El renacer del Cristo de Marzo en San Vitero

San Vitero congregó a cientos de devotos hispanolusos para venerar a San José y así ganarse el jubileo concedido en el año 1767

Ronduero en la romería del Cristo de Marzo, ayer en San Vitero. | Ch. S.

Ronduero en la romería del Cristo de Marzo, ayer en San Vitero. | Ch. S. / Chany Sebastián

El Cristo de Marzo, cumpliéndose una ancestral tradición que ha perdurado durante siglos, abría ayer el nuevo ciclo romero anual de la Raya de España y Portugal, que congregará a miles de romeros alistanos y trasmonstanos a lo largo de la primavera y del verano unidos, que no revueltos, tanto a nivel devocional (religioso), como social, etnográfico (folclore) y comercial.

Si ya la romerías eran multitudinarias cuando había que desplazarse andando o con la burra por simples caminos de herradura, la modernidad de carreteras y vehículos, dejada atrás la pesadilla de la pandemia, se aventura un año donde los encuentros romeros volverán a ser lo que eran.

La festividad de Todos los Santos (día 1 de noviembre) marca el inicio del éxodo rural de muchos jubilados que prefieren la comodidad de la ciudad para pasar el otoño y el invierno. El Cristo de Marzo (19), tras casi cinco meses de exilio, trae el ansiado regreso de los abuelos y abuelas a los pueblos, aprovechando la romería para comprar los utensilios y plantas necesarias para la labranza de los huertos ya a partir de mañana lunes.

Antaño era la romería fuente de noviazgos entre forasteros de diferentes pueblos

No es de extrañar por ello que como ya es habitual, ayer, el producto más vendido fueran las Patatas de Siembra ofrecidas por comerciantes como Tomasín el de Sarracín o los Gabella Martín de Fradellos. Las preferidas fueron las "holgazanas".

Día de luces y sombras, nublados de mañana y sol de tarde, que animó el cotarro en el mercadillo de La Era con reencuentros entre los paisanos alistanos y trasmontanos que como dice el refrán son como hermanos. Antaño era la romería fuente de noviazgos entre forasteros de diferentes pueblos: unos por amor (donde el mozo y la moza decidían) y otros por conveniencia, donde las familias los acordaban teniendo más en cuenta el capital (tierras y posesiones).

Un Campo y dos Cristos

Eucaristía en la ermita del Santísimo Cristo del Campo oficiada por el párroco Teo Nieto. | Ch. S.

Eucaristía en la ermita del Santísimo Cristo del Campo oficiada por el párroco Teo Nieto. | Ch. S. / Chany Sebastián

Hay dos "Cristos" y en este invernal la festividad estuvo dedicada a San José, cuya imagen fue sacada en procesión por sus más fieles devotos bajo el tronar de las campabas y al melodioso son de la música de las gaitas de fole alistanas con los folcloristas de Ron Duero Folk de Zamora. Siendo la ermita lugar de paso para los devotos llegados para rezar y hacer ofrendas tanto a San José como al, Cristo.

El párroco Teo Nieto Vicente fue el encargado de oficiar la santa misa en la ermita del Santísimo Cristo del Campo reflexionando sobre la necesidad de "Quizás nosotros en los pueblos estamos viviendo un poco los mismo que vivió José: por una parte conservar nuestra identidad rural y por otra dejarnos vencer (condicionar) por una sociedad en la que la moda lo marca lo urbano y lo rural se contempla como lugar de ocio. Creo que tendríamos que ser capaces de hacer como José (al que en sueños se le apareció la voluntad de Dios). Ser capaces de soñar, de sobreponernos a esa moda de lo urbano para recuperar nuestra verdadera identidad, sentirnos miembros de una comunidad que trabaja unida por el futuro de nuestros pueblos, un futuro respetuoso con nuestros paisajes".

La hermandad salía en procesión hasta los límites del término donde se recibía a los "peregrinos"

La ermita del Santísimo Cristo del Campo de San Vitero acogía históricamente, antaño, hasta cinco celebraciones a los largo de todo el año, en las cuales devotos de toda la comarca alistana llegaban para ganarse el jubileo.

La principal coincidía en las Exaltación de la Santa Cruz (14 de septiembre) con misa cantada y sermón sobre el misterio

Coincidiendo con San José (cada 19 de marzo) y la Santa Cruz (3 de mayo) había vísperas con completas y vigilias cantadas. En ambos había misa cantada y se confesaba a los devotos. Se completaba el jubileo el 21 de enero (Sal Ildefonso) y en los Dolores de Nuestra Señora.

Había algunas circunstancias especiales donde los pueblos alistanos podían acudir en procesión, ya fuera por voto o devoción, buscando el amparo y la protección divina, a la ermita del Santísimo Cristo del Campo: pestes o sequías. Esto sucedió durante la Gripe Española en 1918 y 1919 donde la mortandad la ponía la pandemia e incluso en la Guerra Civil donde los jóvenes alistanos morían en el frente y los niños y mayores en los pueblos a causa del hambre y miseria.

Para ello habían de pedir licencia al cura de San Vitero y al abad de la cofradía del Santísimo Cristo del Campo. La hermandad salía en procesión hasta los límites del término donde se recibía a los "peregrinos" y por la tarde se les acompañaba de igual manera hasta el mismo paraje donde se les recibió para despedirles.

Los 256 años de indulgencias

El renacer del Cristo de Marzo

El renacer del Cristo de Marzo / Chany Sebastián

Hace ya más de dos siglos, finales del XVIII, se decía del santuario de San Vitero que era la mejor ermita de la jurisdicción (84 parroquias de Vicarías de Alba y Aliste) dedicada a Cristo.

Las fechas mas importantes (romerías) eran el 19 de marzo y 14 de septiembre, siendo tal la demanda que se llamaban de ocho a diez confesores. El papa Clemente XIII concedía las gracias e indulgencias en el año 1767, las cuales se copiaban a mano y se repartían entre los devotos y los romeros.

Los visitadores del Arzobispado de Compostela no veían con muy buenos ojos los altos gastos con los curas confesores, por lo cual se obligó a establecer una cantidad fija de 400 reales para gastos, además de otros 60 para pagar los dos sermones de San José y de la Santa Cruz.

En estos momentos una de las grandes preocupaciones está en el estado de conservación de la ermita una auténtica joya del patrimonio religioso, material e inmaterial, del arciprestazgo de Aliste, del que destaca su estructura con piedra de granito. En lo que respecta a los exteriores, el ayuntamiento no tendría problemas en asumir los trabajos y costes para corregir los desperfectos en el tejado para evitar goteras y humedades.

En cuanto al interior, desde hace ya muchos años las pinturas de las paredes de la capilla se encuentran bastantes deterioradas. Su restauración es ya una tarea más complicada y que deberán hacer expertos en la materia. Es por ello que el ayuntamiento que preside Vanesa Mezquita Mezquita trasmitirá al Diputación de Zamora y al Obispado de Zamora el deseo hecho necesidad de que se incluya en el convenio de 2024 de restauración de templos a la ermita del Santísimo Cristo del Campo.