Los tomates de alta calidad se han convertido por méritos propios en apenas un lustro entre los consumidores de toda España en uno de los productos agroalimentarios estrella y más apreciados de los producidos en la comarca natural de Aliste, Tábara y Alba. Un sector, el tomatero, al alza que ya da de comer a muchas familias del oeste.
Pedro Vara, un productor tabarés se ha convertido en el ganador del concurso de la Feria del Tomate de Tábara con una ejemplar que alcanzaba un peos de 1 kilo y 650 gramos. En segundo lugar quedaba un tomate de 1,253 kilogramos de Diego Valderas de Barcial del Barco y en tercer lugar uno de 1.214 gramos de Mustafha Erroumane de la localidad de Pozuelo de Tábara.
La Plaza Mayor de Tábara se convertía en un escenario ideal para que los productores mostraran un producto que ya de por si cautiva por su presencia y que aun más lo hace por sabor.
Su alta calidad le lleva a que en algunas fruterías especializadas se estén vendiendo los tomates de Aliste a 8,95 euros el kilo
La cosecha de este año, aún siendo buena en cantidad y calidad, ni mucho menos ha llegado a cumplir con las expectativas de los agricultores debido a la fuerte y larga sequía con escasez de lluvias. Bien es verdad que al tratarse ya de plantaciones tirando a extensas en la mayoría de los casos los productores ya cuentan con pozos de sondeo. Mas dificultades tuvieron las plantaciones dependientes de ríos o de pozos artesanos al secarse.
Expertos en gastronomía del País vasco y Navarra afirman que el “Tomate de Aliste se un auténtico manjar culinario. Una variedad de gran calibre, piel fina, poca semilla y sin acidez” y su presencia se ha hecho habitual en las más selectas fruterías de lugares tan dispares como Madrid, Vitoria, San Sebastián, Barcelona, Madrid y Valencia durante los meses de agosto, septiembre y octubre. Su alta calidad le lleva a que en algunas fruterías especializadas se estén vendiendo los tomates de Aliste a 8 euros y 95 céntimos el kilo.
La variedad “Rosa de Barbastro” un tomate muy carnoso a la vez de tierno y de tono rojizo se ha convertido en la que mejor se amolda a las tierras alistanas, tabaresa y albarinas, siendo por lo tanto la más cultivada dado que se trata de “Un exquisito producto culinario y un auténtico manjar para degustar directamente en ensaladas o como parte o complemento de otras recetas gastronómicas”.
En unos tiempos donde la agricultura tradicional está en plena decadencia el cultivo del tomate ha llegado como un autentico milagro
Entre las características del “Rosa de Barbastro” ahora en tierras zamoranas destacan las de ser un tomate muy grande, muy carnoso, con una piel muy fina y que apenas tiene semillas, es dulce y tiene muy poca acidez. Su denominación le viene de su color rojo intenso.
Puede ser cultivado a lo largo de todo el año, dependiendo de los lugares, aunque la temporada ideal para su recolección se sitúa entre agosto y diciembre cuando suele alcanzar su maduración más optima. Precisamente ello favorece su cultivo en Aliste, Tábara y Alba donde las heladas suelen causar estragos en las plantas prácticamente hasta finales de la primavera.
En unos tiempos donde la agricultura tradicional está en plena decadencia el cultivo del tomate ha llegado como un autentico milagro a la comarca dónde ya se beneficia de su cultivo una gran numero de familias.
La primera planta envasadora se abrió en Valer de Aliste (localidad perteneciente al municipio de Gallegos del Ríos) y actualmente ya funcionan otras dos en los pueblos de Tola de Aliste (ayuntamiento de Rábano) y Pozuelo de Tábara. Como suele suceder con las plantas de setas durante las campañas micológicas uno de los efectos colaterales esta en la creación de empleo. Los tomates son entregados por los agricultores en las plantas y allí son seleccionados por los operarios para que al día siguiente esté4m en las fruterías de toda España
En unos tiempos inciertos marcados por el éxodo masivo de los jóvenes del campo a las grandes actividades para buscarase y ganarse la vida, con una despoblación rural galopante, el cultivo del tomate ha llegado como una brisa fresca y de esperanza que comienza a dar sus frutos con el asentamiento de familias jóvenes: “ Hasta ahora vivir de la agricultura en Aliste, Tábara y Alba era imposible a no ser que lo complementaras con la ganadería, pero esta necesita de mucha maquinaria y naves del altos costes a los que los jóvenes no podemos enfrentarnos. El cultivo del tomate es un milagro, como en todo hay que trabajar y dedicarle tiempo, pero si tienes una finca que puedas regar, sacas más en tres meses de recolección que con otra cosa todo el año”.
La “Concentración parcelaria se han convertido en una bendición para el cultivo del tomate pues al contarse con grandes fincas de reemplazo para las familias nos es más viable acometer infraestructuras como pozos de sondeo y riego por goteo, además de facilitar la labranza y disponer de toda la plantación de tomateras en un mismo lugar”. Muestra de ellos son pueblos que ya cuentan con concentración parcelaria como es el caso de Trabazos, Tábara, Pozuelo y Riofrío.
