Pueblos de Zamora levantan la voz en Valladolid: "Dejadnos vivir"

Manifestación de plataformas de Castilla y León contra las "macro-plantas de biogás y macro-granjas"

"Dejen de asediar a nuestros pueblos, dejadnos vivir" claman personas llegadas de El Cubo del Vino, Jambrina, San Cebrián de Castro o Cuelgamures

Reclaman apuestas reales por modelos sostenibles de ganadería extensiva, agricultura que regeneren la tierra, el agua y alimentación saludable

Jambrina, El Cubo del Vino, San Cebrián de Castro o Cuelgamures. Vecinos de varios pueblos de Zamora se han sumado a la manifestación de este sábado en Valladolid contra las "macro-granjas y macro-plantas de biogás" que están proliferando en Castilla y León sin aportar "ni bienestar, ni empleo, solo contaminación, sobreexplotación, sufrimiento y destrucción. Son un modelo insostenible y un gran coste ambiental natural, social y económico" han denunciado los participantes en la manifestación que reúne a vecinos y plataformas de las provincias castellanoleonesas.

Bajo el lema "¡No es progreso, es destrucción!", la voz de los vecinos, entre ellos un nutrido grupo de zamoranos combatiendo contra el frío y la lluvia, se escucha en las calles de Valladolid para reclama "apuestas reales por modelos sostenibles de ganadería extensiva, agricultura que regeneren la tierra, el agua y la forma de alimentarnos saludablemente, energías renovables de autoconsumo con modelo distribuido, que verdaderamente fomenten la economía local, el arraigo y el amor al territorio, en vez de su destrucción".

Y para las "macro-granjas que ya están funcionando y contaminando, una legislación mucho más estricta con medios para hacerla cumplir. Basada en criterios científicos y técnicos, redactada pensando en las generaciones futuras y aprobada por democracia participativa de las y los habitantes de los pueblos".

Reclaman los vecinos que "dejen de asediar a nuestros pueblos. Que nos dejen vivir".

La manifestación de este 22 de marzo coincide con el Día Mundial del Agua "para defender un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos, el agua limpia. No queremos que intereses ajenos a nuestra comunidad destruyan nuestro futuro".

Denuncian el "uso desmesurado y privativo del agua: una sola macro-granja puede consumir más agua que un pueblo entero. En zonas donde la sequía ya es un problema grave, estas instalaciones agravan la escasez y ponen en peligro el acceso al agua potable, un derecho humano esencial".

Consecuencias

● Contaminación del suelo y del agua: los purines y digestatos, residuos generados por la ganadería industrial y las macro-plantas de biogás, contienen gran cantidad de nitratos y otras sustancias nocivas (antibióticos, hormonas, metales pesados, etcétera) que se vierten al suelo y contaminan los acuíferos, provocando que en muchos pueblos no se pueda consumir el agua del grifo.

● Deterioro de la calidad del aire y la salud: las macro-granjas y macro-plantas de biogás generan gases contaminantes como metano, amoníaco, dióxido de carbono y óxidos de nitrógeno. Su impacto en la salud es devastador, causando un aumento alarmante de enfermedades crónicas y reduciendo la esperanza de vida. Además, estos gases aceleran el calentamiento global e intensifican los fenómenos meteorológicos extremos.

● Falsas promesas de empleo y desarrollo: nos mienten cuando dicen que estas industrias crean riqueza. La realidad es que destruyen más empleo del que generan y no fijan población. Es más, destruyen otras actividades, como la ganadería extensiva, el turismo y la vinicultura, que han sustentado a nuestras comunidades durante siglos.

● Despoblación y pérdida de calidad de vida: los malos olores, la contaminación y la falta de oportunidades hacen que vivir en nuestros pueblos sea cada vez más difícil. La implantación de estas industrias solo acelera el abandono y la despoblación del medio rural.

● Degeneración de los pueblos en vertederos de la comarca y en territorios de sacrificio: los pueblos en los que se instalan las macro-plantas de biogás, debido al desmesurado tamaño de éstas, se convierten en auténticos basureros, con tránsito constante de camiones de alto tonelaje, llenos de residuos que nadie quiere (purines, lodos de depuradora, restos industriales y de mataderos, cadáveres animales y un largo etcétera), traídos desde muchos kilómetros de distancia. Y además, atraen a más macro-granjas.

● Una sinergia macabra, que lejos de resolver el problema, lo intensifica y perpetúa un modelo de ganadería industrial insostenible: el digestato de las macro-plantas de biogás es un residuo peligroso que contiene la misma cantidad de nitrógeno que los purines, pero además otros elementos altamente contaminantes del agua, el suelo y el aire. No puede ser considerado como abono adecuado para las tierras de labor. Categóricamente, no es abono, es veneno.

La "realidad" en Castilla y León

Las plataformas contra la implantación desmesurada de energías renovables advierten de que las administraciones públicas -Consejería de Sanidad, Consejería de Medioambiente y Confederaciones Hidrográficas- "están permitiendo este saqueo de nuestros recursos, aprobando proyectos sin control ni transparencia".

Los datos aportados por estas plataformas apuntan en Castilla y León que hay en trámite "más de 101 proyectos de macro-plantas de biogás (multiplicando por 33 las existentes y con posibilidad, según el sector gasista, de imponer hasta 520), 81 expedientes de nuevas macro-granjas (disparando la población porcina, que ya es actualmente casi el doble que la población humana) y otras tantas plantas de hidrógeno. Todo esto sin planificación, sin estudios ambientales rigurosos y lo más importante, sin tener en cuenta a la ciudadanía".

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