El miedo de los ganaderos de Zamora al lobo: “Te despiertas cada día pensando si encontrarás algún animal muerto”

Los ganaderos de Sayago viven hostigados por el lobo, que está acabando con las tradicionales explotaciones en extensivo

“Cada mañana nos levantamos con la preocupación de no saber si nos vamos a encontrar un animal muerto, o animales que se hayan salido de la valla huyendo”. Esta es la realidad diaria de los ganaderos zamoranos, en especial en la zona de Sayago, donde más crece el número de ataques del lobo que están haciendo imposible la práctica de la ganadería extensiva, tanto de ovino como de vacuno, que tradicionalmente se ha venido practicando en esta comarca.

La demoledora frase que pone en relieve la ansiedad con la que viven los ganaderos sayagueses es de Maruja Marcos, ganadera de vacuno en la localidad de Arcillo, cerca de Pereruela, y miembro de la Ejecutiva de UCCL Zamora. La organización agraria ha querido dar voz a los propios afectados por los ataques del lobo en la provincia, y uno de los temas que aspiran a defender tras las elecciones agrarias del 12 de febrero es el control poblacional del lobo y mejores indemnizaciones para los afectados.

La ganadera de vacuno Maruja Marcos, de Arcillo; Antonio Rodríguez, presidente de UCCL Zamora y Jesús Ángel Ramos, ganadero de ovino de La Tuda. | José Luis Fernández

La ganadera de vacuno Maruja Marcos, de Arcillo; Antonio Rodríguez, presidente de UCCL Zamora y Jesús Ángel Ramos, ganadero de ovino de La Tuda. | José Luis Fernández / Alejandro Bermúdez

Las indemnizaciones solo pagan el valor del animal en el momento de su muerte, pero no los abortos, las caídas en la producción ni los animales extraviados

Antonio Rodríguez

— Presidente de UCCL Zamora

Se ha protegido el lobo a costa de nuestros ganaderos”, aseveraba el presidente de UCCL Zamora, Antonio Rodríguez. “Las indemnizaciones solo pagan el valor del animal en el momento de su muerte, pero no los abortos, las caídas en la producción ni los animales extraviados. Tampoco tienen en cuenta la ansiedad y el miedo a que se repita el ataque”, añade Rodríguez.

Y es que en el centro de Sayago, desde Pereruela a la zona de Almeida y Peñausende, pasando por todos los anejos de Bermillo, los ataques del lobo no son una anécdota que ocurra un par de veces al año. Son una realidad diaria. A cuentagotas, noche a noche, el predador va encogiendo la cabaña y mermando la paciencia de los pastores. Ayer se daba un caso en Fresnadillo. “Hay ganaderos que llevan más de 200 ovejas muertas en distintos ataques”, asegura Maruja Marcos.

El buitre, una pesadilla para los ganaderos de vacuno

Pero el lobo no es el único animal que trae de cabeza a los ganaderos. Los ataques de bandadas de buitres a ganaderías de vacuno en extensivo son cada vez más frecuentes. Y en este caso, los afectados no reciben ni un euro de la Junta de Castilla y León. Solo se indemniza por los ataques del lobo. “Suelen atacar a las vacas que están pariendo hasta que las desangran” para comerse al ternero, explicaba la ganadera sayaguesa.

El zorro también causa algunos ataques

Y últimamente, hasta el zorro está causando daños en las explotaciones extensivas. El pasado miércoles un ejemplar se cebó con un ternero que había nacido solo dos semanas antes en la ganadería de Maruja. Le comió las orejas, la lengua y el rabo, y no sobrevivió. Otra pérdida más que nadie compensará.

Ternero víctima de un ataque del zorro en Arcillo. | Maruja Marcos

Ternero víctima de un ataque del zorro en Arcillo. | Maruja Marcos / Alejandro Bermúdez

Al lobo ibérico, el buitre y el zorro hay que sumar el jabalí, que aunque no se alimenta del ganado sí se enfrenta de vez en cuando a los perros de las ganaderías, “y hasta te ataca a ti si no tienes cuidado”, apostilla la de Arcillo.

Nadie pone ya en cuestión que el lobo está asentado en Sayago, al sur del Duero, donde en teoría era una especie en peligro de extinción –desde septiembre de 2021 protegida en toda España–. Esto complica el modelo tradicional de ganadería de esta zona de Zamora. Por supuesto, que los profesionales toman medidas preventivas para proteger a sus ovejas o a sus terneros, pero eso también tiene un coste “que no ven los que hacen las leyes”.

Cada mastín come dos kilos de pienso diarios, necesita vacunas y un seguro

Jesús Ángel Ramos, ganadero de ovino de La Tuda, tiene nueve mastines en su explotación. Cada uno come dos kilos de pienso diarios, a lo que hay que sumar las vacunas obligatorias y otros gastos veterinarios, y también los seguros de responsabilidad civil. Lo que se gasta en total por perro al cabo del año “prefiero ni calcularlo, por no asustarme”, confiesa.

A los problemas que los ataques de la fauna salvaje causan a los ganaderos, se suma que “los jabalíes y los corzos transmiten enfermedades como la tuberculina o la sarna” que pueden afectar a sus vacas o a sus perros, infecciones cada vez más prevalentes por este mismo motivo.

Por todo ello, desde UCCL Zamora apuestan por el control poblacional de la fauna. “No decimos que el lobo tenga que desaparecer del todo, pero tiene que haber un control, bien gestionado”, abundaba ayer su presidente.

Antonio Rodríguez cree que “el problema, como siempre decimos, radica en que las leyes se hacen desde la ciudad, por gente que no conoce la realidad del campo. La ganadería extensiva es la que mejor cuida el medio ambiente, pero no es compatible con una población de lobos tan grande como la que hay ahora mismo en Zamora”.