Fe contra los males de garganta

La localidad de Rabanales de Aliste se vistió ayer domingo de gala para honrar a su patrono San Blas cumpliendo así una ancestral tradición que ha sobrevivido durante más de cuatro siglos y que antaño tenía un carácter transfronterizo congregando cada 3 de febrero a devotos de “La Raya” de España (Aliste) y Portugal (Tras os Montes y Alto Douro) en busca de remedio y protección divina contra los habituales y temidos males de garganta.

Ese año los mayordomos de San Blas fueron María Cruz Blanco, Francisco Del Prado Santos y María Gago Del Prado los cuales portaron las “Varas de San Blas” (insignias).

Teo Nieto Vicente, encargado de las Unidades de Acción Pastoral de San Juan del Rebollar y Rabanales, con quince parroquias a su cargo, fue el encargado de oficiar la santa misa en la iglesia de “San Salvador” para los feligreses. Vecinos y emigrantes, hombres y mujeres, niños jóvenes y mayores, casi nadie quiso perderse la cita con una tradición que al menos tiene 416 años.

Atrás quedó la pandemia y aún recuperándose una mayor presencia de feligreses, cada año que pasa se nota la ausencia de devotos y devotas de toda la vida. La natalidad se sitúa bajo mínimos y los sepelios superan con creces a los bautizos. La despoblación rural galopante está causando estragos en los pueblos y más pronto que tarde afectará gravemente a las tradiciones.

Uno de los puntos álgidos de las ceremonias fue la adoración de la reliquia de San Blas a la que durante siglos miles de devotos besaron para venerarla. Los tiempos cambian y debido la problemática sanitaria originada por el Covid-19, se sigue manteniendo el ritual, pero sin el contacto físico (beso) de los feligreses con la reliquia de San Blas: los devotos pasaron ante la reliquia mirándola y haciéndole una venia.

El Ramo de San Blas

Tras los actos religiosos, el “Sagrao”, en la Plaza Mayor, acogía la subasta del “Ramo de San Blas” que fue adjudicad por 220 euros por el joven Roberto Fagúndez Losada para la juventud del pueblo. El ramo es la principal ofrenda a San Blas y esta elaborado con rosquillas, naranjas y cintas multicolores. Por ello las familias pujan por llevarse a su casa una vez bendecido el “Ramo de San Blas”.

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Durante la pertenencia de las Vicarias de Aliste y Alba al Arzobispado de Compostela, en 1607, ya se mencionaba la “Reliquia de San Blas” guardada en una cajita de plata y ya por aquellas fechas llegaban muchos portugueses de aldeas como Sao Martinho de Angueira, Vale de Frades, Constantim, Vale de Pena y Cicouro en busca de la protección.

A nivel histórico, el papa Clemente XI, fue quien concedió la Bula Pontificia de San Blas a Rabanales en 1714 y las gracias e indulgencias echaron a andar el 3 de febrero de 1715. Roma establecía que la reliquia se diera a besar en la víspera (por la tarde) y en el día grande de San Blas por la mañana no sólo a los cofrades sino a “a todo género de personas” para incrementar la devoción: alistanos y trasmontanos tenían entre sus grandes protectores al mártir cristiano.

Los manuscritos reflejan que hace ya cuatro siglos los alistanos se sabían de memoria la historia del armenio Blas (316 después de Cristo), que hizo vida eremita en el “Monte Argeus” y fue reconocido médico además de Obispo de Sebaste (Armenia).

La fechas para ganar las indulgencias era cinco: el día grande de San Blas (3 de febrero) y aparte una por cada estación del año; “San Fernando” (30 de mayo), San Agustín (28 de agosto), San Simón (28 de octubre) y San Silvestre (30 de diciembre).

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La parroquia de “San Salvador” de Rabanales cumplirá en el 2024 los primeros 150 años de la oda religiosa del “Ramo de San Blas” cantada por primera vez el 4 de febrero de 1874. Su autor fue el cura Vicente España quien aprovechó las largas noches de otoño e invierno para, al calor de la lumbre, darla por terminada el 4 de enero anterior. Fue un párroco muy peculiar y querido pues tras llegar el 21 de marzo de 1869 (relevó a Gregorio Raposo) estuvo en Rabanales 18 años hasta el 25 de abril de 1886 en que muy mal de salud le asignaron como ayudante a Hilario Juan, hasta llegar Martín Piriz por Santa Lucía.

Antaño, el “Mayordomo de San Blas” había de dejar un “Año Hueco” (sin cargos) y al siguiente asumía el cargo de “Juez de la Cofradía”: cumplido su mandato había de dar las cuentas y entregar los fondos a su sucesor ante del 4 de marzo. El cabildo se celebraba veinte días antes de San Blas o sea el 12 de enero.

La cofradía de San Blas estaba abierta a alistanos y trasmontanos y para entrar en ella había que abonar un cordero (Navidad), un alquer de trigo (agosto) y una vela de cera (“Entrada”). Una de las curiosidades estaba en que tenían prohibida la entrada el la hermandad los “Logreros” ( prestamistas) y los blasfemos.

La jornada del sábado estuvo dedica honrar a la Virgen de las Candelas con misa y procesión siendo los mayordomos este año las familias de Francisco Del Río Alvarez y Carmen Sanabria Del Prado; Pedro Martín Ratón y Maribel Silva Calvo; y Saturnino Ratón e Inés Martín Caballero.

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Entre los actos lúdicos destacaba la velada nocturna con una verbena popular bajo cubierta, en el salón multiusos. La próxima gran cita festiva de Rabanales será el día 14 de mayo con la romería de la Virgen de Fátima en Fradellos.

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