El renacer de San Antonio de 1913

Domez mantiene viva la tradición de bendecir las burras, recuperada tras un incendio originado por un rayo que calcinó la iglesia

A la izquierda, subasta de un gallo pedrés a las puertas de la iglesia de Domez. A la derecha, otro momento de la subasta popular y bendición de los perros. | Ch. S.

A la izquierda, subasta de un gallo pedrés a las puertas de la iglesia de Domez. A la derecha, otro momento de la subasta popular y bendición de los perros. | Ch. S. / Chany Sebastián

Domez de Alba, localidad perteneciente a Gallegos del Río, revivía ayer la ancestral tradición de venerar a San Antonio Abad como patrono de los animales domésticos, antaño, parte imprescindible para las familias a lo largo de los 365 días del año. Tras dos sufridos años marcados por la pandemia, las costumbres y tradiciones vuelven a a celebrarse en toda su esencia rural.

La despoblación galopante y la escasez de curas obliga a la práctica totalidad de los pueblos que en estas fechas veneran a los “santos coloraos” (san Amaro, san Antonio, los mártires san Fabián y San Sebastián, y San Vicente) a trasladar las celebraciones a sábados y domingos para que puedan participar también los emigrantes.

El Arciprestazgo de Aliste y Alba cuenta con solamente ocho sacerdotes en activo para atender a un total de 84 parroquias con una población de 9.743 habitantes. Hay párrocos como es el caso de Teo Nieto Vicente (San Juan del Rebollar) que atiende a 15 parroquias. Domez, es el único pueblo que mantiene la fiesta de san Antonio en su esencia más pura, cumpliendo con todos los rituales que ya existían cuando las Vicarías de Aliste y Alba pertenecían al Arzobispado de Compostela, desde el siglo XIII hasta 1888.

El renacer de san Antonio de 1913

Bendición de perros en Domez de Alba / Chany Sebastián

La iglesia parroquial de San Justo y Pastor acogía la misa que oficiaba por primera vez el sacerdote Juan Pedro Martínez Serrano, nacido en Almansa (Albacete), que desde septiembre atiende la Unidad de Acción Pastoral de Valer.

La misa precedió a la tradicional procesión. Ricardo Ferrero Carbajo portó la cruz parroquial de plata y Miguel Ángel Vega Barroso la vara de san Antonio como uno de sus mayordomos; el otro, Enrique Ferrero Carbajo, portaba en andas al santo junto a Juan Antonio Vega. Los hachones los llevaron Carmen Barroso y Domingo Vega.

Una vez finalizada la procesión, fue colocado San Antonio en “el sagrao” y frente a él fueron pasando los vecinos con el animal que forma parte de la propia familia, para su bendición. Entre ellos, las burras de la raza autóctona zamorano-leonesa, una preciada reliquia viva que los vecinos se resisten a perder. Antaño también se pasaba con las vacas, una especie que en muchos pueblos ya ha desaparecido, como es el caso de Valer, en el mismo municipio de Gallegos del Río, donde desde hace años ya no hay ni una sola res de vacuno.

Una burra ante la imagen de san Antón.

Una burra ante la imagen de san Antón. / Ch. S.

La música folclórica corría a cargo del grupo “La ribera de los Chirlos” y muchas de las mujeres asistieron ataviadas con la indumentaria tradicional alistana de manteos y gabachas, que por un día dejaron su descanso casi eterno en los viejos baúles para mostrar su esplendor.

Este año los mayordomos de san Antonio en Domez han sido los devotos Enrique Ferrero Carbajo y Miguel Ángel Vega Barroso, los cuales fueron los encargados se salir el viernes por la tarde a recoger por las casas las ofrendas de los vecinos.

Integrantes de La ribera de los Chirlos junto a la imagen del santo.

Integrantes de La ribera de los Chirlos junto a la imagen del santo. / Ch. S.

Los grandes protagonistas entre las ofrendas, como manda la tradición, fueron los gallos pedreses, una exquisitez gastronómica en los pueblos de la Raya de España y Portugal. Dulces, huevos, pasteles, legumbres y licores formaron parte del ritual colaborando así unos con las ofrendas al hacerlas, y otros al comprarlas en la animada subasta. Se sacaron más de 1.500 euros.

Subasta de los gallos pedreses.

Subasta de los gallos pedreses. / Ch. S.

La iglesia de San Justo y Pastor de Domez de Alba es una de las más esbeltas a nivel arquitectónico de la Tierra de Alba y fue abierta al culto el 6 de agosto de 1912. La antigua fue destruida por un rayo y el incendio que provocó en el mes de agosto de 1899. Por lo tanto el pueblo estuvo sin templo tres años, hasta construirse la actual con un coste de 15.770 pesetas.

La actual imagen de San Antonio cumplía ayer 110 años, pues la antigua la calcinaron las llamas y San Antonio regresó en 1913.

Los "santos coloraos" en otros pueblos de Aliste

Los “santos coloraos”, así llamados por los ornamentos litúrgicos de estas fechas invernizas, continuarán hoy domingo con la celebración de san Vicente en el pueblo de San Vicente de la Cabeza, con misa y procesión a las 12 horas, y la tradicional ofrenda y canto del ramo. Se adorará la reliquia del mártir como protector contra la rabia y la viruela.

En Valer de Aliste hoy se celebrará la festividad de los mártires san Fabian y san Sebastián a las 13 horas, y Puercas honrará a san Antonio, santo que será venerado el próximo domingo en la localidad de Gallegos del Río.

En las parroquias que atiende Teo Nieto Vicente, ayer Tola venero a san Antonio y hoy tendrá lugar el día de “los mártires” en Grisuela, Rabanales, Matellanes y San Juan del Rebollar.

Los devotos están pujando estos días fuerte por las ofrendas a los santo coloraos o santos de la nieve. El dinero recaudado no se deja en las iglesias para evitar robos. También se retiran todas las monedas de los cepillos de cada templo ante la oleada de nuevos asaltos a los templos que sufrieron recientemente los pueblos de La Torre de Aliste , San Vicente de la Cabeza, Gallegos del Río, Domez de Alba y Losacino.

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