Entrevista | Dany Alonso Álamo Cortador y ganador del Campeonato de Cortes de Castilla y León
"Sigo manteniéndome año tras año por la ilusión y lo mucho que me gusta el toro"
"La gente joven viene muy fuerte, se preparan físicamente de una manera espectacular y te toca estar compitiendo al máximo nivel"
Haber compartido espacio de infancia en el mismo pueblo, Vezdemarbán, que "leyendas" del corte como Víctor Holgado o Juan Pablo fue un aliciente para que un jovencísimo Dany Alonso persiguiese su sueño: ser cortador. Tras 19 temporadas, cientos de plazas y otros tantos triunfos, puede decir que lo ha conseguido con creces.
–Acaba de ganar el Campeonato de Cortes de Castilla y León. ¿Qué le supone?
–Para mí, es un punto de inflexión porque, después de estar tantos años arriba, cerrar la temporada de la mejor manera posible, ganando el Campeonato de Castilla y León, es muy bonito.
–¿Cómo vivió la tarde?
–Fui con muchas ganas y mucha ilusión. Estaba mentalmente muy preparado. Sabía a lo que iba y lo que quería conseguir. Unos días antes, les dije a unos amigos que iba a salir a ganar como antiguamente, que iba a dar un golpe en la mesa para que sepan que no me he ido. Fue un concurso muy bonito, hubo muchísimo nivel, no esperaba tanto, y fue una tarde espectacular. Los toros acompañaron, fueron muy buenos y es una ganadería que me encanta, cuando he podido torear los de Brazuelas, siempre he tenido buenas actuaciones.
–¿Este primer puesto le ha valido para resarcirse del Campeonato Mundial de Cortes de este verano, en el que no pudo ser?
–Llegué a clasificarme para la semifinal, estuvimos muy ajustados el compañero que pasó y yo, pero no me quedan espinitas porque yo digo que, cada año que pasa, es una plaza nueva porque cada vez que sales no sabes lo que te vas a encontrar. El Campeonato de Castilla y León está generando mucha expectación ahora mismo, la gente está acudiendo a la plaza y creo que es un aliciente.
–¿Qué balance hace de esta temporada 2024?
–Ha sido un poco extraña porque, a principios de temporada, no estaba muy animado, no me apetecía mucho competir y, a raíz de echar tardes y volver a coger confianza conmigo mismo, hacia últimos de agosto y septiembre, como que me volvió la ilusión. El final de temporada ha sido muy bueno, he estado muy a gusto delante de la cara del toro, he podido disfrutar mucho, en una semana gané cinco concursos.
El mano a mano con Daniel Barbero en la final de La Flecha fue un puro espectáculo, los dos estuvimos muy igualados y creo que Barbero tiene tiempo y ganas para poder ganarlo a corto plazo, se lo merece igual que yo. Yo digo que el toro te pone cada vez en un sitio y hay que saber afrontarlo y no tirar la toalla nunca, aunque no estés bien, todo pasa y, al final, vuelves a coger el hilo.
–Lleva ya muchas temporadas, pero sigue rayando a muy buen nivel. ¿Cómo se consigue eso?
–Con mucha ilusión. Si no fuera por la ilusión que tengo de seguir compitiendo y la pasión que tengo por el toro, después de todo lo que he ganado, de los premios importantes, como Valencia, Castellón, Medina del Campo, el Campeonato de España, la Liga del Corte Puro,... pues creo que dejaría un poco la ambición, pero sigo manteniéndome año tras año por eso mismo: porque me gusta mucho el toro, él me lo ha dado todo y creo que es como un deber que estoy pagando al toro.
–¿Siente lo mismo cuando se pone delante del toro que cuando empezaba?
–No. Ahora paso mucho más miedo. Cuando empecé, no tenía miedo a que me pasara nada, no tenía nada que perder, ahora sí tengo mucho que perder y mi cabeza está todo el rato pensándolo. Es un cúmulo de cosas, pero intento salir con la cabeza despejada y siempre sabiendo lo que estoy haciendo y dónde lo tengo que hacer.
–Eso supone mucha preparación mental. ¿Cómo es la suya?
–Para mí, la preparación mental es el 80 %. Los inviernos los paso en mi finca, me gusta estar mucho tiempo solo, pensar mucho lo que voy a hacer, veo muchos vídeos de cortes en los que he actuado, me gusta estudiar los concursos y, aunque haya acabado la temporada, me gusta estar metido en el mundo del toro porque siempre estás aprendiendo. Me gusta tener la cabeza preparada para poder estar al 100 % el día que me llamen para hacer una fecha.
–¿Es fundamental el apoyo de la familia?
–Desde que tuve a mi hija, que tiene siete años ya, sí que lo veo de diferente manera; sí siento que, en casa, cuando voy a algún concurso, la familia no lo pasa bien y, últimamente, mi hija sí que me apoya y me da ánimos, pero, si por ella fuera, habría acabado la temporada ya hace rato.
–Después de prácticamente 20 años, ¿ve cerca su retirada o aún queda Dany Alonso para rato?
