El buen hacer tras el desastre provocado por los incendios en la Sierra de la Culebra

El grupo de voluntarios "Todos contra el fuego", la Fundación Caja Rural y el Ayuntamiento celebraron en Villadeciervos, este sábado, la jornada de clausura del "Plan de recuperación y mejoras de hábitats de las zonas afectadas por los incendios en Zamora".

Acto en el que han participado responsables y voluntarios que, durante 11 meses, han completado llevado a cabo este plan con colaboración de cotos, cazadores, conservacionistas, administraciones, instituciones, técnicos, veterinarios, ganaderos, agricultores, artistas y un largo etc. Los representantes de los cotos recogieron otra entrega de sal para la fauna y 30 bebederos de acero inoxidable para sus acotados, junto con una amplia memoria de los trabajos realizados y de los son parte importante por su trabajo y colaboración. Los últimos remanentes se han empleado en reponer la señalización de los cotos, placas que se entregaron a todos los cotos representados.

El secretario de la Fundación Caja Rural, Feliciano Ferrero, señalaba el cometido de esta jornada de "dar explicaciones de las actividades que la asociación hizo en esa etapa pos-fuego, en los pueblos, con la gentes, con la fauna y en las explotaciones particulares. Valoró que "el monte tiene otra vista va reverdeciendo. A ver si con la limpia de los pinos quemados va tomando forma y cuerpo" aunque también reconoció que para la restauración total vegetal "sería necesario un camión de billetes".

Las aportaciones totales se han elevado a 90.212 de las bolsas solidarias con aportaciones de particulares, empresas e instituciones, fundaciones y clubs deportivos. "La ayuda ha llegado donde tenía que llegar y de forma estructurada" como señalaba Estela Abril, una de las ponentes.

El alcalde Lorenzo Jiménez trasladaba "palabras de agradecimiento cuando la gente se interesa por los demás, dedicando su tiempo, sus medios". Tras las intervenciones institucionales, el escultor José Javier Sánchez junto con Feliciano Ferrero y Lorenzo Jiménez descubría la escultura de hierro forjado del "rey de la Sierra de la Culebra". Los voluntarios pudieron contemplar además la exposición de fotografías de Susana Cabana.

Estela Abril, Miguel Pertejo y Tomás Yanes realizaron un exhaustivo resumen de todo el proceso llevado a cabo en terrenos de 24 localidades de la Sierra de la Culebra y Los valles de Valverde y Tera todos ellos fuera de la Reserva y que resultaron afectados entre el 30% y el 90% de su superficie. El equipo multidisciplinar se implantó en las comarcas de Sanabria, Carballeda, Tábara, Aliste, Alba y los Valles de Benavente.

El proyecto se desarrolló con un 100% de involucración y con una planificación y seguimiento exhaustivo, desde la fase 0 con la toma de datos sobre el terreno de las zonas quemadas y el tipo de afección hasta la verificación de las siembras no solo para la fauna sino también para aprovechamiento de especies domésticas.

La primera acción fue la venta de camisetas que reportó los primeros 8.000 euros antes de llamar a la puerta de las instituciones.

En la primera fase se entregaron los cargamentos de alfalfa, por su alto valor proteico, y sales minerales fundamentales. Los repartos se programaron en 9 rutas y siguiendo las instrucciones de los cazadores conocedores de los terrenos. Paralelamente se elaboró un seguimiento por parte de voluntarios y técnicos de los animales supervivientes y los muertos.

El riesgo inminente era que los animales supervivientes migraran a la zona de Portugal por falta de alime elevada rusticidad, además de cubrir los terrenos quemados ante el riesgo de erosión. El centeno tiene un alto nivel de adaptación a diferentes suelos y su desarrollo vegetativo es relativamente corto y con gran capacidad de rebrote, siempre que haya lluvia. La climatología de octubre a enero se alió con el plan de restauración y resultaron muy favorables para el centeno. El reparto de semillas se realizó de forma proporcional a la superficie quemada, como por ejemplo en Otero de Bodas, donde se quemó el 90% de los terrenos cinegéticos fuera de la Reserva. Se repartieron 16.000 kilos, en cuatro puntos de distribución en Moreruela de los Infanzones, Mahíde, Escober y Melgar de Tera. Las plantaciones se verificaron por parte del equipo técnico voluntario.

De enero a mayo se han distribuido pienso para ungulados y pienso para carnívoros, además de pedir a los cotos la limpieza de los puntos de agua y en caso de sequía que hagan aportes de agua.

Aunque el foco de interés de los incendios se ha centrado en la Sierra de la Culebra y las pérdidas en los pinares, Tomás Yanes evidenció el daño en los valles y en la pérdida de encinares.

Suscríbete para seguir leyendo