Miguel Pertejo | Director de «Linde», cortometraje ganador del certamen de Arte Joven de Castilla y León

"Podemos convertir Zamora en un gran set de rodaje en la naturaleza"

"La serie que estamos moviendo está ambientada entre Zamora y Salamanca, en un pueblo con un pantano, y vamos a desarrollarla y a intentar venderla"

Miguel Pertejo, director de cine

Miguel Pertejo, director de cine / Emilio Fraile

El primer premio de Arte Joven de Castilla y León en la categoría de cinematografía descansa en la casa de Miguel Pertejo, una muy joven promesa del cine que ha encontrado en el mundo rural el mejor de los escenarios para sus cortometrajes, que ya le han valido más de medio centenar de reconocimientos. En su cabeza, nuevos proyectos se atrincheran junto a una ilusión antigua: rodar en Sejas de Aliste, el pueblo que su abuelo, Ricardo Segundo, ya retrató con los pinceles y donde el joven regresa puntual cada verano junto a su madre, Gloria García Pertejo, con quien organiza unas convivencias artísticas en el pueblo en el que considera, están sus raíces.

–"Linde", el cortometraje premiado, es una historia surrealista que ha sido rodada en pleno mundo rural, ¿cómo nace este corto?

–El cortometraje "Linde" es un proyecto es una historia surrealista que nace hace dos años, pero es ahora con la guerra de Ucrania cuando ha empezado a tener más repercusión. Trata lo absurda que es la guerra desde el humor. Es la historia de unos soldados que esperan órdenes en una frontera; al inicio, parece una batalla del siglo XVIII. Después descubres que no, que son soldaditos del Risk, un juego de mesa. Los de arriba, los que están jugando, hablando de tonterías, mientras que los de abajo se replantean su existencia y se acaban sublevando, aunque no sirve de nada porque se acaban matando igualmente.

–"Linde" ha sido el cortometraje premiado, pero no es su último trabajo.

–El corto de "Domingo Tutoriales" es el último, y como todos los cortos que hemos hecho, está rodado en Castilla y León. Trata sobre la segunda paternidad impuesta a los abuelos, que aunque disfrutan de estar con los nietos, a veces se convierte en una obligación. El pueblo salmantino de Mogarráz ha sido el escenario, porque Mogarráz, tiene una peculiaridad. Todas las fachadas del pueblo están cubiertas con retratos de personas. No es que la historia esté centrada en los cuadros en sí, pero algo tiene que ver.

–La España Vaciada está presente en muchas de sus historias.

–Sí, porque al final todo lo que hemos grabado ha sido aquí. Por ejemplo, "Montesco" fue lo primero que rodamos, trata sobre el último habitante de un pueblo que solo tiene la compañía de su perro. Este corto lo hicimos en tercero de carrera y se rodó en Salvatierra de Tormes, que es un pueblo magnífico que está la mitad inundado por un pantano, está semideshabitado, aunque ahora se está empezando a recuperar.

"Montesco" fue lo primero que rodamos, trata sobre el último habitante de un pueblo que solo tiene la compañía de su perro

–¿Se inspiró en una historia real? hay un pueblo en Zamora en el que existe el mismo caso.

–No, no tengo ni idea. He pensado muchas veces en rodar cosas allí en el pueblo, en Sejas de Aliste, pero al final no ha surgido la oportunidad; como ha sido la Universidad de Salamanca o la Diputación de Salamanca la que nos ha dado algo de financiación siempre, no lo hemos podido hacer todavía, pero a mí me encantaría.

–Sobre la financiación ¿como de difícil es hacer cine en la España Vaciada?

