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La apuesta de una maestra por mantener viva una escuela Montessori en Zamora

La iniciativa de Marta Pérez, apoyada por Ayuntamiento y Dirección Provincial, permitirá implantar por primera vez el próximo curso la pedagogía Montessori en un colegio público rural

Marta Pérez con un alumno en el aula de Faramontanos de Tábara aplicando el método Montessori Cedida

"Ayúdame a hacerlo por mí mismo". La filosofía de María Montessori impregna ya la vida de la escuela de Faramontanos de Tábara, dependiente del CRA de Tábara.

El mensaje no es casual. El curso que viene este centro rural hará historia por la introducción de la pedagogía Montessori, un innovador método marcado por el principio de motivación y experimentación del alumno, hoy reservado en España prácticamente a colegios de élite, con altos costes, y que en Zamora se implantará por primera vez en un centro público y, por lo tanto, sin ningún coste para los padres.

Ha sido lanzar el proyecto y ya tiene impacto. Los seis alumnos que actualmente ocupan la única aula de la escuela de Faramontanos pueden transformarse el próximo curso en doce, repartidos en dos clases. Y, lo más importante, la escuela se garantiza un futuro que lleva años pendiendo de un hilo.

¿Qué ha hecho posible este pequeño milagro? Grosso modo se puede decir que el empeño de una maestra y una conjunción de voluntades.

Escuela de Faramontanos de Tábara, donde el próximo curso se introducirá el método Montessori I. G.

Marta Pérez Diez, directora del CRA Tábara desde hace 8 años, es el alma de este novedoso proyecto en la escuela rural. Desde que hace doce años abandonó Madrid para instalarse en Moreruela de Tábara donde ha formado una familia, su compromiso con la educación rural y la vida en el pueblo es total. Nadie como ella para comprobar día a día los efectos de la severa despoblación, pero también las ventajas de una vida en pleno contacto con la naturaleza y nutriéndose de "muchísimos estímulos", como la cercanía, la tranquilidad o la innegable sabiduría de los mayores. "Mi apuesta por la educación en el ámbito rural ha sido todo un acierto y puedo garantizar que nuestros alumnos, entre los que se encuentran mis dos hijos, son muy afortunados de estudiar en este entorno rural y con unas ratios tan razonables" cuenta Marta Pérez.

María Montessori descubrió que los niños de diferentes edades se benefician mucho más cuando están mezclados

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En ese contexto Marta pensó que la pedagogía Montessori encajaba a la perfección en un colegio como el de Faramontanos, "precioso, bastante nuevo y familiar", donde se mezclan alumnos de distintos cursos. "María Montessori descubrió que los niños de diferentes edades se benefician mucho más cuando están mezclados. Porque los pequeños observan a los mayores y a su vez éstos se afianzan ayudando a los pequeños, les da seguridad y les hace practicar y recordar" observa la docente. "Me daba rabia que una educación tan fascinante, como es la pedagogía Montessori, no pudiera estar al alcance de todo el mundo, cuando su pionera empezó precisamente con los niños desfavorecidos" cuenta la directora del CRA Tábara.

Daniel Fínez trabajando con material de gramática en el aula de Faramontanos Cedida

Esto no es ninguna aventura. Marta se ha costeado de su bolsillo la exigente formación de años que requiere el método educativo y ha realizado importantes inversiones en la compra del material, que pondrá a disposición el curso que viene. "He sacrificado algunas vacaciones, pero a mis 36 años tengo una vida por delante como maestra y creo que tengo mucho que aprender y aportar".

He podido ver una mejoría en los alumnos con esta pedagogía: mayor libertad y a la vez mayor disciplina

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Marta es una defensora de una pedagogía que "es incluso una filosofía de vida" y cuyos resultados ya está viendo con sus alumnos del curso de tercero de Primaria en Tábara. "He podido ver una mejoría en ellos: mayor libertad y a la vez mayor disciplina, más competentes en ciencias y matemáticas, pero especialmente he comprobado un gran aumento de su motivación. Las familias afirman que este curso que están probando una pedagogía diferente han podido comprobar que sus hijos llegan a casa y cuentan entusiasmados lo que han hecho en clase, experimentos, prácticas con los materiales y hasta exposiciones orales".

Parte del material que donará Marta Pérez al proyecto Cedida

¿Cuáles son los pilares de esta pedagogía?. El niño, el adulto y el ambiente preparado, explica la docente. Los profesores que trabajan esta metodología se denominan guías ya que se encargan de guiar a los niños y ayudarles en su aprendizaje. Los guías son grandes observadores objetivos. Enseñan enseñando y no corrigiendo. Tienen en cuenta el momento de desarrollo de los niños. Además, conocen las características de cada plano de desarrollo y preparan el ambiente en consecuencia. "Las aulas Montessori son espaciosas, luminosas, están muy ordenadas, tienen materiales de calidad hechos con materiales nobles tales como la madera y tienen como yo diría ‘el currículo en las estanterías’. Esto es fundamental teniendo en cuenta que se ha demostrado que los niños aprenden haciendo y tocando y que cuando son pequeños todavía no tienen muy desarrollada la abstracción y les cuesta comprender conceptos que no ven como por ejemplo las letras, los sonidos o los números".