–Sí. Mientras me vea a gusto y siga disfrutando en la cara del toro; tampoco lo he pensado y creo que eso hay que pensarlo. De momento, estoy feliz, a gusto y disfrutando de lo que hago. Que en vez de hacer 80 fechas tengo que hacer 50, pero me veo físicamente muy bien y con la cabeza muy bien preparada para afrontar unas cuantas temporadas más. Me encuentro más a gusto ahora que antes, voy sin presión porque voy a disfrutar; si sale un toro bueno, puedes cuajar una buena tarde y darle al público lo que se merece, es lo que quiero conseguir: seguir haciendo disfrutar a la gente y los premios que tengan que venir que vengan, que agradecido estoy.
–Ha competido con los veteranos del corte y ahora lo hace con una nueva "hornada", ¿cómo ve a la nueva generación de cortadores? ¿Es diferente a aquella?
–La gente joven viene muy fuerte, se preparan físicamente de una manera espectacular, son atletas. Cuando yo empezaba, que era un niño, con Víctor Holgado, Pajarito, Roberto Llorente,... era totalmente diferente, no se preparaban tanto como ahora, que, desde el primer concurso, salen arreando muy fuerte y te toca estar siempre compitiendo al máximo nivel.
–¿Se siente más cómodo en alguna de las dos generaciones?
–Si tengo que elegir, me quedo con la pasada. El compañerismo era mucho mejor, era otro rollo. Había mucha competencia, pero era más sana que ahora.
–Entonces, ¿hay amistad, a pesar de la rivalidad?
–Sí. Cada uno se lleva mejor con unos o con otros, pero, cuando un toro coge a una persona, por mucho pique que tengas con tu compañero o aunque sea una final disputada, siempre sales a quitárselo; en eso, hay mucho compañerismo, salen todos. Eso es por bandera, es lo que tienes que hacer; creo que te sale solo, no piensas ni en quién es ni cómo se llama, quieres quitarle el toro y que no le pase nada.
–¿Hace falta una apertura de carteles en los cortes, como suele decirse en cuanto a las corridas de toros?
–Sí que se da hueco. Por ejemplo, Toro Duero, para el Campeonato de Castilla y León, siempre cuenta con cinco o seis chavales nuevos, sí se abre mucho el abanico, pero sí es cierto que la gente está acostumbrada a que los diez o doce de arriba son los que verdaderamente levantan el espectáculo tarde tras tarde y, al final, eso es lo complicado. Cuando haces 80 o 90 fechas, estar una temporada tan larga y que levantes al público tantas tardes es muy difícil, y hay chavales que se quedan por el camino porque no lo llevan dentro.
–¿Y de quién aprendió a cortar usted? ¿Cuál era el espejo en el que se miraba, su referente?
–Tuve la suerte de tener en mi pueblo a dos grandes cortadores como Víctor Holgado y su primo Juan Pablo. Yo echaba muchas tardes con ellos y me gustaba mucho fijarme en todos, pero, teniendo la suerte de que dos grandes del mundo del corte en mi pueblo me ayudasen y me enseñasen, para mí, era un factor fundamental. Poder hacer capeas con ellos,... yo tenía 12 años y me acuerdo de que hacía capeas con Pajarito, con Luismi, el de Dueñas,... hacía capeas con cortadores que admiraba, era un orgullo.
–Eso le alimentaría la ilusión por seguir persiguiendo ese sueño de querer llegar...
–Claro, porque, al estar tantos días con tantos cortadores de la élite, de los que tú admiras cuando eres pequeño y quieres ser como ellos, a poderte fijar y pasar tardes y tardes con ellos y aprendiendo de cómo lo hacen,... aunque cada uno tenía su estilo, yo siempre intentaba quedarme con algo de cada uno porque siempre te aportaban algo.
–¿Y cómo definiría su estilo?
–Siempre me defino como diferente porque ni yo mismo sé muchas veces lo que voy a hacer. Salgo a una plaza pensando que voy a hacer una cosa y, de repente, no me gusta lo que el toro ha hecho y tengo en la cabeza mil cosas para hacer, dependiendo de lo que me haga el toro, lo hago o lo dejo pasar; soy una caja de sorpresas.
–Para eso, hay que conocer muy bien el comportamiento del toro,...
–Lo más importante es conocer los animales, dónde tienen las querencias, cómo salen, cómo galopan,... y todo eso lo aprendí de la vieja escuela.
–Cree que, ahora, ¿el referente para los que empiezan es usted?
–Me imagino que alguno habrá. Cuando me preguntan, siempre intento decirles que lo que tienen que hacer es disfrutar del toro, que es el que manda y el que te va a poner arriba o abajo, dependiendo de cómo tú lo hagas.
–¿Tiene alguna plaza talismán?
–Siempre ha sido Medina del Campo. Haber podido ganar cinco veces allí; creo que, para cualquier cortador, es un sueño ganar una vez, pues imagínate ganarlo cinco veces, creo que es lo más. Sí que tengo plazas que me encantan, por ejemplo, la de Villabuena del Puente es una plaza portátil, pero es un pueblo en el que me siento como si fuera de allí, con todo el cariño del pueblo que recibo. Son sensaciones con las que no hace falta que estés en una plaza de primera para poder triunfar y para sentirte muy querido.
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