Aliste
Rabanales rinde honores a San Blas como en el siglo XVII
La hermandad acogía cofrades de Aliste y Tras os Montes que tenían que pagar de entrada una vela de cera, un cordero y un alquer de trigo
El cura Vicente España terminó la oda el 3 de enero de 1874 y aprobada por el Arzobispado de Compostela se estrenó con devotos de 19 pueblos

De arriba a abajo y de izquierda a derecha, momento de la subasta del ramo de rosquillas caseras por 100 euros. La imagen del santo salió en procesión bajo una fina lluvia. El párroco durante la adoración de la reliquia y los mayordomos Santiago Prieto, Clemente Amigo y Santiago Moral. | CHANY SEBASTIÁN
Rabanales de Aliste se vistió ayer de gala para venerar por todo lo alto a su patrono San Blas en una celebración propia del 3 de febrero que ahora se adelanta al domingo anterior a causa del éxodo rural para, de esta manera, favorecer la presencia de los hijos e hijas del pueblo a los que las circunstancias de la vida llevaron a residir lejos de la tierra que los vio nacer.
Misa solemne en honor a San Blas oficiada por primera vez por el párroco africano Kizito. Una vez pasados los años de la crisis sanitaria global originada por la pandemia, se ha restablecido la normalidad y con ella la costumbre de la adoración de la reliquia. El veterano Agustín Moral Lorenzo fue el encargado de subastar el ramo que se vendió por 100 euros.
El día anterior las mujeres procesionaron con la Virgen de las Candelas, cuyas Mayordomas fueron Maribel Losada Martín (Antonio Martín Ratón), Inés Sanabria del Prado (Emilio Gabella Vara) y Victoria González Gago (Marcos Moral Gago).
Los Mayordomos de este año han sido las familias de Santiago Prieto Moral (Catalina Blanco Tundidor), Clemente Amigo Regalado (Catalina Cruz del Prado) y Santiago Moral Matellán. Los maridos fueron los encargados de portar las varas y las mujeres de elaborar el ramo con las artesanas y exquisitas rosquillas caseras.
Ya en 1607, hace 418 años, las Memorias del Arzobispado de Compostela señalaban la existencia de dicha festividad en Rabanales, así como "una reliquia pequeña de San Blas en el altar colateral del lado de la epístola que es de advocación y está puesta en una pequeña cajita de plata". Tiempos aquellos en que existían cuatro ermitas dedicadas a la Vera Cruz, Santiago Apóstol, San Juan Bautista y San Andrés, todas ellas ya desaparecidas.

Una adoración a San Blas "pasada por agua" en Rabanales / Chany Sebastián
La cofradía de San Blas estaba abierta a vecinos y forasteros de otros pueblos alistanos y trasmontanos. El entrante entregaba una vela de cera el día de entrada, abonando un cordero por Navidad y un alquer de pan (trigo) en el mes de agosto tras la trilla.
Obligatoriamente el primer cabildo anual había de celebrarse veinte días antes de San Blas, o sea el 12 de enero, y en él se aceptaban o denegaban las entradas de nuevos hermanos. Los cofrades de Rabanales debían asistir obligatoriamente bajo pena de medio real. Al ser tiempo de frío, lluvias y nevadas, se perdonaba la asistencia a los hermanos de otros pueblos.
El 3 de febrero era día de misa cantada y sermón sobre las virtudes del santo para aumentar la devoción y los hermanos habían de acudir con las hachas encendidas, pues de no hacerlo eran sancionados con un cuarterón de cera. En la misa se daba a adorar la reliquia a los cofrades y ya por la tarde a todos los devotos. Tenían los cofrades derecho a una "comida decente que se componga de una olla de vaca y carnero y con postre de fruta y no de otra cosa".
Para ser de la hermandad, la primera premisa rezaba que "todos los cofrades de dicha cofradía nos amemos los unos a los otros, vivamos en caridad, ayudándonos en nuestras necesidades, consolándonos en nuestras aflicciones, visitándonos en nuestras enfermedades y asistiéndonos en nuestros entierros los unos a los otros".

Una adoración a San Blas "pasada por agua" en Rabanales / Chany Sebastián
Las ordenanzas prohibían la entrada de gente de malas costumbres: "Es nuestra voluntad que ningún logrero (prestamista), blasfemos, persona que esté en algún pecado público o haya sospecha que está en cisma de mal cristiano sea recibido en nuestra hermandad".
Clemente XII fue el Sumo Pontífice que le concedía la bula a la cofradía de San Blas el 4 de diciembre de 1714, con lo cual las primeras indulgencias llegaron el 2 y 3 de febrero de 1715, hace ahora 310 años. Además de las propias del día de San Blas, la bula pontificia incluía otras cuatro fechas donde se podían ganar "siete años y siete cuarentenas de perdón": en San Fernando (30 de mayo), San Agustín (28 de agosto), San Simón (28 de octubre) y San Silvestre (28 de diciembre).
Por el hecho de pertenecer a la cofradía de San Blas, los cofrades el mismo día de oficializarse su entrada obtenían la "indulgencia plenaria y remisión de todos los pecados confesando y comulgando" y "en el día de su muerte".
Otra fecha histórica fue la del 3 de enero de 1874 cuando el entonces párroco Vicente España culminaba la oda religiosa a San Blas que compuso en las largas noches de otoño e invierno al calor de la lumbre y la luz del candil. Tres semanas después, el Arzobispo de Compostela le daba su visto bueno y el canto se estrenó el 3 de febrero de ese mismo año con la presencia de devotos y hermanos de 19 pueblos.
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