Un siglo de vida de la zamorana Dolores Bragado: "No cumplo años, subo de nivel"

"Historia viva, raíz, faro". Son las palabras de felicitación de quienes hoy celebran la incorporación de una nueva centenaria. Natural de Santa Clara de Avedillo, Dolores Bragado Calabaza llegó al mundo un 24 de abril de 1925.

La dictadura de Primo de Rivera alumbró sus primeros pasos en unos tiempos convulsos que ocuparon su primer medio siglo de vida. Como buena parte de los nacidos en esos años, la suya fue una vida marcada por la incertidumbre, el miedo y la escasez tanto durante la contienda bélica como en la posguerra.

Con todo, Dolores fue capaz junto a su marido Rafael de sacar adelante a una familia que hoy festeja unida la vida y la sabiduría: dos hijos (Carlos y Trini), cinco nietos (Mary, Nerea, Carlos, Diana y Esther) y dos biznietos (Daniel y Bastian) completan el puzle que forjó a base de sudor y mucho esfuerzo el matrimonio Prieto Bragado.

"No cumplo años, subo de nivel". El inicio de una celebración adelantada sumía a Dolores en la mayor de las sorpresas. Con una chaqueta pintada a mano por su nieta Nerea arrancaba un viaje a su pueblo natal donde ha residido durante la mayor parte de su vida.

Regresar en una fecha tan señalada era algo indiscutible. Sobre tres tartas que reflejaban el salto de cifras soplaba las velas Dolores rodeada de todos los suyos. La Semana Santa hizo honor al tiempo de reencuentro en un año en el que vecinos de pueblos cercanos se unieron a amigos y familiares residentes en Valladolid y Madrid para unirse al "guateque de Lola" en una bodega del municipio.

Arropada, querida, homenajeada. A golpe de tarjetas, periódicos, vinos y hasta menús personalizados. Entre "sabías que…" que recuerdan inventos y avances como la penicilina e instantáneas en blanco y negro de su juventud, Dolores vivió el homenaje que merece una matriarca de familia.

El reconocimiento a quien conoció el silencio de tiempos convulsos, pero también "la resistencia, la esperanza y el valor de sacar adelante a los suyos" como bien le recordaron en forma de carta. "Has vivido desde cartas escritas a mano hasta los mensajes instantáneos, desde la radio hasta Internet.

"Desde un mundo que curaba con remedios caseros hasta vacunas. Has visto al hombre pisar la Luna y a mujeres romper techos. Has sido testigo de pandemias, avances científicos, luchas por derechos, y nuevas formas de amar, vivir y ser. Y en medio de todo eso: tú. Con tu sabiduría discreta, tus valores firmes, tu cariño constante. Con tus historias, tus silencios, tus manos que lo han dado todo". Una dedicatoria directa a un corazón centenario, pero que sigue rezumando vida.

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