El lobo no da tregua. Los ganaderos de Sayago se encuentran al límite ante los sucesivos ataques que están sufriendo en sus explotaciones. El último conocido ocurría la noche del lunes al martes en Palazuelo de Sayago. Antonio Manso, ganadero de ovino de leche, perdió tres ovejas y otra media docena están heridas.

Manso ya sabe lo que es un ataque de lobo. Los ha tenido, y más graves, pero en las circunstancias actuales, con el alimento y la energía por las nubes, mientras los precios de la leche y de los corderos no se equiparan a esas costes, los ganaderos se ven asfixiados. “Así no hay quien siga con el ganado” expresa el productor de Palazuelo de Sayago.

Antonio Manso describe una situación insostenible. “El lobo lo tenemos aquí, lo han visto, está atacando todos los días. Ahora me ha tocado a mi, pero también ha habido ataques en Formariz, en Muga, en Villamor de la Ladre, Luelmo... Esto es insoportable”. En el ataque en Palazuelo el lobo llegó hasta las mismas puertas de la nave. El rebaño se encontraba en un cercado que el cánido atravesó.

El problema es que los ganaderos están perdiendo toda la esperanza en que el problema del lobo tenga solución. “Ahora que está totalmente protegido cómo se va a arreglar esto. Nos echan a todos, esto no es rentable” se queja el ganadero de Palazuelo. De momento, Manso ha optado por cerrar a las ovejas en la nave. “He puesto todos los medios, pero el día que no pille a las ovejas fuera, las comerá dentro. No hay escapatoria”.

La organización agraria COAG solicitaba hace unos días a la Consejería de Medio Ambiente la “extracción” de ejemplares de lobo ante los reiterados ataques que están sufriendo comarcas como Sayago. La repetición de ataques del depredador en áreas territoriales reducidas enciende las alarmas y eleva las pérdidas de ganaderos, que, como denuncia COAG, “viven estas situaciones con impotencia después de la escasez de medidas tomadas por las administraciones, tanto nacional como autonómica”.