El director de la Guía Peñín "bendice" el valor de los vinos de Arribes para "llegar a todos los paladares"

"Arribes del Duero están confirmando, no solo que tiene buen nivel con sus vinos, sino que empieza a demostrar que tienen capacidad de heterogeneidad, lo cual está muy bien porque llegas a distintos paladares".

Carlos González Sáez, director de la Guía Peñín, avala con sus palabras el esfuerzo de la Denominación de Origen Arribes, sus técnicos y bodegueros, por elaborar los mejores vinos. "Nunca he visto tanto nivel y tanta heterogeneidad en los vinos de esta Denominación, y eso es muy positivo" certifica el experto, que ayer visitó Fermoselle para catar y evaluar los vinos (blancos, rosados y tintos) procedentes de las bodegas amparadas por la Denominación de Origen Arribes con la finalidad de formar parte de la nueva guía 2024.

Carlos González, director de la prestigiosa Guía Peñín desde hace una década, cató 52 vinos de una amplia representación de los elaboradores de Arribes. "Es una zona que empieza a dar tintes de madurez y eso se nota, porque muestra que conviven diferentes estilos y diferentes elaboraciones. Hay bodegas que hacen vinos más clásicos, con su madera, su crianza, su reserva... Pero empiezan a salir y se están asentando cada vez más bodegas de pequeños viticultores que hacen su vino con marca propia y tienen estilos más modernos. Impera la fruta, alguna nota balsámica, otro hace un vino blanco con pieles. Teniendo la materia prima que tienen estos vinos, era raro que no saliesen a reducir" precisa el enólogo, buen conocedor de la zona donde dio sus primeros pasos.

La Denominación de Origen Arribes valora que la presencia del catador de una de las guías con más influencia para profesionales y consumidores, "constata la importancia y repercusión que esta figura de calidad ha ido adquiriendo a los largos de los años, sumando bodegas y elaboradores reconocidos a nivel nacional e internacional".

Carlos González, que hoy estará en Toro, destaca "la coherencia" de los elaboradores de Arribes que han sabido mantener el rigor de variedades autóctonas singulares como la Juan García, Bruñal, Puesta en Cruz o Malvasía, conservadas a lo largo de la historia y que hoy aportan una "de gran calidad".

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