Numa. Renovando la tradición cerámica en los Arribes del Duero

Nuevas formas artesanales en nuestra provincia de la mano de una artista madrileña afincada en Sayago

Una de las obras de Numa inspiradas en la naturaleza.

Una de las obras de Numa inspiradas en la naturaleza.

Cristina Manías Fraile (*)

Durante muchas generaciones las rojas arcillas de Sayago sirvieron de materia prima a los alfareros que con sus manos iban transformando el barro en cántaros, barrilas, ollas y tinajas en esta tierra bañada por las aguas del Duero.

Aquella tradición artesanal sayaguesa solo se mantiene hoy día en Pereruela, habiéndose perdido en otros pueblos, como Cibanal, Fornillos de Fermoselle y Carbellino de Sayago, que antaño contaban con numerosos artesanos del barro.

Sin embargo, desde hace varios años aires renovados recorren Sayago de la mano de la ceramista Nuria Martín López, más conocida como “Numa Cerámica”, con nuevas formas, nuevas técnicas y nuevas arcillas, pero con la misma fuente de inspiración de generaciones anteriores: la luz y el paisaje de esta comarca ribereña del Duero.

Numa. Renovando la tradición cerámica en los Arribes del Duero

Nuria aplica color a una de sus creaciones. / C. M. F.

Nuria vino a Sayago procedente de Madrid, con su marido e hijos, buscando convivir con la naturaleza. El paisaje agreste de Sayago les cautivó. Compraron una antigua casa de piedra, sin agua ni electricidad, en la localidad de Gamones. La restauraron con sus propias manos, convirtiéndola en una hermosa vivienda para poder disfrutar en vacaciones y fines de semana. En poco tiempo, la tranquilidad del campo, el aire puro de Sayago, la calidez de sus gentes y la belleza del paisaje hicieron que desearan convertir aquella casa en su verdadero hogar. Apostaron por venir a vivir a Zamora, a un pequeño pueblo. En estos tiempos en que la tónica parece que es huir a la ciudad, ellos eligieron el camino contrario.

Los hijos de Nuria se inscribieron en el colegio de Bermillo de Sayago. Su marido, Delfín, al ser publicista freelance pudo organizarse para trabajar desde casa. Y ella, escultora ceramista, convirtió la antigua y hermosa casa de piedra en su nuevo taller de trabajo.

Numa. Renovando la tradición cerámica en los Arribes del Duero

Nuria utiliza materiales reciclados, en este caso vidrio, para crear coloridos efectos. / C. M. F.

Tradición familiar

Siguiendo la tradición familiar, pues su padre también era escultor ceramista, Nuria había estudiado en la Escuela de Cerámica de la Moncloa, anteriormente conocida como Escuela Madrileña de Cerámica. Durante varios años había tenido su taller de trabajo en Madrid. Pero al venir a vivir a Sayago su arte cambió. Buscó la inspiración en la naturaleza, en el paisaje de los Arribes y en sus elementos: en las rocas, en los líquenes, en las flores, en las hojas de los árboles, en los troncos de las encinas centenarias…

Al igual que hicieron las antiguas artesanas sayaguesas cuando modelaban un cántaro o una fuente, adaptándose a las necesidades de la vida en los pueblos, Numa realiza creaciones artísticas adaptándose a los tiempos actuales, tanto objetos de decoración como piezas para el ajuar de la mesa.

Trabaja sin torno, modelando con sus manos, recogiendo las formas y las texturas que encuentra en la naturaleza, consiguiendo plasmar en sus creaciones el alma de Sayago. Después cuece las piezas en un horno a casi 1.200ºC, para después pintarlas o vidriarlas, pasándolas por un nuevo proceso de cocción.

Me cuenta Nuria que le gusta transportar a la gente al lugar en el que se ha inspirado. Cuando una persona toca una de sus piezas, ella siente que esa persona toca ese mismo paisaje del que ha recogido las formas, colores y texturas.

Numa. Renovando la tradición cerámica en los Arribes del Duero

Ultimando detalles en una de sus piezas. / C. M. F.

Cuando visité su taller, estaba trabajando en un encargo de un conocido cocinero, una original vajilla para un menú degustación. Cada pieza era diferente, todas elaboradas a mano, modeladas con habilidad y con mimo, personalizándolas para convertirlas en pequeñas obras de arte.

Clientes muy conocidos

Le llegan muchos encargos para restaurantes que quieren dar un toque especial y diferente a sus platos. Entre sus clientes se encuentran famosos cocineros zamoranos como Luis Alberto Lera para su restaurante Lera (Castroverde de Campos), Esther y Gallo del Brigecio (Morales de Rey), Mar Marcos del España (Fermoselle) y el restaurante El Ermitaño (Benavente), todos ellos gozan de gran prestigio e incluso en algunos casos reconocimiento en forma de soles Repsol y estrellas Michelín.

Sus creaciones también han traspasado las fronteras zamoranas y han llegado a prestigiosos restaurantes navarros y oscenses, como Kabo (Pamplona), Remigio (Tudela), La Terrazeta (Bielsa) y Chongastán (Chía), que presentan sus platos en originales creaciones salidas del taller de Numa.

Aparte de las piezas para restauración, le llegan encargos de ayuntamientos de pueblos zamoranos que quieren azulejos con los nombres tradicionales de sus calles, o encargos privados de piezas de decoración, como lavabos personalizados con texturas tomadas de la naturaleza y biograbados de hojas.

Trabaja con un barro especial, un gres blanco que le permite utilizar distintas técnicas y que presenta una resistencia elevada. Pero además está realizando investigaciones para mezclar este gres con el barro de los adobes que se utilizaban en Gamones o con la arcilla roja sayaguesa, rica en óxido de hierro que le da esta coloración tan particular.

Sus creaciones son diferentes a las de la alfarería tradicional de Zamora, sus formas no recuerdan a las piezas de Moveros o Pereruela, es una cerámica contemporánea y artística que ha conseguido integrar con la naturaleza de Sayago. Nuria mantiene una excelente relación con los ceramistas zamoranos tradicionales. Como bien dice, “todos pueden convivir, cada uno con su especialidad”, y se recomiendan mutuamente a sus clientes.

La historia de Nuria, de Numa Cerámica, es la de aquellos que vencen sus miedos y se atreven a venir a vivir al entorno rural que no solo no está olvidado, sino que puede volver a crecer con fuerza, demostrando que se puede vivir en un pequeño pueblo y salir adelante, ganando en creatividad y en calidad de vida.

(*) Colectivo Ciudadanos Región Leonesa

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents