San Salvador, entorno privilegiado y envejecimiento activo

Muchos de nuestros mayores en la provincia han vivido siempre en un entorno rural, por lo que es indispensable que al trasladarse a una residencia puedan continuar su vida en un espacio que les resulte familiar, un entorno que les evoque recuerdos aun siendo nuevo.

La residencia San Salvador, ubicada en el corazón de la Sierra de la Culebra es la mejor opción para ello, ofreciendo a sus residentes una inmejorable calidad de vida en un entorno privilegiado. Un edificio de tres plantas que se asienta en el centro de amplios jardines privados de los que pueden disponer sus habitantes.

Con capacidad para 111 personas, cuenta con habitaciones individuales y dobles, todas ellas adaptadas para brindar el mayor bienestar y confort. Son exteriores, equipadas con televisión, mesitas, armarios, timbres y sistemas de comunicación para poder estar en contacto en todo momento con el personal sanitario del centro. Además, cuentan con baño propio en los que se ha pensado hasta el más mínimo detalle para evitar las barreras arquitectónicas, suelos antideslizantes y timbres de emergencia para mayor seguridad.

La actividad social de los residentes es uno de los puntos de más importancia para el centro, que ha organizado las instalaciones del edificio favoreciendo los grupos de relación, creando espacios donde los residentes puedan conversar, con espacios luminosos donde disfruten de las excelentes vistas que otorga la Culebra y salas en las que realizar diferentes actividades de entretenimiento, salones de juegos, sala de televisión o música ambiental.

Además, desde el departamento social se desarrolla un programa de ocio activo con objetivos terapéuticos individualizados, estimulando sus habilidades sociales, cognitivas y motrices.

Cabe destacar, que las actividades que se llevan a cabo se hacen de manera consensuada con los residentes, atendiendo a sus gustos y necesidades.

Las actividades, realizadas en turnos de mañana y tarde, van enfocadas a prevenir la fragilidad de nuestros mayores a la vez que disfrutan y dan sentido a su día a día.

Las fiestas temáticas, salidas culturales, bailes, actuaciones, musicoterapia y risoterapia, así como la tajuela o el pasapalabra son alguna de las actividades que se llevan a cabo en la residencia.

La autonomía de los mayores es imprescindible para su calidad de vida, por lo que cada planta del centro está decorada de un color diferente, una cuestión que no se basa en la estética, sino en generar una herramienta con la que puedan orientarse mejor.

De color verde, la planta baja está compuesta por los servicios generales (la peluquería, el salón, el gimnasio, la sala de terapia, la cocina, el comedor, la lavandería, los vestuarios del personal y los almacenes).

Por su parte, el primer piso, de tonos azules, es el de acceso al edificio, donde se encuentran los despachos de dirección, el trabajador social, el médico, la enfermera, la supervisora y el control de enfermería, así como 23 habitaciones y 2 habitaciones de enfermería. En esta planta se encuentra también la futura unidad de convivencia, que consta de 6 habitaciones dobles y 4 individuales, terminando en un amplísimo espacio común que contiene una cocina, un comedor y una sala de estar con esplendidas vistas al jardín.

Por último, en la segunda, en esta ocasión naranja, cuentan con 33 habitaciones más, un salón, una galería y dos baños geriátricos.

Los servicios son múltiples, poniendo a disposición de sus residentes un amplio equipo humano con profesionales del área sanitaria, con asistencia las 24 horas del día, médico, enfermeras, auxiliares de clínica, gerocultoras y fisioterapeuta; del área social, con trabajador social, terapeuta ocupacional y animación sociocultural; de servicios, con personal especializado en los servicios generales como la recepción, el mantenimiento, la limpieza, la peluquería, la lavandería y la cocina.