La Opinión de Zamora

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La feria de Porto, a la espera de las vacas de la sierra

La penúltima feria del año en la comarca queda huérfana de animales, que están aprovechando los pastos de altura

Uno de los puestos de alimentación instalados ayer con motivo de la feria de Porto. | Araceli Saavedra

La feria de Porto quedó huérfana de vacas y demás familia extensa en la penúltima cita ganadera del año en la villa portexa, la de septiembre, y la única que pervive en el territorio sanabrés tras la desaparición de las ferias de ganado.

Unas vacas que se están aprovechando de los pastos de sierra y de la morriña de los ganaderos de empezar a recoger para el invierno. Tres ganaderos quedan en Porto, el que fuera núcleo reproductor por la raza autóctona por excelencia, en los años 80 y 90, y cuando la cabaña ganadera se contaba por encima de los 2.000 ejemplares y casi medio centenar de ganaderos y pastores.

Exposición en la iglesia de Santa María. | A. S.

Y a falta de ganado, concurrieron varios puestos ambulantes que llenaron el vacío en la zona del ferial. Una presencia bien recibida por los vecinos de la villa que, con la presencia de los vendedores ambulantes, se ahorran desplazamientos a decenas de kilómetros. Entre las más vendedoras más veteranas una ourensana que lleva 20 años desplazándose a Porto, desde su aldea en la frontera con Portugal y que recorre 160 kilómetros para llevar el género. Colores negro y azul marino, batas con bolsillos delanteros, es la moda que impera en el vecindario que se queda a pasar el otoño. Con clientas de toda la vida, que le hacen gasto con frecuencia. A las 9.30 de la mañana llega para montar el puesto de tejidos. La mujer está en vías de jubilarse y especialmente tras la pandemia y el decaimiento de las ferias, en particular las de la zona.

Una persona acude a ver la fuente monumental. | A. S.

Para Sindo Ferrero, otro de los vendedores ambulantes de alimentación que acude a Porto habitualmente, las ferias “se van recuperando poquito a poquito y mejor de lo que se esperaba después de los dos años de pandemia”. Con clientes habituales y con la medida tomada a los productos recorre la Alta Sanabria, desde Cuadraledo y “por todas las ferias”.

Varios senderistas se bajan del coche y pertrechados de ropa deportiva cruzan el ferial y camino arriba por el valle del Bibey. El agua dice mucho en Porto. Recientemente el Ayuntamiento ha trasladado la fuente de la Orden de Santiago a su emplazamiento original y restituyendo los elementos arquitectónicos que cerraban el monumento por la parte de arriba.

La fuente monumental fue una de las víctimas de la construcción del pantano que sufrió diversos avatares y la “desaparición” de alguna que otra piedra, hasta que se reconstruyó en el ferial, y ahora sufrir un nuevo traslado para mejor lugar, como relata el teniente de alcalde Miguel Tomás Bruña. Uno de los elementos recuperados para el patrimonio del pueblo es la vieja reja de la cárcel que hubo en Porto.

La historia de la Fonte de La Pinguela viene recogida en la exposición instalada en la iglesia de Santa María, que recuerda los 800 años de vinculación con la Orden de Santiago otorgada por Alfonso IX rey de León, y con anterioridad de la concesión del Fuero de Porto, de ahí su distinción como “villa”.

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