Las águedas, un legado compartido entre generaciones en Venialbo

Este año, el bastón de mando era portado por madre e hija, con Rosa Sánchez y Olga Muñoz como mayordomas

E. Vega

Once días después de su festividad oficial, Venialbo se vestía de gala para homenajear a la patrona de las mujeres. El municipio acogía este fin de semana la tradicional celebración en honor a Santa Águeda en una celebración atrasada, que no por ello menor.

Este año, el bastón de mando era portado por madre e hija, símbolo de un legado que se hereda entre generaciones.

Hasta la casa de Rosa Sánchez y Olga Muñoz se acercaban las mujeres del pueblo, fielmente ataviadas con la indumentaria tradicional de la provincia, para cumplir con el ritual de acompañarlas hasta la iglesia que acogía la celebración eclesiástica oficiada por el párroco Timoteo Marcos y amenizaba por el corro parroquial. La llamada a la misa la anunciaba Nemesio Santamaría con un repique de campanas que animaba a la participación de un municipio que abría el pasado año con 431 censados.

Jornada de convite y de honores a una imagen que salía en procesión para rodear el templo, entre mantillas y la capa castellana negra, y dar paso a los bailes.

Tras los oficios religiosos, un nuevo gesto cargado de simbolismo -el de la continuidad de la tradición- al entregar el bastón de mando a las mayordomas entrantes que en 2026 ejercerán Elvira Hernando y María Dolores Redondo.

La jornada se ha prolongado con el ya habitual convite en el salón de usos múltiples.

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