Los propietarios forestales de Zamora se abren al mercado del CO₂

La capacidad de los bosques para captar el CO₂ de la atmósfera puede ser una novedosa fuente de financiación para propietarios forestales

Un momento de la jornada organizada por la Federación de Asociaciones Forestales de Castilla y León | MIGUEL ÁNGEL LORENZO

Un momento de la jornada organizada por la Federación de Asociaciones Forestales de Castilla y León | MIGUEL ÁNGEL LORENZO

La capacidad de los bosques para captar el CO₂ de la atmósfera puede ser una novedosa fuente de financiación para propietarios forestales, públicos o privados, codiciados por las empresas que buscan créditos de carbono para compensar sus emisiones de dióxido de carbono (CO₂) invirtiendo en proyectos sostenibles como la reforestación o la captura de carbono.

Zamora y en su conjunto todo el territorio de Castilla y León, con sus más de 700.000 propietarios forestales, están en el punto de mira del mercado del CO2. En ese contexto la Federación de Asociaciones Forestales de Castilla y León (Fafcyle) y la asociación de Zamora Asfoza celebraban ayer una jornada técnica sobre las oportunidades y retos del mercado de carbono, situando el foco en los ingresos que puede generar y como vía para dinamizar y conservar el territorio rural.

"Tres cuartas partes de la superficie forestal de la región se pueden aprovechar de este tipo de contratos que incluyen también superficies quemadas. Por tanto es una buena oportunidad para Zamora, tras el gran incendio de la Sierra de la Culebra en el verano de 2022 que calcinó más de 60.000 hectáreas" explicaba Olga González Raposo, gerente de Fafcyle.

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Es un hecho que los ecosistemas forestales captan dióxido de carbono y lo almacenan, y esto abre una potencialidad para el desarrollo de un innovador mercado del carbono, susceptible de ser valorado económicamente, "y eso supone una alternativa a los posibles ingresos de los propietarios" apunta Jesús Pestaña, presidente de la Federación de Asociaciones Forestales de Castilla y León.

Sin embargo, lo novedoso de estos proyectos genera dudas a los propietarios porque "no solamente los contratos con las empresas son por muchos años sino por lo abstracto del producto con el que se comercia, frente a los tradicionales del monte como son la madera". O las implicaciones si se produce una transmisión de esa masa boscosa sujeta al contrato de almacenamiento de CO2 porque "ciertamente tiene una restricción que va a constar en el registro". Por no hablar de los efectos del contrato si se produce un incendio forestal. Cuestiones que a juicio del presidente de Fafcyle "hay que ir limando para tratar de favorecer que los propietarios forestales entren en ese mercado, no solo porque tengan una vía de ingresos alternativos sino por lo que implica una gestión forestal muy necesaria".

Aunque la Junta de Castilla y León no tiene hecho un cálculo exacto, la realidad es que "hay bastantes superficies que podrían entrar en el mercado de créditos de carbono y aprovechar la inversión" precisaba Luis Ignacio Rojo, jefe del Servicio de Gestión Forestal de la Dirección General de Patrimonio Natural y Política Forestal de la Junta de Castilla y León.

Rojo, que disertó en la jornada sobre la interpretación de los contratos públicos de CO2 y su aprovechamiento según la normativa, incidió en que "los créditos de carbono son los primeros de los servicios ecosistémicos que se están pagando, pero sin lugar a dudas vendrán otros muchos como el pago por servicios hídricos".

"Una necesaria apertura de mente"

Cree necesaria una "apertura de mente porque pasamos de que actuaciones financiadas con fondos públicos, que por sus limitaciones nunca llegan a todos los sitios, ahora estarán financiadas por un capital privado que complementa la inversión pública, aportando beneficios económicos al propietario y creando masas forestales que van a tener otros aprovechamientos". Si bien precisó que el hecho de que "una empresa cometa una repoblación con el fin de establecer un suministro de carbono en ningún caso quiere decir que en esa área se excluya de la gestión del resto del monte".

El asunto es de especial interés para los ayuntamientos propietarios de montes, expectantes ante las condiciones que pueda establecer la Junta a las empresas para entrar en el mercado de CO2.

"Una de las premisas básicas a la hora de plantear estos aprovechamientos es que esa área en la que se va a establecer el suministro de carbono tiene que seguir formando parte del monte y de la gestión habitual" precisó Luis Ignacio Rojo. Explicó que en el pliego de condiciones "existe un abanico amplio, desde presentar un proyecto absolutamente cerrado hasta simplemente una serie de especies o remitirlos a un marco técnico general. En ningún caso estas empresas pueden llegar y hacer una repoblación creativa con especies singulares o con algo que no vaya a funcionar porque eso está en el proceso de licitación del aprovechamiento y mediante el pliego de condiciones queda lo suficientemente atado".

La jornada ha representado también un buen ejemplo del papel que juegan las asociaciones forestales a la hora de acercar a los propietarios información útil y actual sobre cuestiones clave para la gestión de sus fincas. Iniciativas como esta reflejan, además, la voluntad de sumar esfuerzos con otras entidades e instituciones para generar espacios de encuentro, intercambio y formación técnica que aporten valor al sector forestal.

"Una oportunidad para la España vaciada". Enrique Enciso, director comercial del Grupo Sylvestris, uno los principales promotores de proyectos con 200 en la Península Ibérica entre ellos uno en Cional, dibujó un escenario altamente positivo para los territorios rurales que entren en el mercado de los montes. "Nuestra misión es alcanzar un acuerdo con los propietarios; nosotros financiamos las reforestaciones y los créditos que generen los árboles presentes y futuros pasan a ser propiedad nuestra". También restauran zonas incendiadas "con técnicas económicas, de bajo impacto ambiental y alto impacto social". Los contratos con los propietarios varían en función de las zonas y características del terreno. "El mercado depende de donde esté ubicado el proyecto. Por ejemplo en el norte de España, en la cornisa cantábrica, tienden a ser más de 40 años y en la zona mediterránea suelen ser de 50 años, como puede ser el caso de Zamora donde no hay tanta lluvia ni tanto crecimiento de los árboles, por eso necesitamos un periodo más largo para que los árboles crezcan y capturen CO2 de la atmósfera".

El encuentro ha finalizado con el panel de debate sobre las oportunidades futuras y retos del mercado de CO2 conducida por Roberto Rubio, director de operaciones y responsable de área de Recursos Naturales y Biodiversidad de Cesefor. En esta mesa ha quedado claro que los créditos de carbono han venido para quedarse, que participar en estos mercados incipientes de CO2 posibilitará a los propietarios forestales participar de los que vengan a futuro porque tanto los consumidores como las empresas y toda la regulación derivada de Europa y su estrategia hacia la descarbonización y transición energética verde exigen cada día un mayor responsabilidad en el modo en el que fabricamos, consumimos y nos relacionamos con nuestro medio natural.

La jornada, que contó con la colaboración de la Junta de Castilla y León, la Diputación de Zamora, Caja Rural de Zamora, la Universidad de Salamanca, Grupo Sylvestris y otras entidades del sector, reunió a expertos académicos, técnicos e institucionales para analizar el panorama actual del mercado del CO₂ y su aplicación práctica en el ámbito forestal y agrícola.

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