Alejandro Gallego, un genial dibujante zamorano

El joven artista, con síndrome de Down, expone sus dibujos en la Casa del Parque de Fermoselle

"El dibujo es mi refugio"

Alejandro Gallego Herrero con algunas de sus obras expuestas en la Casa del Parque de Fermoselle

Alejandro Gallego Herrero con algunas de sus obras expuestas en la Casa del Parque de Fermoselle

"Tenía 13 años cuando me puse a dibujar. Me gusta el dibujo. Cuando empecé a desarrollar mi habilidad, me dejé guiar y ha dado sus frutos". A sus 32 años, Alejandro Gallego Herrero descubre parte de su obra pictórica en una exposición en la Casa del Parque de los Arribes, en Fermoselle.

Han tenido que pasar más de dos décadas para admirar el trabajo de este joven artista con síndrome de Down con una personalidad deslumbrante. "Soy un síndrome de Down con suerte porque puedo hacer lo que quiero" expresa Alejandro siempre a la sombra de su padre, Miguel, quien ha guiado sus pasos y le ha dado alas para desarrollar una capacidad con el lápiz que ya adivinaron sus maestros.

Alejandro y la pasión por dibujar

Alejandro y la pasión por dibujar / Irene Gómez

"Me dijeron, insiste con Alejandro porque tiene capacidad" explica el padre. Y Miguel se ha entregado en la protección de este joven maestro del lapicero. "Cuando estaba en clase, como en algunas cosas no alcanzaba la capacidad de los compañeros, una forma de distraerse era dibujando".

"Empecé a dibujar diseño. Al principio eran muebles muy raros" describe Alejandro. "Su verdadera especialidad es la arquitectura. Es un pertinaz observador y la cámara del móvil su gran aliada. Cuando me interesa algo, hago la foto y luego en casa me pongo a dibujar". Una zapatilla, un barco, un autobús, el Hospital Virgen de la Concha, "donde nací", la iglesia de San Lázaro, su perro Derbi, coches antiguos. "El objetivo de Putin" describe sobre un edificio hecho añicos, lleno de trazos y detalles asombrosos.

Alejandro y la pasión por dibujar

Alejandro y la pasión por dibujar / Irene Gómez

Construcciones, casas, puentes, iglesias, torres, parques palomares... Para mi la arquitectura es fácil, veo como cubos de varios tamaños; grandes, medianos, pequeños gigantescos. Puedo diseñar hasta una ciudad" describe el joven artista. Por eso, los viajes con su padre son un auténtico parque temático. "Vamos en el coche y de pronto dice, para. Mira, toma la imagen, se toma su tiempo" relata Miguel Gallego.

Con lo que no contaba la familia era con que el voluminoso trabajo que ha ido reunión a lo largo de estos años pudiera ver la luz en una exposición. "Fue una casualidad". Alejandro iba con una tía y de pronto se encontraron con una amiga de ésta, Carmen Martis (poetisa del grupo Almena). Fue escuchar la pasión por el dibujo, conocer algunas de sus creaciones, de inmediato, y plantear la necesidad de esas obras salieran de las paredes de casa.

Y así es como alrededor de 70 dibujos de Alejandro Gallego Herrero, enmarcados cuidadosamente por su familia, se exponen durante los meses de junio y julio en la Casa del Parque de Fermoselle.

Alejandro Gallego Herrero

Alejandro Gallego Herrero

Un trabajo asombroso que se está ganando los elogios de los visitantes, como han podido comprobar las monitoras que dieron todas las facilidades para plantear la exposición. "Estoy contento" resume el protagonista después de ver cómo todos los blocs que ha gastado encuentran recompensa.

Por la paredes del antiguo Convento de San Francisco de Fermoselle discurre un rosario de cuadros que descubre la imaginación y maestría de este artista que vuelve a romper barreras. Porque Alejandro no para. Está en los talleres de cerámica de Asprosub, de las que también expone algunas de sus obras. Va a clase de pintura, hace deporte y también busca tiempo para preparar unas oposiciones del Ayuntamiento.

"Quiero trabajar" reivindica Alejandro este admirador de Van Gogh, para quien el dibujo "es como un mantra, me relaja. Es un desahogo. Me empecé a refugiar en el dibujo y nunca me he apartado. Ahora quiero perfeccionarme".

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