Las aulas Montessori están hechas a medida de los niños. "Cuando entro en un aula de infantil, lo primero que hago es agacharme a la altura de un niño de 4 años para ver la clase desde su perspectiva. Os sorprendería ver la cantidad de estímulos innecesarios que hay en el aula, especialmente porque alguno de ellos ni siquiera alcanza a verlo", explica Marta Pérez.

Mi apuesta por la educación en el ámbito rural ha sido todo un acierto y puedo garantizar que nuestros alumnos son muy afortunados

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El proyecto en la escuela de Faramontanos está destinado a niños de 3 a 12 años, desde segundo ciclo de Infantil hasta sexto de Primaria. "Tras haber hecho un tanteo informal, contamos con unos 12 alumnos que se matricularán el curso que viene. Y si esto finalmente se confirma, cuando comience el periodo de matriculación (del 17 de marzo al 10 de abril), dispondremos de un profesor más en la escuela unitaria. Hecho muy beneficioso para desarrollar esta pedagogía donde normalmente se cuenta con la figura de guía y de asistente" precisa la promotora de este innovador método de aprendizaje en un centro público rural de Zamora y del conjunto de Castilla y León.

Marta Pérez junto a la alcaldesa de Faramontanos, Amaranta Ratón I. G.

"Lo que más van a notar las familias con esta pedagogía es la motivación. Los niños llegan a casa queriendo aprender". La obsesión de esta maestra es que "los niños de la escuela rural tengan la mejor educación posible. Una educación de calidad y que aproveche sus recursos naturales al máximo. En Montessori se realizan algunas presentaciones y prácticas utilizando el entorno natural y cercano al centro. En ese sentido, la escuela rural favorece mucho la enseñanza de áreas como botánica, zoología o ecología".

Advierte esta inquieta y vocacional docente que "aplicar el método Montessori sin haberse formado puede ser un completo desastre que malinterprete sus principios y puede convertirse en niños indisciplinados pululando libremente por las aulas sin un objetivo concreto. La formación es intensa y además muy cara, pero es imprescindible para llevar a cabo con éxito esta pedagogía" explica la docente. "Este curso he ofrecido formación a los profesores de mi centro y tengo pensado seguir haciéndolo de cara al curso que viene, por lo que sería muy interesante que los maestros interinos conocieran este proyecto. Sería muy positivo que vinieran profesores interesados en formarse en esta pedagogía".

Este proyecto no habría sido posible sin la aprobación y el apoyo de la Dirección Provincial de Educación. "Me he sentido muy arropada. El director provincial, Fernando Prada, mira mucho por la escuela rural" apostilla Marta Pérez. Y, desde luego, del Ayuntamiento de Faramontanos de Tábara que ya ha habilitado una partida económica, inicialmente de 4.000 euros, para la adecuación de las aulas y la compra de materiales.

Julia Fernández trabaja con mapas Montessori en el aula de Tábara Cedida

"Desde el minuto cero hemos apoyado esta idea porque estamos convencidos de que va a revitalizar el pueblo. La escuela tenía los días contados y yo, personalmente, estaba muy preocupada porque si la perdemos, el pueblo queda muy tocado" afirma la alcaldesa, Amaranta Ratón. Dos de los futuros alumnos forman parte de una familia que se asentará en el pueblo, con trabajo garantizado. "Esperamos que el proyecto educativo abra la posibilidad de que lleguen nuevos pobladores. El teletrabajo es una buena opción y en Faramontanos tenemos fibra óptica" precisa la alcaldesa, esperanzada con una iniciativa que evitará el "desastre" de quedarse sin colegio. "Si cierras una escuela estás cerrando parte del futuro del pueblo" sostiene Amaranta Ratón.

Si cierras una escuela estás cerrando parte del futuro del pueblo

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En el colegio de Tábara ya disponen de algunos materiales adquiridos gracias a la donación de 1.000 euros que hizo una madre del centro a través de una empresa de seguros donde trabaja.

Igualmente, el Ayuntamiento de Tábara se suma a este proyecto apoyando la propuesta y haciéndola extensiva al Programa Crecemos para los niños de 0 a 3 años. Se prevé la compra de material y la formación de las dos profesoras que trabajan actualmente en ella para de esta forma "Montessorizar" también este espacio e ir trabajando todos en la misma línea.

Las mimbres están puestas y las expectativas son máximas. Hay un precedente que invita a la esperanza, el de un colegio público rural de Almería que ha multiplicado por cinco sus alumnos y ha logrado frenar el éxodo poblacional gracias al método creado por María Montessori, la mujer que soñó con cambiar al hombre a partir del niño y, con ello, con cambiar el mundo.

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