Un árbol por don Miguel en Quintanilla del Olmo

El pueblo de Tierra de Campos celebró la fiesta de San Babilés imbuido por el recuerdo de quien fuera su párroco durante los últimos 57 años

"Nos ha dejado huérfanos, era como de la familia"

El alcalde de Quintanilla de Olmo y una vecina plantan un árbol en su recuerdo de Miguel Morán

El alcalde de Quintanilla de Olmo y una vecina plantan un árbol en su recuerdo de Miguel Morán / Cedida

Quiso el destino que don Miguel muriera en vísperas de San Babilés. Nunca, durante los últimos 57 años, había faltado el párroco en la fiesta del patrón de Quintanilla del Olmo. Hoy el pueblo se siente huérfano. "Era como de la familia"

Cada 24 de enero Quintanilla del Olmo honra a su patrón. San Babilés reúne a vecinos e hijos de este pequeño pueblo de la Tierra de Campos donde apenas 47 personas lo mantienen con vida. Pero este 24 de enero no ha sido lo mismo. Por primera vez en los últimos 57 años, la misa no ha estado presidida por "don Miguel". Una neumonía acabó con la quebradiza salud del sacerdote y sus parroquianos de Quintanilla del Olmo se han quedado huérfanos.

Don Miguel durante la fiesta del Cristo de Quintanilla del Olmo

Don Miguel durante la fiesta del Cristo de Quintanilla del Olmo / Cedida

"Se nos ha ido una persona de la familia" se sincera el alcalde, Vicente Peláez, todavía intentando digerir la ausencia de Miguel Morán García. "Muchas generaciones de Quintanilla no hemos conocido a otro cura". Por eso, la fiesta de este año ha sido un carrusel de emociones, con cuatro sacerdotes concelebrantes evocando a este "cura bueno" y unos vecinos intentando digerir la ausencia de quien, desde su sencillez. tolerancia y espíritu de colaboración, ha sido toda una institución en Quintanilla del Olmo.

Por eso, cuando el día de San Babilés un familiar del sacerdote entregó un arbolito al pueblo para que se plantase como homenaje al religioso, el Ayuntamiento con su alcalde no se lo pensó ni un minuto. Plantaron el pino en un espacio público donde se colocará una valla, un murete y un banco y será el "espacio en recuerdo de don Miguel" explica Peláez

Seguro que no va a haber árbol mejor cuidado en un pueblo que tuvo el privilegio de contar con una persona "de mirada clara y transparente que nos ha transmitido unos valores muy positivos. Ha sido un referente ético y moral" transmite Vicente Peláez poniendo voz al sentir del pueblo que acudió en masa a despedirlo en el funeral celebrado en Carbajales de Alba, donde el sacerdote había nacido el 17 de marzo de 1939.

MIguel Morán celebra una misa en la iglesia de Quintanilla del Olmo

MIguel Morán celebra una misa en la iglesia de Quintanilla del Olmo / Cedida

Cuentan en Quintanilla del Olmo que don Miguel "siempre estaba dispuesto a atender a las personas, aceptaba las propuestas que se le hacían, bautizos, bodas... Nunca puso una pega a nadie".

Y fue cura de Quintanilla -también llevaba 57 años en Prado– casi hasta el último aliento. "Últimamente estaba enfermo pero en cuanto se recuperaba volvía a decir misa". Todos los domingos se abría la iglesia de San Babilés para celebrar la misa en este pequeño pueblo y el "hermano" Prado. Hasta esa hermandad cuidó con celó el añorado sacerdote.

Pese a sus años, la falta de presbíteros le llevó a repartirse la última década con Villamayor de Campos, Villar de Fallaves y Castroverde de Campos. Pueblos todos que celebrarán una misa en recuerdo de un cura bueno que no conoció enemigos. "Nadie puede hablar mal de él".

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