Las organizaciones agrarias han solicitado que se autorice el uso de productos fitosanitarios en el cultivo del lúpulo "para tratar de forma rentable y eficiente las plagas y enfermedades más comunes, evitando cuantiosas pérdidas de cosecha en cantidad y calidad, como ha ocurrido este año por los ataques de oídio a la planta".

Este cultivo es cada vez más común en Castilla y León y tiene un peso de especial importancia en la provincia de León, aunque también se cultiva en el norte de Zamora.

Las enfermedades que afectan a la planta producen cuantiosas pérdidas a los lupureros, que se enfrentan solos a las plagas. Al margen de la falta de ayudas, el mayor problema que tiene en la actualidad el sector es la inexistencia de productos fitosanitarios por tratarse de un cultivo de los denominados "menores", para los que no hay respuestas rápidas por parte de las multinacionales de los agroquímicos, al no ser tan rentable la puesta en el mercado de productos nuevos que sustituyan a los que se retiran de la circulación por ser potencialmente más peligrosos.

En la campaña de 2023 los lupureros no disponían en el mercado de ningún producto disponible para su uso en las parcelas cultivadas de esta planta cannabácea.

Por otra parte, los representantes de los agricultores han hecho un llamamiento a las empresas que comercializan el lúpulo para que revisen al alza los precios de los contratos, compensando los mayores costes, y que se comprometan en su política comercial a medio y largo plazo para dar certidumbre al sector.

Las organizaciones agrarias quedan a disposición del Ministerio de Agricultura y de la Consejería de Agricultura de la Junta de Castilla y León para abordar esta cuestión, y en este sentido han solicitado la creación de un grupo de trabajo técnico que presida el Ministerio por ser en el que recaen las mayores competencias en esta materia.