Los majestuosos pendones sayagueses volvieron a presidir este domingo la gran romería de Los Viriatos, que congrega en Fariza a los pueblos del Bajo Sayago para cumplir una de las tradiciones más señeras del calendario romero zamorano.
Con la mirada puesta en el cielo, sayagueses y forasteros llegados de Zamora, Salamanca o el vecino Portugal, pudieron renovar esta fiesta religiosa y popular en el corazón de los Arribes del Duero.
Pendones, pendonetas y cruces de Argañín, Badillla, Cozcurrita, Mámoles, Palazuelo, Tudera y Zafara se reunieron para arropar a la Virgen del Castillo. La romería congregó a numerosas personas desde por la mañana para participar en la procesión del Encuentro y disfrutar después con los bailes regionales y la tradicional escabechada ofrecida por el Ayuntamiento anfitrión.
La misa en la iglesia parroquial de Fariza ha reunido a sayagueses fieles y devotos con la patrona, a la que invocan protección. La misma Señora del Castillo que por la tarde presidió la peregrinación hacia la ermita situada en el espectacular promontorio que mira al gran cañón de los Arribes.
Los romeros pudieron realizar el recorrido entre la música de los tamborileros y la devoción representada por toda la iconografía de esta celebración que cuenta con la declaración de Fiesta de Interés Turístico Regional.
Al llegar a la ermita comenzó a llover copiosamente, lo que hizo imposible el retorno de la Virgen en romería, como es tradicional. La imagen fue trasladada en un vehículo hasta la parroquia de Fariza.