Una zamorana en Marruecos: Mujeres formadas, mujeres libres
Dori Pérez imparte una formación a jóvenes musulmanas en el colegio salesiano de Kenitra
El centro educativo está dirigido por el sacerdote sayagués Miguel Bártulo
"Me he traído más de lo que yo he podido aportar"

La zamorana Dori Pérez con las alumnas de FP a las que ha impartido formación | CEDIDA
"Me he traído de Kenitra mucho más de lo que yo he podido aportar". Dori Pérez huye de retóricas para expresar a corazón abierto lo que supuesto la experiencia de una semana formando a jóvenes musulmanas que estudian para auxiliares de guardería. Una vivencia de la mano del sacerdote Miguel Bártulo, quien dirige el centro Don Bosco en Marruecos.
Ha sido una semana, pero Dori vuelve con la sensación de haber pasado mucho más tiempo y de recibir bastante más de lo que ha dado. La experiencia educativa en el norte de África con un grupo de mujeres que se forman para ser auxiliares de guardería ha resultado "muy enriquecedora" para esta veterinaria zamorana.
Dori Pérez no se lo pensó dos veces cuando Miguel Bártulo, sacerdote de Villardiegua de la Ribera, le propuso colaborar con la escuela Don Bosco, en la ciudad de Kenitra, que desde hace cuatro meses dirige el salesiano sayagués.
Un proyecto donde se forman más de 1.200 alumnos, la mayoría musulmanes, a partir de Preescolar pasando por Primaria, Secundaria y Formación Profesional con los módulos de guardería y electricidad. "Estoy muy bien y muy contento" transmite Miguel Bártulo desde la dinámica ciudad marroquí, situada a unos 35 kilómetros al norte de Rabat, donde en 1937 se establecieron los salesianos provenientes de Argelia.

Miguel Bártulo (primero por la izquierda) y Dori Pérez (segunda por la derecha) con profesores del centro. | CEDIDA / Cedida
Por encima de creencias o confesiones, el centro ofrece un enfoque pedagógico de aprendizaje activo donde Dori ha constatado "el empeño y la ilusión de las mujeres por formarse para ser independientes" explica la voluntaria zamorana, gratamente sorprendida y con el ánimo de repetir. "Kenitra es una ciudad moderna donde los chicos y chicas se esfuerzan por tener una educación, el centro salesiano dispone de todos los medios y está realizando una labor encomiable que se debe conocer".
Dori ha trabajado con mujeres musulmanas mayores de 18 años, algunas con situaciones complejas, a quienes ha dado clases intensivas sobre ergonomía aplicada a la formación infantil y enfermedades contagiosas no alimentarias durante la primera infancia. El conocimiento del francés ha sido determinante para esta labor de voluntariado que ha requerido del apoyo de una amiga pediatra en la preparación de la formación.
Más allá de los conocimientos transmitidos, Dori ha vuelto a Zamora enriquecida por la cultura y las experiencias de las jóvenes alumnas y un profesorado árabe que la ha recibido con los brazos abiertos. También de la cálida acogida de Miguel Bártulo, perfecto guía para conocer un Marruecos "más allá de la típica visión del turista" y valorar la labor de los Salesianos, "que no van a adoctrinar a nadie. Están para colaborar en la educación de los niños y los jóvenes, y de mujeres que buscan un trabajo para poder ser libres".

Dori Pérez con una profesora de Don Bosco en Kenitra / Cedida
Dori destaca la labor de Miguel Bártulo, quien durante años fue profesor en Zamora, párroco de Lourdes y de pueblos de Sayago como Villardiegua, Pino, Moralina o Torregamones. Y a quien África no le resulta desconocido tras varios años como misionero en Senegal. "Miguel ha sido un revulsivo en la escuela de Kenitra. A las siete y media está como un clavo recibiendo a los primeros niños o levantando una pared con los albañiles" concede Dori Pérez sobre la enorme capacidad de trabajo desplegada por el sacerdote salesiano sayagués.
"Allí me sentía como pequeña. A veces nos jactamos en Europa de ser los más, los mejores y cuando convives con personas como las que he conocido en Kenitra, te das cuenta de que tenemos mucho que aprender de ellos". Por eso –y por muchas cosas más– Dori volverá, enseñará y aprenderá. "Esta experiencia ha sido para mi una lección, me ha servido para saber que no somos el ombligo del mundo".
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