Pastores contra el lobo, la propuesta para proteger el ganado

El director general de Patrimonio Natural y Política Forestal de la Junta de Castilla y León, José Ángel Arranz, introducía un nuevo elemento al debate sobre la prevención de los ataques del lobo: la contratación de pastores, barajada por la Junta de Castilla y León. Este tema se trató en el transcurso de una de las intervenciones, en Taller de Métodos de Prevención de daños del lobo, que se desarrolla en el Parador de Puebla de Sanabria hasta el viernes. Borja Heredia Armada de Jefe de Área de Fauna Terrestre del MITECO asistió a la inauguración.

El lobo ya se reproduce en la Sierra de la Culebra dos años después de los incendios forestales

El alcalde de Puebla, José Fernández Blanco, señalaba la importancia de la Sierra de la Culebra y la Cabrera en la presencia del lobo y la “equidistancia” respecto a las subastas de la caza del lobo, y la defensión “de que fuera una especie protegida” unida a “la protección del ganadero y pueblos vivos”.

La intervención del experto Daniel Mettler AGRIDEA, de Suiza, ahondó en esta medida aplicada en su país. Sobre el coste de implantar esta medida es “un salario adecuado, 15.000 euros por pastor” en contestación al responsable de la Junta. Arranz participaba en estas jornadas especializadas organizadas por el Ministerio de Transición Ecológica, la Junta de Castilla y León y la empresa pública TRAGSATEC, con la participación de cerca de 90 participantes de Europa y América del Norte con la misma problemática y búsqueda de soluciones. 

Arranz concretó los datos de 2023 sobre ataques, 3.600, y un total 5.566 reses que supone 3,5 millones de euros en indemnizaciones, frente a los 100.000 euros que se pagaron en 2’055-2006. Casi un millón de euros son por condenas judiciales a la Administración autonómica por responsabilidades patrimoniales. El director general de Patrimonio Natural pidió “más I+D. Hace falta más investigación”. La implantación de medidas preventivas no puede aplicarse “sin contar con el ganadero y con el modelo de explotaciones”. Refrendó los datos del último censo, 193 manadas en la Comunidad con un 8% de incremento sobre el último censo y expansión por las nueve provincias.

Matt Hyde, investigador de la Universidad de Colorado en USA, repasó la reintroducción del lobo en el parque de Yellowstone, la fuerte conflictividad social en algunas áreas, la presencia de diversidad de depredadores, desde el oso pardo, el puma o el coyote, y las presas salvajes como el venado y el wapití. Hyde detalló los mecanismos de prevención como radiomarcaje, potreros nocturnos, seguimiento GPS, e incluso el uso de drones disuasorios de vigilancia que ahuyentan a los lobos con la activación de voz humana, un sistema en experimentación que requiere de dos pilotos de dron de tarde y noche. Mat Hyde apuntó también la colaboración de voluntarios de ONGs para labores de pastoreo.

Valeria Salvatori del Instituto de Ecología Aplicada en Italia abordó los métodos de prevención a través de procesos participativos, a raíz de las medidas de la Comisión Europea con la creación de una plataforma con representantes medioambientales, cazadores y ganaderos. En este caso apelando a la participación de las comunidades del territorio. 

En cuanto al manejo de ganado en extensivo en Suiza, Daniel Mettler, concretó la política ganadera subvencionada, es el tercer país del mundo más subvencionado, por detrás de Noruega y Japón. Están diferenciadas tres regiones de pastoreo, pirenaica, prealpina y jurásica. Los mayores problemas se plantean en media y alta montaña por la orografía. “Más uso de pastores y mantener los recursos humanos” es parte del modelo alpino. El vallado en determinadas zonas es muy complicado. Ahondó también el control de ejemplares y manadas cuando se alcanza un determinado nivel de daños, de 50 inicialmente se bajó a 25. Otra de las medidas es la regulación de los perros del ganado. 

La intervención de la ganadera afincada en Alberta, Canadá, Louise Liebenberg, detalló las características de su explotación donde no se caza y donde se van modificando según “una caja de herramientas” las medidas disuasorias para el lobo, desde las cercas eléctricas, el pastoreo a caballo, crotales lumínicos, el uso de perros. Destacó dos hecho, el seguimiento de los lobos sobre la fauna salvaje y el manejo de ganado que evite que los lobos se alimenten de reses muertas que inducen al ataque al ganado. La certificación de la carne, con estas prácticas, es otra medida aunque no tan valorada en Canadá como en Europa.