Entrevista | María Revuelta Periodista

"Los toros son parte de nuestra identidad y, si perdemos eso, perdemos todo"

"Los zamoranos son humildes; cuesta ganar su amistad, pero es para toda la vida porque es gente de verdad, que no te va a fallar"

La periodista María Revuelta, en una de sus visitas a Toro.

La periodista María Revuelta, en una de sus visitas a Toro. / Cedida.

A María Revuelta "la nacieron" en Zamora, como a Clarín. Ella conserva en su corazón un hueco de oro para la provincia y, especialmente, para Villamayor de Campos, donde pasó parte de su infancia y donde arraiga su afición al toro, que ha convertido en la profesión que soñaba ejercer desde que era niña.

–¿Qué le vincula a Zamora?

–Nací en Zamora por pura casualidad porque mi madre es de Valladolid y mi padre es gallego. Los dos estaban destinados allí por sus trabajos; mi padre es veterinario y mi madre ha ejercido de enfermera, aunque acabó la carrera de Medicina. El destino los unió en Zamora, se conocieron allí y, tras un breve noviazgo, se casaron y nací en Zamora. En la ciudad, estuve sólo un año; por el trabajo de mi padre, nos fuimos a Villamayor de Campos, al lado de Villalpando, y desarrolló su trabajo como veterinario en esa zona de Tierra de Campos, Villardefrades, Tapioles, Cañizo,... Yo estuve allí hasta los diez años. Además, mi abuelo vivió en Alcañices y mi padre estuvo interno en los Escolapios de Toro.

–¿Cómo fue su infancia en esa zona?

–Recuerdo mi niñez muy tranquila, una vida de pueblo que, hoy en día, viviendo en Madrid, la echo de menos.

–¿En esa zona arraiga su afición al toro?

–Recuerdo que, en Villamayor, había dos fiestas patronales: en mayo, la bajada de la Virgen y, en agosto, San Roque, como en la mayoría de los pueblos de España. Y siempre, las fiestas vinculadas al toro, al toro enmaromado, tradición que han heredado de Benavente, que era, después de Villalpando, el pueblo más grande de la zona; y la suelta de vaquillas, donde me lo pasaba pipa; me colocaba mis vaqueros, mis zapatillas, mi camiseta y mi madre "¿dónde vas?" yo daba un portazo y me iba, no decía dónde, pero ella ya sabía; además, nuestra casa daba a la plaza que se hacía con remolques y ella me vigilaba desde arriba y, cuando veía que saltaba, "María, haz el favor, sube", yo me hacía la orejas, como que no la escuchaba, no salía, me quedaba pegadita a tablas, pero disfrutaba.  Yo creo que empezó un poco entre eso y que mi padre me llevaba los sábados a las visitas y a las fincas ganaderas, y me encantaba ver cómo trabajaba con los animales.

–¿Conserva algún vínculo?

–La verdad es que no. Como ya era una zona un poco despoblada, uno de los grandes males de nuestra querida Zamora, ya había falta de niños en el cole; entre eso y que me fui con diez años, el vínculo lo vas perdiendo. Mi padre conserva una bodega en Villar de Fallaves, donde da rienda suelta a su otra gran pasión: hacer vino. Tiene una pequeña viña, compra uva de Toro, hace vino para la familia y los amigos. A veces, me arrepiento de no haber intentado con él algún proyecto, incluso, dentro de la Denominación de Origen Toro, estoy segura de que me habría mantenido más unida a esa tierra que me vio nacer y crecer.

–¿Vuelve a menudo?

–Todos los años celebramos el cumpleaños de mi padre en El Ermitaño de Benavente, Pedro Mario es amigo de la familia y es una tradición ir. A Zamora, desgraciadamente, poco. Siempre digo "cuando consiga juntar cuatro días, uno de ellos, voy a Zamora", me gusta mucho la zona de Viriato, el Parador, el río,... Creo que Zamora es de las provincias más olvidadas de la región y me gustaría que la gente la conociera porque la zona antigua sorprende mucho, no te esperas esas calles, ese puente, ese río, cómo es la gente de acogedora, cómo es el zamorano,... un denominador común en todos es que son humildes; a lo mejor, cuesta ganarte su amistad, pero, cuando te la ganas, es para toda la vida porque es gente de verdad, pura, que no te va a fallar ni te va a traicionar, también creo que es gente poco ambiciosa, están en su zona de confort porque no esperan nada de nadie, como nadie les ha ayudado a nivel político, han entrado en un rollo conformista, pero eso es un valor que les hace ser gente leal y legal. Me gustaría que la gente fuera a Zamora y conociera también todos los pueblos de alrededor y las zonas del Vino, del Pan, Tierra de Campos, la sierra de la Culebra, la zona colindante con Portugal,...

–Coordina el Curso de Periodismo y Comunicación Taurina de la Comunidad de Madrid, cuya siguiente edición va a comenzar próximamente y que dirige otro zamorano...

–David (Casas) y yo nos llevamos muy bien, precisamente, por la forma de ser que tenemos los zamoranos; es muy fácil trabajar con él, solamente tengo buenas palabras para él y me alegra que dos zamoranos estén dentro de este curso, que es como nuestra niña bonita. Cuando aúnas dos pasiones, como son el periodismo y el toro, es como un sueño que creo que hace una labor muy importante de divulgación y difusión de la tauromaquia, a través de la educación, que creo que es fundamental. Nos gustaría llegar también a los colegios, pero la verdad es que los políticos lo ponen muy complicado porque ha habido muchas generaciones de aficionados que se han perdido por el tema político. Creo que el llegar a la base, al colegio, al instituto, a la universidad, es fundamental para seguir manteniendo y crear todavía más afición. 

