La imagen de Nuestra Señora de las Nieves, la virgen de la Tuiza, recibió este domingo a los peregrinos y devotos de la Alta Sanabria en un lugar destacado en su santuario, donde se celebraron los actos centrales de la patrona de las tierras altas.
La imagen por primera vez, que se recuerde, se instaló en el Altar Mayor dejando su rincón y a la vista de todos los asistentes al templo, para recibir el homenaje, las oraciones y los agradecimientos merecidos en su día grande. Que todos los asistentes pudieran ver la imagen de frente en el transcurso de la oración era el deseo del párroco Fernando García.
Un deseo que se trasmitía las vísperas de la fiesta telefónicamente al alguacil del municipio que se puso manos a la obra. El resultado fue la sorpresa y la ilusión de quienes entraban al templo y se encontraban a la imagen ante su vista. Con esa primera impresión arrancaba un día de muchas emociones para quienes tienen en consideración la protección de la Tuiza, en la salud y en la enfermedad.
El párroco Fernando García y el párroco de Sotillo y otros 28 pueblos, Miguel ángel Fernández Orduña, concelebraron la misa que brindó otra imagen inusual, la misa por momentos oficia de espaldas a los asistentes, al estar ocupado el altar por el trono de María.
La banda de Gaitas de As Portelas desgranó desde el coro lo mejor del repertorio para esta ocasión, fecha señalada no solo en la Alta Sanabria, sino también de Sanabria Baja y Carballeda, porque fueron numerosos los vecinos que asistieron desde otros pueblos, y de Galicia –que queda a un paso- también. Fernando García recibió a la asamblea en “este día grande de nuestra comarca. A los hijos, vecinos, amigos de nuestros pueblos que venís de lejos para, un año más, presentar vuestro corazón”.
El padre señaló que “los que estáis aquí estáis para manifestar que de una u otra manera sentís el amor de Dios por medio del amor de la Virgen”. Y como no, ver la mirada de la virgen. En el transcurso de la homilía, la asamblea irrumpió hasta en dos ocasiones en aplausos, a invitación del párroco de volver otro año “más y mejor”.
La procesión iniciaba su paso, poco antes de las dos de la tarde, acompañada de recogimiento y devoción con paso muy lento para dar relevo a todos los feligreses y feligresas en este día y autoridades civiles y militares. Y como reconocían varias vecinas de Lubián, si no vienes este día a ver la Virgen falta algo. Los niños protagonizaron las escenas más entrañables al querer acompañar a los cargadores del pendón y ayudar a sujetar los cordones de equilibrio, e incluso las niñas de la Banda de Gaitas siguieron los gestos de sus mayores.
De regreso al templo, As Portelas brindaron la entonación del himno a la Tuiza, cerrado con aplausos y felicitaciones al abandonar la nave.
El gaitero que tenía aparcada la gaita por fuerza mayor estaba “Ilusionado como un niño el día de Reyes” antes de comenzar la misa, una ilusión que llegaba a su apogeo con las lágrimas al finalizar la interpretación de la canción a la Virgen de La Tuiza. La Banda con gaiteros, tambores y pandereteiras oriundos de los pueblos de la Alta Sanabria, y alrededores, cerró los actos de la mañana con un concierto para oír y bailar.
Entre las malas noticias de la mañana hubo una, el pulpo se acabó. La carpa estuvo llena y alguno con los platos a pares. El tiempo estable permitió a algunas familias la fiesta completa con almuerzo en el entorno del templo.
