Los grupos de tejedoras de la comarca se reunieron esta semana para conmemorar el primer día Internacional de Tejer en Público con el serano de Cepa y Lucerna, una actividad que se trasladó de la chopera del río Tera a los soportales del Ayuntamiento por la lluvia.
Más de 30 personas en su mayoría mujeres de todas las edades y algunos niños y jóvenes aprendices dieron rienda suelta a los ovillos para conversar y tejer, finalidad de este encuentro.
Rosa Sotillo Lorenzo coordinadora de la actividad y tutora de uno de los grupos de Puebla señaló que estos talleres están repartidos por toda la comarca y que este año por primera vez se reúnen para tejer un día en común entre Puebla, Anta de Rioconejos, San Juan de la Cuesta, Robleda, Peque y Mombuey.
Durante horas todas las participantes tejieron este jueves prendas para los recién nacidos de Sierra Leona, desde prendas de vestir a mantas de diferentes tamaños para bebés y prematuros. Ponchos para los niños del Atlas en Marruecos, mantas y prendas de invierno las familias ucranianas y ropa de abrigo para diferentes colectivos vulnerables han sido los beneficiarios de esta labor, nunca mejor dicho, altruista.
La imagen de las tejedoras y jóvenes tejedores en la Plaza Mayor llamó la atención de turistas que visitaban la plaza por la tarde y que se encontraron con el serano liado con la lana solidaria.
"Nadie se imagina lo bonita que es la labor que realiza esta organización –por las asociación La IAIA- y el trabajo que hacen con una red muy amplia repartida por toda España", señalaba Rosa Sotillo. Grupos de tejedoras y tejedores, porque también hay niños que están aprendiendo a tejer, se han formado en estos últimos años con el apoyo de esta asociación implantada también en Castilla y León, y que promueve el proyecto Red de Solidaridad para impulsar el uso de la lana virgen como terapia y talleres con fines de socialización.
El poder reunirse, conversar, tejer, intercambiar conocimientos o simplemente contar chistes es una gran ayuda para estas personas que les supone hasta un hábito para salir de casa. "No veas lo bien que me ha venido salir un día de casa para venir" reconocía una de las vecinas.
El problema que tienen estos grupos es la falta de donación de lana para hacer las labores. Sí tienen la ventaja de que comerciantes locales hacen buenos descuentos a las personas que participan de los talleres. En otras ocasiones han recibido pequeñas donaciones de lana de alguna marca. "La mayoría de nosotras compramos la lana". Con las agujas de casa y la técnica y habilidad para el punto heredades de madres y abuelas agranda la labor. Beneficio físico y concentración mental son al recompensa añadida a la labor.
Con el lema "Dona tu ovillo" se desarrollan diferentes campañas para proveer a estos talleres de lana de calidad. En verano, cuando las y los voluntarios dedican su tiempo a la familia, las vacaciones, los huertos o a una mayor carga de trabajo, se suspenden los talleres aunque no dejan de tejer. En esos meses Rosa Sotillo quiere promover actividades para recaudar fondos y adquirir lana.