Un proyecto pretende recuperar los filandares y el uso de la lana en Sanabria

Una treintena de mujeres de diferentes pueblos participaron este sábado en la primera reunión del proyecto «Hilando Tradiciones», organizada en el museo etnográfico de Santa Colomba «Raíces de Sanabria».

Este proyecto ha sido presentado por la asociación Criosanabria e incluido para recibir una pequeña ayuda fondos europeos por el Grupo Tragsa, que incluye otros tres talleres en Porto, Pías y Lubián. En este proyecto se desarrollará un taller artesanal de lana y lino. El museo etnográfico de Santa Colomba, promovido a título personal por Pilar García Muela, será el lugar de encuentro el 18 de mayo para conmemorar el día de Los Museos.

Rescatar la cultura y los trabajos de la lana, su transmisión intergeneracional y recuperar el encuentro social a través de los filandares son los objetivos principales del proyecto. Revalorizar ya dar utilidad a la lana, como una histórica materia prima sostenible, en pueblos donde tuvo gran trascendencia en la confección de prendas, desde calcetines a mantas.

En la transmisión de conocimientos está desde el vocabulario específico para los diferentes pasos para obtener el hilo a partir del vellón, hasta las distintas fases comenzando por el esquileo y hasta el lavado. Vocabulario y técnicas que aún se pueden registrar en la generación que aprendió todavía de sus madres, años 40, 50 y hasta los 70, todo el proceso.

Virginia Anta, representante de diferentes proyectos solidarios a partir de la lana, desde la asociación La IAIA, expuso que hay técnicas como la obtención de filtro a partir de la lana, que se enseña en talleres para niños y adultos.

En Porto de Sanabria hubo una gran tradición de ganadería trashumante y de obtención de lana y confección de mantas.

A lo largo de la geografía del noroeste pervivieron batanes y telares, en unos casos para uso doméstico y vecinal y en otros para la venta. La lana que antes tenía salida comercial, en estos momentos está considerada un residuo sin salida para las ganaderías de ovino de la zona. Por el contrario se están considerando otros usos de la lana, desde el sanitario y terapéutico hasta el cosmetológico.

Uno de esos recuerdos era que “cuando lavabas la lana te quedaba la piel muy fina”, recordaban ayer en la reunión. Hilar y tejer, de ser una obligación y una necesidad, ha pasado a ser otra forma de terapia y cohesión social, como así los demuestra el taller de voluntariado de tejedoras de Puebla y Anta de Rioconejos, entre otros, que confeccionan prendas solidarias que este año viajarán hasta las montañas del Atlas.

No faltaron los recuerdos a aquellas mujeres de Sanabria «que trabajaron mucho», que recibieron un conocimiento de sus antepasados que trasmitieron a la generación siguiente y que está en vías de desaparición. A nivel europeo todos los años se organiza un día de la Lana, que ha calado en municipios como Porto, donde de cara a la primera feria ganadera de mayo se están preparando actividades de la lana.

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