Ni la Diputación ni la Junta de Castilla y León ni el propio Ayuntamiento de Fonfría ven razones que justifiquen la demolición del poblado de Castro, construido a finales de la década de 1940 por Iberdrola para alojar a los trabajadores destinados en la construcción de la presa hidroeléctrica y hoy en manos de la una empresa privada vinculada al turismo.

Es la respuesta de las instituciones ante el planteamiento de los actuales propietarios del poblado de Castro de una posible demolición del conjunto, situado sobre un promontorio y mirador privilegiado hacia los Arribes del Duero.

El asunto, tratado en la última reunión de la Comisión Territorial de Medio Ambiente y Urbanismo, ha trascendido a través de Ecologistas en Acción Zamora, donde participa en representación de las organizaciones en defensa del medio ambiente. Conocedora de las pretensiones de los propietarios, Ecologistas ha remitido un escrito a la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta solicitando un informe sobre el valor patrimonial de este poblado dentro del conjunto industrial del Salto de Castro.

La organización defiende la rehabilitación del poblado para distintos usos, entre ellos el turístico, rechazado el derribo de un conjunto que “constituye un patrimonio industrial”.

Para la organización, “no se justifica la demolición de un patrimonio que en todo caso podría ser restaurado para distintos usos, al estar situado en una zona de indudable valor paisajístico y ambiental como el Parque Natural de Arribes del Duero”. Y que se completa con el existente al otro lado de la frontera, en Portugal.

Argumentan además que el poblado, junto con las presas y demás edificaciones construidas en los años 50, “constituye un patrimonio industrial que forma parte del sistema Saltos del Duero, una obra de ingeniería hidroeléctrica que incluye a otras infraestructuras como las de Villalcampo, Ricobayo y Almendra, en la provincia de Zamora, y las de Aldeadávila y Saucelle en Salamanca” que merecería contar con algún tipo de protección.

Revela la organización ecologista que, de la información facilitada a la Comisión territorial de Medio Ambiente y Urbanismo “no se deduce la necesidad de dicha demolición, ni tampoco en qué consisten las actuaciones previstas en el poblado edificado a mediados del siglo pasado para alojar a los trabajadores que construían la central hidroeléctrica sobre el río Duero”. Incluso “la situación de emergencia climática y la actual escasez de energía no es propicia para la demolición de infraestructuras ya construidas, que siempre pueden ser rehabilitadas, tal como aconseja la propia Ley de Urbanismo de Castilla y León”.

Por esta razón, la asociación ha solicitado a la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta un estudio e informe correspondiente sobre el valor patrimonial de este poblado de Castro, “teniendo en cuenta que podría peligrar su integridad”. Igualmente, este informe podría hacerse extensivo a las otras infraestructuras del sistema Saltos del Duero.

La postura del Ayuntamiento de Fonfría también es firme en defensa del poblado. Así lo confirma a este diario Sergio López, alcalde de Fonfría. “Ni las instituciones a las que hemos consultado ni nosotros vemos razones para eliminar un conjunto que es emblemático y tienen un valor sentimental en la zona y en la provincia de Zamora. Nuestra apuesta es por la rehabilitación del poblado, recuperándolo para alguna actividad que dinamice toda esa zona”.

El Ayuntamiento de Fonfría, en cuyo municipio se enclava el poblado de Castro, se recibió hace meses un escrito de la empresa propietaria planteado el posible derribo. La escueta comunicación sorprendía a esta institución local, que optó por solicitar un informe al Servicio de Asistencia a Municipios de la Diputación y posteriormente a la Comisión de Medio Ambiente y Urbanismo.

La respuesta de las instituciones avaló la del propio Ayuntamiento rechazando la demolición.