Llevar Internet de alta velocidad a los pueblos, a las áreas apartadas o peor comunicadas se presenta como “uno de los grandes desafíos” para las empresas de telecomunicaciones. Así lo apunta una de las adjudicatarias des despliegue por el medio rural, incluida la provincia de Zamora, como es Adamo. “Extender la infraestructura no resulta tarea sencilla cuando aparecen viviendas diseminadas, orografía adversa o instalaciones obsoletas, entre otros aspectos”.

En esos posibles escenarios, precisan, el coste del despliegue de fibra óptica “se dispara. Es hasta 15 veces más caro que hacerlo en ciudades”, ha precisado Xavier Viladegut, cofundador de Adamo.

Este operador instalará Internet ultrarrápido en 72.000 viviendas del ámbito rural de las provincias de Zamora, Salamanca, Ávila, León y Valladolid –mediante subvenciones y capital privado– antes de que concluya 2024. Es el compromiso adquirido en la segunda convocatoria del Programa ÚNICO-Banda Ancha, financiado por el fondo Next Generation de la UE y dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

“El entorno rural es mucho más complejo”, prosigue el ejecutivo. “Para hacerse una idea, baste el siguiente dato: sólo en el mes de julio, Adamo estaba cableando 40.000 viviendas de 800 pueblos al mismo tiempo. Lo cual da una idea del grado de dispersión de las localidades y de las casas que las forman”, ha señalado el también director de Despliegue de la compañía en las jornadas.

“Las ayudas son un tractor de inversiones, sin duda, si bien es verdad que los fondos propios que desembolsamos los operadores acaban superando, con mucho, lo que recibimos de la Administración para realizar el despliegue” precisó Viladegut.