La Opinión de Zamora

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La avispa asiática sigue ganando terreno en la meseta de Zamora

La velutina pone en jaque a un sector de empleo rural marcado por la sequía, las enfermedades y el aumento de los costes

Mapa de las trampas y capturas de avispa asiática en otoño de 2022 por la Junta de Castilla y León. | Ical

La apicultura zamorana ha sufrido los estragos de dos años marcados por la sequía, los incendios y el aumento de los costes de producción, crisis a las que ahora se les suma la invasión de la avispa asiática, una especie invasora que mata las colmenas y cuya población ya se ha propagado por toda la provincia.

La llamada velutina, que llegó hace ya unos años de China, ha sido capturada ya en zonas de la meseta zamorana, áreas donde hasta el pasado año no se había visto. Y es que la población de esta invasora se ha afianzado en la provincia, donde el verano pasado ya se encontró su presencia en el valle del Tera y en la primavera en Aliste, según el testimonio de un apicultor consultado por este diario.

Además de estas zonas nuevas, la avispa asiática ha consolidado sus poblaciones en toda la línea horizontal de la Cordillera Cantábrica, así como en El Bierzo y Sanabria, donde hace los mayores estragos entre los apicultores. Y es que en los dos últimos años la población apícola zamorana ha migrado hacia Sanabria, la zona de la provincia que resistía a la sequía o que se había salvado de los fuegos por ser una zona húmeda, que también es el clima preferido para la proliferación de la vetulina.

Allí ya empiezan a ponerse en marcha las trampas instaladas por los propios profesionales del sector o incluso por los agentes medioambientales de la Junta, ya que la vetulina es un serio problema para la población de abejas.

Además de la población creciente de avispa asiática, los apicultores zamoranos luchan contra las malas prácticas de algunos apicultores trashumantes, cuyas colmenas recién castradas atacan a las colmenas estantes en busca de alimento, ya que por la sequía, el campo zamorano no ha sido capaz de producir suficiente floración para los polinizadores. Una sequía que también ha favorecido a la varroa, no solo en las colmenas estantes, sino también en las trashumantes, que pueden contagiar a las locales.

Estos factores junto con la falta de alimento pone en jaque a las colmenas, que en Zamora, ya se resienten tras dos primaveras sin floración, fenómeno que ha hecho que muchos apicultores ya se hayan quedado sin miel que vender, y también sin miel para alimentar a las propias abejas, que llevan meses sobreviviendo gracias a la suplementación de los propios apicultores.

Nidos en la meseta

Por primera vez, en otoño de 2022, época del año donde este insecto ya se ha desarrollado y son seres adultos, ha sido vista y capturada en zonas de Meseta, incluida en sus partes de la provincia de Zamora. La detección de la avispa asiática en zonas de clima más seco comprende una novedad, ya que esta especie invasora tarda más y tiene mayor dificultad para adaptarse a climas secos con ausencia de humedad, según fuentes consultadas por este diario.

Los nidos de la vetulina ya han dejado estragos económicos en Castilla y León, en concreto, en la comarca de Las Merindades: Burgos es la provincia con mayor incidencia de vetulina, un presagio de lo que podría llegar a pasar en Zamora.

Y es que del centenar de trampas en las que el año pasado se capturaron avispas asiáticas, alrededor del 60 por ciento estaban en la provincia de Burgos, con presencia importante también en el norte de Palencia y León, así como El Bierzo y Sanabria, comarcas donde el insecto ha asentado su hogar.

En este sentido, la vicepresidenta de la Asociación de Apicultores de Burgos (Asapibur), Yolanda Martínez, recuerda en declaraciones a la Agencia Ical que "esto ya lo advirtieron" sus colegas franceses, uno de los primeros países europeos que sufrió a este insecto invasor. Allí también comenzaron por zonas altas y luego llegaron a las planicies. "Nos dejaron claro que se adaptan al medio. Mucho mejor que las abejas, que son más sencillas", comenta Martínez, quien vaticina que 2023 "va a ser un año de muchos nidos", ya que la primavera ha sido "buena para ellas, porque no ha llovido y la temperatura ha sido buena y se ha desarrollado en gran parte".

554 trampas positivas

Características de la avispa asiática. | Ical I. Barahona/Ical

La velutinas primero empiezan con el nido primario y ahora se encuentran al inicio del nido secundario, en el que aún tienen que "poner larvas y no hay avispa suficiente". Pero todo hace indicar que en septiembre "habrá muchas", razón por la que en otoño las capturas siempre son mayores que en primavera.

La Consejería de Agricultura dispuso en 2022 de un centenar de ubicaciones que lograron capturar al menos alguna vez avispa velutina. Es una cifra un 25 por ciento superior al año anterior, cuando fueron 81, pero muy alejada de las 41 de 2016, cuando empezaron los registros. En estos últimos siete años se han anotado 554 trampas positivas, es decir, que en algún momento del año habían capturado al insecto.

Para alcanzar este objetivo, pues ahora mismo no existe otro tratamiento contra la avispa asiática, se colocaron el pasado año, entre primavera y otoño, 317 trampas en la Comunidad, la mayor parte, obviamente, en Burgos, con una tercera parte (107); otras 85 en León y 60 en Palencia. 33 más se colocaron en Zamora, provincia que, además de Sanabria, se empieza a preocupar por la captura, por primera vez, en su zona de meseta.

La varroa, otra lucha

A pesar del peligro que supone la avispa asiática para la población de abejas, Yolanda Martínez advierte: que "la velutina no es el principal problema del sector. Hay otros más serios". Se refiere a la varroa, un parásito que puede destruir las colmenas, algo que ocurre generalmente durante el invierno. "Nos está haciendo estragos y no hay tratamiento para ella. Lo poco que tenemos no es eficaz porque ha cogido resistencia y tenemos que hacer entre cuatro y cinco tratamientos al año", critica Martínez, quien reclama más medios para la investigación de este ácaro y de las abejas en general.

El verano pasado y este invierno, tan caluroso, fue muy prólífero para la varroa. En la provincia de Burgos la varroa produjo una mortandad de entre el 25 y el 75 por ciento. "Esto ha llevado a muchos profesionales a dejar la actividad", lamenta.

También se queja de otros problemas como las "malas prácticas de trashumancia" y del encarecimiento del alimento de las abejas, más caro que la miel que se importa procedente de terceros países, principalmente a través de Portugal, pero que es "de mala calidad y no sale rentable". Con este escenario, los profesionales que deciden mantenerse en el sector tienen que partir las colmenas y "hacerlas nuevas, con nuevas reinas". Desde la asociación de apicultores, Martínez confiesa: "Lo único bueno y por lo que nos mantenemos en pie: que España sigue teniendo una calidad de miel excelente, pero por lo demás, cada vez lo tenemos peor", concluye Martínez a Ical.

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