–No hay muchas ayudas y no hay una industria consolidada. Sin embargo, sí que creo que Castilla y León ahora mismo tiene una oportunidad de la leche, podemos ofrecer muchísimo. Tenemos diversidad, riqueza patrimonial y paisajística y está a tiro de piedra de Madrid. Yo creo que con todos estos ingredientes se podría aprovechar para convertir la provincia en un gran set de rodaje natural. Ahora es cuando más contenido se realiza y sobre todo cuando más ficción se consume. Hay potencial, no por nada se vinieron aquí a rodar "El Cid", "Campanas de Medianoche", "Doctor Zhivago" o "El bueno, el feo y el malo". Castilla y León puede ofrecer unos decorados exteriores que pocos sitios tienen porque hay mucha biodiversidad en poco espacio.

–¿El sector audiovisual podría ayudar a crear empleo aquí?

–Se podría desarrollar una industria aunque sea pequeña para dinamizar la zona, el cine puede añadir bastante valor. Deja mucho dinero y el entorno de Zamora es una pasada, encajaría. Además favorecería al turismo, porque ayudaría a que se conociera. Estoy aburrido de escuchar a gente de Madrid que no sabe dónde está Zamora, pero si sacas sitios de Zamora en una serie de Netflix va a llamar la atención; al final es acercar la zona a la gente. Hay un efecto llamada, como en el caso de la serie de "El Pueblo", el lugar donde se ha grabado se ha convertido en un lugar de peregrinación.

–Pero rodar es muy caro, ¿no considera que hay otras prioridades en la España Vaciada?

–La industria audiovisual puede aportar mucho y no necesita tampoco de gran inversión, con poquito yo creo que se puede hacer bastante. La serie que estamos moviendo está ambientada entre Zamora y Salamanca, en un pueblo con un pantano. Vamos a desarrollarla y a intentar venderla. Hemos grabado el trailer de la serie, que funciona como una cata del proyecto en un par de minutos. Lo protagoniza Javi Herrero, profesor de la carrera.

La industria audiovisual puede aportar mucho y no necesita tampoco de gran inversión, con poquito yo creo que se puede hacer bastante

–¿De qué trata?

–Es un falso documental, comedia. La historia se vive desde el punto de vista de un programa de televisión regional que llega para grabar a este pueblo con un pantano. Es una cosa un poco más arriesgada en ese sentido, porque el formato es más novedoso, vamos a ser intentar grabarlo íntegramente en Castilla y León y realizarlo con bajo presupuesto. De la trama no puedo decir mucho, no puedo destripar la historia.

–Otro proyecto que le ilusione

–Es el largometraje del fantasma de Valero, que es el que estoy escribiendo con Salomé García, responsable de la producción de "Linde". Hace dos años rodamos un corto de 20 minutos, pero cuando terminé entendí que la historia tenía potencial como largo. Lo que hemos hecho ha sido sintetizarlo en un trailer de dos minutos que va dentro del dossier de venta para intentar grabar una película. Es comedia costumbrista, ojalá sea mi ópera prima.

–Usted es especialista en el cine de bajo presupuesto, ¿cómo se consigue ganar premios con tan poco dinero para grabar?

–Son cortos que desde el guión ya se piensan para que no haya que gastar nada. Es ingeniería de la astucia en cuanto a números. Nosotros invertimos de 400 euros a 1.000 euros, no desembolsamos mucho más. Porque, al final, un corto bien rodado puede costar veinte veces más. En ese sentido nos sentimos orgullosos de como hemos sabido exprimir cada centavo. Con muy poco han quedado cosas muy aparentes. Todo esto es gracias a toda la gente y el equipo con el que hemos hecho los cortometrajes, así como de la productora Stellarum Films, que nos ha dejado el equipo en varias ocasiones.

–¿Qué potencial tiene este territorio tan desconocido en el sector audovisual?

–La zona rural, la etnografía y el folklore: pero desde el punto de vista de la ficción. Zamora es la provincia más envejecida y conserva uno de los mejores folklores, se puede exprimir la tradición como algo bueno. Antes se miraba a lo antiguo y lo rural como si fuera algo malo y a la ciudad como lo moderno. Ahora yo creo que hay que cambiar eso, y el mundo audiovisual puede contribuir a ello.

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