Bajo Duero no garantiza una campaña de riego normal

La CHD avisa del actual marco climatológico "que obliga a ser conscientes de la cada vez más frecuente aparición de circunstancias climatológicas extremas durante la primavera y el verano"

Vistas del valle del Duero desde la Cresta del Gallo, en Carrascal, en el límite de Zamora con Pereruela.

Vistas del valle del Duero desde la Cresta del Gallo, en Carrascal, en el límite de Zamora con Pereruela. / Zamora Biodiversa

I. B.

La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) iniciará este miércoles, 13 de marzo, la ronda de reuniones de las Juntas de Explotación de cara a la campaña de riego 2024, cuando se definan los consumos de agua en los sitemas, entre los que Bajo Duero destaca por una lenta recuperación que no asegura el riego para la temporada.

Estos encuentros tienen como objetivo analizar el estado de las reservas en los embalses de cada sistema para adoptar una propuesta de volumen mínimo de embalse a conservar al final de la campaña, y, a partir de ese valor, estimar las dotaciones orientativas máximas de agua para cada uno de ellos, en función de la disponibilidad de agua. Dichas propuestas se elevarán posteriormente a la Comisión de Desembalse.

En estos momentos, los embalses gestionados por la CHD se encuentran al 75,3% de su capacidad total, con 2.150 hectómetros cúbicos de agua almacenados, casi dos puntos más que hace un año (73,6%), y uno por encima de la media de la última década (74,5%).

Con estos valores de reserva, la situación de la campaña de riego, en términos generales en la cuenca del Duero, se presenta muy favorable.

Bajo Duero

Aunque las últimas semanas del invierno están siendo muy favorables, nunca debe olvidarse el importante papel que juega la climatología durante la primavera para el desarrollo de la campaña de riego. El sistema Pisuerga – Bajo Duero es el único que, aunque presenta un mejor estado respecto al año pasado, no tiene garantizada, en este momento, una dotación que le permita desarrollar una campaña de riego normal.

En todo caso, el actual marco climatológico obliga a ser conscientes de la cada vez más frecuente aparición de circunstancias climatológicas extremas durante la primavera y el verano. Como ejemplo más reciente se puede hablar del pasado año 2023, donde un periodo extremadamente seco entre marzo, abril y parte de mayo, motivó que fueran precisos unos consumos de agua en regadío muy importantes para esas fechas, lo que vino a complicar el desarrollo de la campaña, aunque las lluvias de junio y septiembre ofrecen necesario para concluir esa campaña 2023 cumpliendo los objetivos que se habían determinado.