La Opinión de Zamora

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Tercer ataque de lobo en Codesal tras los incendios de la Culebra

Esta explotación extensiva de vacuno ya ha sufrido tres ataques desde el pasado verano a pesar de haber tomado medidas de prevención

Ternero muerto junto a una vaca A. S.

Una explotación ganadera de Codesal sufre el tercer ataque tras el incendio de la Sierra de la Culebra al desplazarse ungulados y depredadores, según sospecha el titular de la explotación. El último ataque se produjo en la madrugada del miércoles.

El ganadero Oliver Castedo, sobre las nueve de la mañana, encontró una ternera de 4 meses devorada junto a la madre, además de echar en falta uno de los perros que custodiaba el ganado y que ayer estaba desaparecido.

La explotación de 12 hectáreas de extensión las mejor custodiadas de la provincia situada dentro de la Reserva Regional de Caza y a escasa distancia del casco urbano. Cuenta con doble cerca de alambre de dos metros de altura y coronada con alambre de espino, custodiada por perros mastines.

Pese a las medidas de prevención “el lobo es lo que es, muy listo, y se mete por donde pueda, lo mismo que hace el zorro, por abajo o por donde pueda excavar” reconoce el joven ganadero. Es el tercer ataque tras el incendio de la Sierra de la Culebra, en una zona límite donde vecinos y efectivos de extinción frenaron el incendio pero que propició el desplazamiento de las ciervas. Las hembras que habían parido esa primavera buscaron con su cría zonas alejadas de los terrenos calcinados. Un mes después del incendio, los lobos hirieron un ternero de unos 6 meses en esta explotación, que sufrió desgarros en el lomo y que gracias a los cuidados veterinarios consiguieron salvar. A las dos semanas sí lograron mataron un ternero porque desapareció pero no se dio con el ejemplar.

Otra novilla de un año fue atacada y sobrevivió con heridas por desgarro en una pata. Todas las bajas, tanto los animales heridos como los muertos, se comunicaron a la Guardería Medioambiental que emitió el correspondiente informe verificando que se trata ataques de lobo, y que en este caso se ha facilitado al titular de la explotación.

Como la mayoría de los ganaderos de la zona lobera opina que “tiene que haber un control” para que se minimicen los daños en la ganaderías que toman todas las medidas preventivas para reducir el riesgo de ataque. Era previsible que las zonas colindantes a los terrenos quemados sufrieran un incremento de daños por el desplazamiento de la fauna, como ya anunciaban ganaderos y agricultores.

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