina, joyas que han gustado vestir desde la patrona de Tierra de Alba la Virgen de Arboles (una de las Siete Hermanas de España y Portugal) o una de las primeras damas de Chile.

¿Pero quienes fueron las bordadoras primitivas? Historia o leyenda el ancestral cantar pasado de padres a hijos de abuelos a nietos generación tras generación asevera que: "El traje de Carlinda / costó cien reales, / que pagaron los Condes, / a la Corrales, / y el de Teresa, /primoroso en colores, / a la Guardesa".

El Manteo Carbajalino de 3,20 metros de paño (de lana) de Béjar, puede llevar a cuatro bordadoras alrededor de dos semanas y media o 960 horas. Conocido también como "saya", es preferentemente su color el amarillo, aunque también los hay en rojo y negro

La "camisa" de hilo de lino una planta antaño muy abundante en las riberas de los ríos Aliste y Frío donde los lugares de su cultivo aún mantienen la denominación de "Linares". Tejida la tela en los telares artesanos, lleva los puños y el cuello bordados, por norma en azul, excepcionalmente en negro para las personas que al fallecer un familiar habían de llevar luto. Había veces en que se sustituía la camisa por "la jubona" que es de terciopelo con las bocamangas bordadas.

La "gabacha" está bordada en seda con cientos de lentejuelas en forma de flores y grecas. En ocasiones se solía llevar sustituyendo al "dengue" un "pañuelo de hombros". La "bantal" o "avaltal" pieza oculta entre mandil y manteo para guardar el pañuelo, dinero y llave de la casa. A ello se suman las "cintas" sobre la cabeza para sujetar el moño, las "caídas" de seda o bordadas atadas a la cintura y las "medias" de hilo blancas. Como joyas de adorno collar de varias vueltas de collares, gargantillas, medalla de plata, gemelos y botones y bollagras con el Cristo Barrigón.

El "mandil", de color negro buscando contrastes con el manteo, es una prenda bordada en seda de ricos coloridos adornado con lentejuelas. No se trata del de bollaras Picote. En Tierra de Alba solían utilizarse habitualmente los Mandiles Alistanos de Picote con rayas amarillas, rojas y azueles para su uso con los trajes más sencillos de "diario" dedicados a las tareas y trabajos del campo. Los "zapatos de paño" suelen llegar de Valencia y en Carbajales se bordan a mano.

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