Tradición, orgullo y arraigo

Día de fiesta grande en los pueblos de Zamora. Como cada 5 de febrero, el medio rural hace gala del poderío femenino. La imagen de Santa Águeda buscó la luz del sol en una jornada fría, pero amenizada por los colores de la indumentaria tradicional, los cantos y vítores a su protectora. Si bien en buena parte se ha optado por trasladar los actos al fin de semana para asegurar una mayor afluencia, la huella de la mártir es imborrable.

Ha sido el caso de Morales del Vino que, tras cumplir con la tradición de vestir a la santa y degustar la castañada y chocolatada, celebraba la fiesta oficial pidiendo "la miaja" al ritmo del tamboril. En Villalpando, las mujeres acudían al encuentro de la pregonera Araceli Gallego Flórez a la que el alcalde, José Emiliano de la Puente, entregaba el bastón de mando.

Mientras, en Moraleja del Vino, Roberto Álvarez se estrenaba en este menester tras su reciente nombramiento como alcalde como símbolo previo al oficio religioso y la imposición de medallas. Una nueva muestra de orgullo femenino sin límites.