Tierra del Vino
Convivencias ante la dispersión educativa en los colegios rurales
Una vez al año, el Colegio Rural Agrupado de Moraleja del Vino reúne a sus alumnos dispersos en seis municipios y 55 kilómetros. Una distancia que sortean a golpe de reencuentro en pleno campo ofreciendo a los pueblos la oportunidad de "rejuvenecer" su censo por un día, fomentando el sentimiento de unidad

Las aulas del CRA de Moraleja del Vino se reencuentran en Venialbo / Cedida
Decía Ralph Waldo Emerson que "el educador es el hombre que hace que las cosas difíciles parezcan fáciles". Y es ese carácter resolutivo por naturaleza el responsable de lograr lo imposible cuando hablamos de un Colegio Rural Agrupado (CRA) que, con 191 alumnos a su cargo repartidos en seis pueblos y 16 aulas (cinco de Educación Infantil y ocho de Primaria), debe hacer frente al desafío de crear unidad y mentalidad de lo que son: un centro más. Un sentimiento que fortalecen a golpe de reuniones, estrategias docentes, actividades simultáneas y convivencias anuales. Este curso, y ya van veinte, tocaba en Venialbo.
En lugar de pasillos, les unen caminos y carreteras. Casi 55 kilómetros distan entre las aulas de Moraleja del Vino, Venialbo, Madridanos y El Perdigón -a falta de niños en Sanzoles y Villalazán-, un recorrido que los maestros especialistas recorren prácticamente a diario. "Pero los alumnos también se conocen entre ellos aunque no compartan el día a día", matiza el director del CRA de Moraleja, Ramón Vázquez.
Con cada salida del aula, el ciclo se reencuentra y una vez al año, lo hacen al completo. Ese día, un pueblo de la Tierra del Vino recupera la vitalidad que, en muchos casos, perdió hace tiempo a causa de la despoblación y el progresivo envejecimiento a los que solo algunos han logrado hacer frente.
El encuentro discurre entre cuentacuentos, chocolatada, actuaciones musicales y exhibiciones de la Guardia Civil. Entre los perros que componen la Unidad Canina, drones de última generación y las motos de cross con los que los agentes sortean los puntos más impracticables en operaciones especiales, como rescates o persecuciones. Minutos en los que la comunión y el aprendizaje colectivo adquieren sentido pleno. Cómo no, en medio del campo.

Las aulas del CRA de Moraleja del Vino se reencuentran en Venialbo / Cedida
"Lo que buscamos es que compartan, que disfruten, porque ahí radica esa idea de unidad y de mentalidad de colegio como tal". La tarea no es menor cuando hablamos de aulas que reúnen entre sus cuatro paredes a poco más de una quincena de alumnos de diversas edades.
Actividades transversales y paralelas, como las integradas dentro del plan de lectura, y que permiten recrear una danza medieval o interpretar a coro el tema "We are the world" para trabajar valores como la solidaridad, la empatía y el compromiso social y medioambiental. El trabajo que desempeñan los maestros de Música, Educación Física e Inglés por separado en las aulas cobra una dimensión global coincidiendo con el último día previo al inicio de las vacaciones de Semana Santa.
Una oportunidad para el reencuentro. También para mostrar el potencial humano de unas aulas que, pese a su ubicación, se hacen oír.
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