La Aldea del Palo fue tierra de Santa Teresa. Puede que alrededor de año y medio de la vida de la Doctora de la Iglesia transcurriera en el pueblo de San Miguel de la Ribera, alojada en casa de Guiomar de Ulloa para cuidar al padre Juan de Prádanos, sacerdote jesuita y director espiritual de la noble toresana y confesor de la religiosa abulense. La estancia en el pueblo zamorano pudo ayudar también a sosegar la maltrecha salud de Teresa de Cepeda y Ahumada. 

Por primera vez un libro profundiza en esta etapa de la fundadora de la Orden de Carmelitas Descalzos, de la mano de Eladio Riesco Hernández, natural de San Miguel de la Ribera. 

Aunque químico de formación, desde su infancia Eladio Riesco ha escuchado el “run run” de Santa Teresa y su paso por la Aldea. Pero fue en los últimos años de la vida de su madre cuando este eco cobró fuerza. “Me contaba que había vivido en la casa donde estuvo la Santa. Aquello me inquietó, comencé a investigar durante las largas jornadas de confinamiento y vi que era un carrete que no se acababa” cuenta el autor de “Teresa y la noble villa Aldea del Palo”. 

El libro relata la vida de Santa Teresa en la Casa del Mayorazgo, donde coincidió con otras figuras fundamentales del Siglo de Oro español: Guiomar de Ulloa, el padre Prádanos y quien fuera un personaje decisivo en santa Teresa, san Pedro de Alcántara, “un fraile entregado a la oración, a la humildad y a llevar una vida predicando con el ejemplo” relata Eladio Riesco en su libro. 

La estancia de Santa Teresa en la Aldea tuvo lugar en 1557 y allí curó a su confesor “con el mismo cuidado y caridad que si fuese su padre” describe el autor. 

El libro revela la trascendencia que tuvo esta etapa en la trayectoria vital de la religiosa, pues allí Santa Teresa “gestó la reflexión sobre su Reforma”. “Posiblemente la estancia en Aldea del Palo también le sirvió a Teresa para relajarse y, fuera del convento, meditar sobre su proyecto de la reforma del Carmelo, pues ella misma vino a caer en la cuenta de que el mal de los monasterios estaba en el elevado número de monjas, como ocurría en el de la Encarnación, su convento, donde alcanzaron a ser más de doscientas. Pensaba que podía llevarse mucho mejor la Regla con un número reducido” detalla Eladio Riesco. 

El libro, que cuenta con el apoyo de la Diputación de Zamora, Caja Rural y el Ayuntamiento de San Miguel de la Ribera, pretende arrojar luz sobre un episodio de la vida de Santa Teresa muy desconocido. Pero también que en el pueblo donde aconteció, San Miguel de la Ribera, “se conceda más valor a la importancia histórica de la Aldea en la biografía de la Santa”. 

Lo cierto es que en la Aldea del Palo se sabe de la Santa y su relación con el pueblo, pero “la mayoría desconoce la importancia de los otros tres grandes que coincidieron allí con ella”. Fueron Guiomar de Ulloa, el padre Prádanos y quien fuera un personaje decisivo en santa Teresa, san Pedro de Alcántara, “un fraile entregado a la oración, a la humildad y a llevar una vida predicando con el ejemplo” relata Eladio Riesco en su libro. 

Eladio Riesco Hernández ha abierto un camino que va a tener continuidad con nuevas investigaciones sobre la vida de la Doctora de la Iglesia y otros episodios relevantes en la historia de la Aldea. 

El autor ha presentado el libro en la Diputación de Zamora junto al diputado de Cultura, Jesús María Prada, quien dio la bienvenida a una investigación “tan interesante sobre la presencia de Santa Teresa en la provincia de Zamora”.