Losacio mantiene viva la tradición de "Poner la Parte"

Losacio, localidad asentada a la vera de la mítica Sierra de Cantadores, allí donde cruzan sus límites Aliste, Tábara y Alba, las tres subcomarcas de la comarca natural, mantiene viva la costumbre consuetudinaria heredada generación tras generación de "Poner la Parte", una tradición en que las familias contribuyen altruistamente, por voluntad propia y devoción, para honrar y venerar a Nuestra Señora la Virgen del Puerto coincidiendo con el 3 de mayo: Santa Cruz.

Los mayordomos de la Virgen del Puerto este año son el matrimonio integrado por Manolo Campo González y Lucía Heredero Turina y junto a ellos la infatigable Amelia Fernández Fernández. Ellos son, por devoción, los encargados del decoro de la ermita y de la organización de los rituales religiosos y sociales que se han mantenido durante siglos.

Una de esas costumbres es la de "Poner la Parte" la cual consiste en que cada familia aporta tres huevos de gallina de corral y dos euros para la elaboración de las roscas y rosquillas caseras con las que se hace y compone el Ramo de la Virgen del Puerto. La harina y la levadura las dona el señor Miguel Ángel Colino de Zamora, cuya madre Manuela Blanco era devota y natural de Losacio.

Como manda la tradición el martes antes del 3 de mayo, puntuales, a las 9 de la mañana, allí se presentaron las mujeres en el "Horno del Pueblo" donde se repartieron las funciones para, a prestación personal (trabajo personal sin remunerar), ir amasando la harina, elaborando las roscas y rosquillas, para terminar con su cocido en el horno, función que hace Amelia Fernández.

Colaboración vecinal

A la tarea se sumaron las niñas y algunos varones. Alrededor de medio millar de huevos de gallinas felices y unos 42 kilos de harina de trigo, varios litros de anís y la ralladura de varios limones y naranjas son los ingredientes principales, que no secretos, sino una receta tradicional, con los que con arte y paciencia se elaboraron los manjares de la Gran Señora.

La jornada culminó con una convidada, comida de hermandad y convivencia, para gratificar a las señoras por su trabajo repostero. Tanto el ramo como las rocas serán subastadas tras la celebración de los actos religiosos de la romería mariana.

Llegados al miércoles será el momento de elaborar el Ramo de la Virgen del Puerto cosiendo con paciencia una a una las roscas y rosquillas aderezadas con las naranjas, flores y lazos multicolores, el cual será subido a la ermita el sábado tras la misa de la mañana.

Este año el ofrecido y encargado de portarlo será David. Antaño se reservaba tal honor a alguno de los mozos en quintas a los que el destino los llevaba muy lejos de su tierra a hacer la mili o a la guerra en África: Ceuta, Guinea Ecuatorial, Melilla o Sidi Ifni.

Las mujeres de Losacio elaboran las roscas a la Virgen del Puerto

La romería de la Virgen del Puerto tendrá lugar este próximo sábado día 3 de mayo a partir de las 18.00 horas en la ermita campestre donde primero se rezará el santo rosario y luego se cantará el ramo para salir, acto seguido, a recorrer en procesión la pradera que antaño fue "La Era" del pueblo.

Actos que estarán oficiados por el párroco y actual arcipreste de Aliste y Alba, Ángel Carretero Martín de la Unidad de Acción Pastoral de Carbajales. Por la noche habrá una verbena popular con el grupo Icaro por cortesía de coto de caza "Virgen del Puerto" de Losacio.

Losacio de Alba se esmera cada año en mantener viva la tradición a pesar de la despoblación rural galopante que asola nuestros pueblos. Solo 89 personas hay empadronadas, de ellas 49 varones y 40 mujeres, muy lejos de aquellos tiempos ya lejanos en que llegó a ser una de las localidades con más vida de Aliste, Tábara y Alba: 591 habitantes tenían allá por el año 1900 y a pesar de la cita de las primeras dos décadas del siglo XX, en los años veinte vivió una espectacular remontada que le llevo a batir su récord poblacional con 638 vecinos. En 2009 sufrió el duro revés de bajar del centenar de habitantes pasando de 100 a 97 residentes.

Hoy 37 de sus moradores son ya personas de la tercera edad. Una de las curiosidades es que, de las personas allí nacidas, 75 mayores de 18 años residen en el extranjero, solo 14 menos de las que quedan en el pueblo.

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