Martinho deja nieve en el macizo sanabrés

Padornelo se convirtió, una vez más, en el nivómetro de Zamora y Ourense

La borrasca Martinho hizo honor a su origen lingüístico y dejó una capa de nieve en el macizo galaicoportugués sanabrés. La nieve caída en todo lo que va de mes de marzo ha sido más que toda la registrada desde noviembre, cuando llegan las primeras nieves que anuncian el invierno. Como buena nieve “marcelina” su duración es limitada, nieve blanda y de rápido deshielo con temperatura de entre 6 y 8 grados.

Entre dos y tres centímetros de nieve se acumulaban en las vías de Padornelo sin que interfirieran en la principal vía de entrada a Galicia la autovía A-52, despejada desde las ocho de la mañna. El alto más famoso de las Portillas, Padornelo, se convertía a lo largo de la mañana en mirador para los viajeros de la autovía.

“Desde el otro extremo, de la costa de Pontevedra” se paraban unos viajeros en ruta a Madrid que se tomaban fotos blindados desde la cristalera del bar situado a pie de nacional 525. La carretera, como reconocía, estaba “en buenas condiciones”. La Canda no tenía nieve en esta ocasión. Padornelo vuelve a ser el “nivómetro” de referencia para la provincia. La borrasca dejaba nieve en cotas por encima de los 1.200 metros, alejada de los núcleos residenciales, para alivio de los residentes en los pueblos, que prefieren ver la nieve en las cumbres a verla en la puerta de casa.

El principal riesgo es la crecida del río Tera por la lluvia y el deshielo. Ayer se mantenía en el caudal, pese a la crecida. A efecto prácticos y a ojo, el río solo subió dos peldaños de los cinco para llegar a la explanada de a Chopera, a su paso por Puebla. Cuando levanten las nubes y el viento se sabrá si esta jornada dominical será apta para disfrutar de nuevo de la nieve en el altiplano de Segundera y Cabrera. 

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