–Cada edición, hacen una visita a Toro. ¿Se repetirá en esta?

–Por la parte de la organización, sin lugar a dudas. Ya es una tradición, todos los años vamos a Toro a pasar un día maravilloso, que tenemos señalado con luces de neón en el calendario. Toro es otra ciudad que la gente debería conocer, la mayoría de alumnos dicen "no sabía que era tan bonito, que tenía esta riqueza cultural". Muchos vuelven después porque se sorprenden de que haya una ciudad tan bonita que, además, es la única con nombre de toro y que tenga esa plaza, que es una maravilla y es única en España y en todo el mundo y en la que debería haber una miniferia más grande y más cosas a lo largo del año porque es una pena desaprovechar ese espacio.

–¿Han tenido alumnos "alejados" del mundo del toro? ¿Han logrado hacer aficionados a lo largo de las ediciones?

La verdad es que no. Normalmente, es gente muy aficionada que quiere, sobre todo, adentrarse más en el mundo del toro, no solamente quedarse en una tarde de toros, sino ir a tentaderos, tener encuentros con toreros, conocer cómo se elabora un vestido de luces, hacer el tour de Las Ventas, ir a clase en la primera plaza del mundo, eso es un lujo. Hay dos versiones, presencial y online, pero, como es un curso de pasiones, la pasión del toro y la pasión de la comunicación, para quien la tenga y la quiera desarrollar, tiene que ser algo de piel con piel, algo que experimentes día a día, viniendo cada fin de semana a la plaza. El simple hecho de atravesar ese patio de arrastre y las galerías vacías de Las Ventas una mañana fría de invierno y dar clase en ese aula institucional, que solamente está reservada para la reunión del Consejo del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, eso es un auténtico lujo. Si lo complementas con vivir un día de tentadero o ver el toro, uno de los animales más bellos del mundo, en su hábitat natural, que es el campo, eso ya es como el clímax para un aficionado.

La mayoría que viene son aficionados, este año hay uno que está empezando a serlo, pero no tiene ni "papa" de toros, es periodista, hace un programa en una televisión local en Soria sobre el toro y una antigua alumna le está intentando introducir para que se aficione y se empape de esta afición tan bonita que compartimos. Hasta ahora, es la única persona que se ha acercado al curso sin ser aficionado.

–Usted también fue alumna del predecesor de este curso, ¿los toros le llegaron "por casualidad"?

–Fue un poco de todo. La afición estaba ahí desde Villamayor de Campos, viendo toros allí, en Medina de Rioseco, en Valladolid ciudad,... y, a nivel profesional, llegó de casualidad porque mi pareja empezó a dirigir un canal de toros, yo empecé a vincularme, coincidió que creé mi propia empresa y empezaron a venir clientes vinculados con el toro, por esa relación diaria que teníamos con el sector. Poco a poco, te vas introduciendo, luego empezó el curso; luego, One Toro y en este punto estamos.

–Precisamente, es cara visible en el programa "A Toro Pasado", de One Toro y, también, ejerce labor detrás de las cámaras. ¿Cómo es cada una de esas partes?

–El trabajo más visible es el de "A Toro Pasado", pero una hora de preparación de un programa de televisión lleva muchas horas detrás de documentación, producción,... sobre todo, mi labor está enfocada en Programas. Pero, en el día a día, lo que pueda ayudar, ya sea producción, edición, locución, redacción de textos, entrevistas,... lo que vaya surgiendo porque el equipo no es muy grande y todos hacemos de todo.

–Usted se inició en COPE Castilla y León y en Castilla y León Televisión, ¿eso marcó el resto de su trayectoria profesional?

–Sí, totalmente. Yo tenía muy claro, desde los 10 u 11 años, que quería ser periodista y, además, de televisión. Me ponía a jugar con muñecas, pero también jugaba a ser periodista, con un espejo de tocador de mi madre, con el periódico y me ponía a leer el periódico y a mirarme en el espejo, como que estaba haciendo el Telediario. Yo lo tenía bastante claro. Lo de Cope y la tele local de Valladolid y Televisión Castilla y León terminaron de dejármelo más claro, si cabía, que quería dedicarme, sobre todo, al tema audiovisual. Cuando empecé haciendo prácticas en Cope y luego, en la tele y empecé a trabajar después de las prácticas, ya sabía que mi camino tenía que ir por ahí porque era lo que me gustaba y lo que se me daba bien.

–¿En qué otros proyectos está inmersa ahora?

–Me gustaría hacer algo de radio vinculada con el toro. Me gustaría seguir haciendo cosas nuevas por el toro porque creo que en nuestra mano está que esto no se muera y hacer las cosas bien. Y que ya tiene que haber un relevo generacional en el periodismo taurino porque hay gente a la que le cuesta irse, pero tienen que dar paso a la gente joven o menos joven, por el bien de ellos mismos, de la Fiesta, del sector y de la profesión. ¿Ideas? Tengo muchas. Que se puedan materializar depende de muchos factores. También el patrocinio está muy complicado porque no tiene buena prensa; tú vas con un proyecto, que puede ser el mejor, con muchísima ilusión y muchas ganas de trabajar, lo plantas en una empresa, en otra y en otra porque tiene que haber un soporte económico detrás; si no lo hay, no lo puedes materializar. Sí que me gustaría, y también es un llamamiento a las instituciones, que se mojen, que ayuden porque tenemos que recordar que los toros son parte de nuestra cultura, de nuestros pueblos y de nuestra identidad más profunda y que, si perdemos eso, perdemos todo porque perdemos nuestras raíces y qué pena, ¿no? Perder nuestras raíces.

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