Viernes Santo en Sanabria-La Carballeda, entre nubes y devoción

Mombuey y Villardiervos completaron la procesión del Entierro, Puebla quedó a cubierto

Las procesiones del Santo Entierro representativas del día de Viernes Santo tuvieron desigual desenlace en la comarca de Sanabria y Carballeda. Vecinos y cofrades de Mombuey y Villardeciervos pudieron procesionar gracias a los claros de la tarde. No así en Puebla de Sanabria, donde la lluvia impidió la salida de fieles y cofrades prevista para los ocho de la tarde con una de las procesiones centrales de su Semana de Pasión.

Con recogimiento y devoción se celebraron las liturgias de la Palabra, la adoración de la Cruz y la Comunión en las diferentes parroquias donde la presencia del sacerdote así lo permitía. Con el altar desnudo y vacío, como así lo expresaba el párroco de Mombuey, José Antonio de La Fuente,  toda la comunidad religiosa conmemoraba el día más importante y la noche más larga con la muerte y crucifixión de Jesús. La colecta de este día se destina “a los cristianos de Jerusalén, que no lo están pasando bien”, en una recordada tierra de Gaza.

La apertura de claros permitió a la Hermandad Pro-Semana Santa de Mombuey la salida de los pasos centrales del viernes, Cristo en la urna y la Virgen Dolorosa con los estandartes de la Vera Cruz y el acompañamiento de tambores y el coro parroquial tras el paso de la Virgen. Un recorrido recogido y en silencio.

Unos oscuros nubarrones se cernían sobre Villardeciervos cuando el párroco Vladimir Grigoriev los oficios con un templo de La Asunción lleno en este día significativo y donde la falta de palabras para consolar a las familias que pierden un ser querido se traducen en “silencio”. Diez voluntarios dieron lectura desde el altar a las preces del único día en que no hay celebración propiamente de misa en el orbe cristiano pero sí la adoración a la Cruz, cada uno “necesita su tiempo” como pedía el padre.

Siete pasos procesionales pudieron salir del templo y completar el recorrido procesional. Jesús atado a la columna, el Cristo Nazareno, El Cristo del Muso, la imagen de La Verónica, Jesús Crucificado, Cristo en la Urna y la Virgen de la Soledad. Los grandes ojos de esta Madre enlutada que cierra la procesión trasmite esa tristeza por la pérdida del hijo y confiando en la Resurrección. 

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