La localidad de Ceadea de Aliste abrirá oficialmente el próximo día 29 de octubre, sábado, la “Casa del Maestro - Museo de Antonio Álvarez”, una iniciativa nacida para preservar y dar a conocer los valores y el patrimonio material e inmaterial de las escuelas rurales.

Parece que fue ayer, pero ya han pasado 43 años desde que, en junio de 1979, la escuela de Ceadea cerró sus puertas y sus niños y niñas, en septiembre, se fueron al Colegio Comarcal “Virgen de la Salud” de Alcañices. Ahora la que fuera cuna del saber renace de las cenizas del olvido para ya nunca olvidar lo aprendido.

Será así mismo un emotivo y merecido homenaje póstumo a Antonio Alvarez Pérez, autor de la “Enciclopedia Alvarez”, cuyas palabras fueron sabiduría y puras sentencias: “Solo se sabe lo que se recuerda y para recordar hay que aprender de memoria”.

La iniciativa tiene como promotor al pueblo de Ceadea y al Ayuntamiento de Fonfría, al que pertenece, cuya Corporación Municipal preside Sergio López Vaquero.

La “Casa del Maestro - Museo de Antonio Álvarez” se ha ejecutado sobre proyecto arquitectónico de Carlos Gutiérrez Marcos y museístico de Arsenio Dacosta , doctor en Historia por la Universidad de Salamanca. La inversión ha ascendido a 99.891 euros. La mayor parte de la financiación ha sido aportada por la Diputación de Zamora, pero también ha contado con el patrocinio de la Fundación Caja Rural de Zamora y la Fundación Fomento Hispania. En colaboraciones destacan las de la Plataforma en Defensa de la Arquitectura Tradicional de Aliste y la Universidad de Salamanca.

La restauración y recuperación exterior de la antigua casa del maestro, que también fue escuela, se ha centrado principalmente en la parte delantera donde se ha habilitado un amplio descansillo frente a la puerta de entrada

Ceadea se muestra así orgullosa de su hijo más ilustre, Antonio Álvarez Pérez, allí nacido un ya lejano 19 de agosto de 1921, y fallecido en Alicante el 13 de agosto de 2003 a sus 83 años. La aldea de Quirós, en Asturias, fue su primer destino como maestro con solo 19 años, en 1940, nada más terminar la Guerra Civil, año en que se presentó a una segunda oposición para poblaciones con más de 10.000 habitantes: quedó el número dos y así pudo regresar a Zamora.

La “Enciclopedia Alvarez (Intuitiva, Sintética y Práctica)” fue su obra maestra, publicando su primera edición la editorial Elma en Zamora. El “Primer Grado” (Elemental) para niños de 6 a 8 años vería la luz en 1953 y el “Segundo Grado” y un “Tercer Grado” en 1954. Se vendieron entre 1953 y 1966, hasta la llegada de la EGB (Educación General Básica), nada menos que 33 millones de ejemplares de sus obras, más “El Parvulito” e “Iniciación Profesional”.

La restauración y recuperación exterior de la antigua casa del maestro, que también fue escuela, se ha centrado principalmente en la parte delantera donde se ha habilitado un amplio descansillo frente a la puerta de entrada, utilizando como material noble la piedra, al que se puede acceder mediante una escalera con cuatro pasales, o por una rampa que rompe las barreras arquitectónicas. Se preserva así la estética con la pared construida en origen con piedra granítica.

El espacio al aire libre se ha delimitado en dos partes mediante los típicos fincones alistanos, grandes lajas de pizarra hincadas en el suelo para cercar prados y cortinas en el campo y para delimitar “pariciones” (ovejas) y “cortejas” (cerdos) bajo cubierto en los corrales. La mitad de la derecha se destinará a jardín. La iluminación nocturna se realiza mediante dos antiguas lámparas de plato, primeras llegadas a Aliste.

El mundo rural en la escuela

El museo aborda dos temas interrelacionados: de una parte, la vida y obra de Antonio Álvarez Pérez y de otra la experiencia que vivieron los maestros y alumnos en el mundo rural durante la segunda mitad del siglo XX. El museo se concibe como un doble homenaje que busca destacar la importancia crucial de la educación en el desarrollo de la sociedad.

Este museo va a ser, sin lugar a dudas, un lugar de peregrinaje para todos los alistanos nacidos tras la Guerra Civil donde revivir y recrear escenas preservadas sólo en su memorias. Uno de los elementos que les cautivará será volver a ver aquellas mesas y pupitres que formaron parte imprescindible de sus vidas. Allí habrá tres de las peculiares mesas originarias de Ceadea tras su recuperación por la prestigiosa restauradora Virginia Flores Andrés, autora de restauraciones como las de los retablos de las iglesias de San Vitero y Ufones.

Entre las donaciones destaca la de dos colecciones completas de la Enciclopedia Alvarez, cortesía de la editorial Edaf (Madrid), responsable de la reedición facsímil de los distintos volúmenes de Antonio Álvarez, para nostálgicos de su magnífica obra.

Varios mapas escolares en muy buen estado de conservación, de mediados del siglo XX, han sido cedidos por el Instituto María de Molina de Zamora, a con la colaboración de su jefa de estudios, originaria de Ceadea, Sara María García Álvarez.

La estampa de Antonio Álvarez Pérez, para ponerle cara, estará presente gracias a un magnífico retrato que en su día le hizo un alistano de adopción, el ilustre pintor Ricardo Segundo, de acogida en Sejas. Las manos del maestro dieron forma a sus ideas y entre sus propiedades expuestas estará su antigua máquina de escribir Olivetti Lettera 35.

Bienvenido Martín Fraile, director del Centro Museo Pedagógico de la Universidad de Salamanca, que ha sido uno de los asesores científicos, sentencia que “no hay un proyecto pedagógico y editorial de la envergadura en la España de la posguerra, estando la figura de Álvarez, hasta ahora, carente del reconocimiento público que se merece”.

La Casa Museo se ha ejecutado con una filosofía de desarrollo endógeno, contándose para las obras y el montaje museográfico, prácticamente en su totalidad, con profesionales y empresas de la comarca de Aliste y de la provincia de Zamora bajo la coordinación del alcalde pedáneo Martín del Río Lorenzo.