Jesús María Lorenzo Más, nació el 5 de diciembre de 1945 en Alcañices y con 25 años, en 1970, ingresó en el Cuerpo Superior de Policía. Tras pasar por el País Vasco en los años más sanguinarios del terrorismo de ETA, regresó a la villa en 1979, donde desarrolló su labor como inspector jefe de la Policía de Fronteras hasta el día 5 de diciembre de 2001. Alcalde de Alcañices desde 2013, es también presidente de la Mancomunidad de Servicios Tierras de Aliste y de la Cofradía de la Virgen de la Salud, que integra a 627 hermanos.

–¿Cómo se se han vivido en la comarca de Aliste estos tiempos tan difíciles de pandemia?

–Con preocupación, pero sin perder nunca la esperanza. Desde el primer momento hemos sido conscientes de la gravedad de la crisis sanitaria con el agravante de que la mayor parte de la población somos de la tercera edad y hay muchas personas que viven solas y a veces con la familia lejos. Por eso las autoridades y los vecinos hemos procurado ayudar siempre que hemos podido a quienes lo han necesitado. Los alistanos y las alistanas hemos tenido siempre a la adversidad como compañera de viaje y estamos acostumbrados a sobrevivir. Somos buena gente y gente dura, pero realistas y consecuentes, y no debemos olvidar que la pandemia sigue ahí, hay que vivir la vida, pero todos debemos de actuar con prudencia.

–¿Cuáles son las prioridades del Ayuntamiento de Alcañices y de usted como alcalde?

–Nuestro deseo, el de todos, Gobierno y oposición, es el ofrecer en todos nuestros pueblos y a las familias que aquí viven una calidad de vida digna, que quienes se quieran quedar a vivir en el medio rural puedan hacerlo con todos los derechos cubiertos. Para ello partimos de la base de ofrecer una infraestructuras básicas y unos servicios públicos acordes con los tiempos que vivimos y las necesidades de la población. La despoblación rural es un hecho y atraer nuevos pobladores es complicado, por eso en la medida de nuestras posibilidades debe primar la calidad de vida y la generación de empleo para que nuestros jóvenes, si puede ser, no se vean obligados a dejar su tierra.

–¿Qué grandes proyectos y asignaturas pendientes se han cumplido este año?

–El abastecimiento de agua y el saneamiento. La construcción y puesta en marcha de la estación depuradora de aguas residuales de la Ribera de Bouzas en Alcañices, erradicando los vertidos al río Angueira nos permitirá ahora recuperar el ecosistema, con toda su biodiversidad, de todo el cauce y su entorno hasta Sao Martinho para su destino al ocio verde y de naturaleza como zona de paseo y descanso. Queremos que la “Ruta del Contrabando”, de nueve kilómetros, que ahora nos separan desde Alcañices a Sao Martinho, sean un vínculo de unión. Vecinos y Ayuntamiento trabajamos en ello. Vital ha sido garantizar un suministro de agua potable como se merecen a los vecinos de Vivinera, libre de hierro y manganeso. Hemos perforado un pozo de sondeo que en casos de emergencia podrá abastecer también a la población de la villa.

–Alcañices, aparte de ser la población más grande de Aliste, recibe muchos visitantes. ¿Para cuándo la eliminación de las barreras arquitectónicas?

–Lo antes posible y para ello tenemos contratadas varias actuaciones. En la casa consistorial instalaremos un ascensor para poder acceder a la primera planta donde se están ubicadas todas las oficinas municipales y el salón de plenos. Ya están contratadas las obras a la empresa Zardoya Otis. En la calle de La Herradura, margen derecha de la travesía de la Nacional 122 eliminaremos los peldaños de la acera para que sea posible circular con sillas de ruedas.

–Renovarse o morir. En una zona agroganadera más aún.

–Cierto. Las partijas de herencia de padres a hijos, muchas veces entre familias numerosas, han dado lugar a reinos de minifundios que hacen inviable la práctica de la agricultura y de la ganadería. Agricultores y ganaderos nos lo pidieron y desde el Ayuntamiento hemos promovido las concentraciones parcelarias de iniciativa privada para Alcañices y Vivinera, que van a buen ritmo, aunque se han retrasado un poco por la declaración de impacto ambiental. El Consistorio ha financiado los estudios técnicos previos y eso facilita las cosas y acorta los tiempos: concentraciones que antaño tardaban treinta años ahora se ejecutan en seis. Alcorcillo ya la tiene y están encantados con las fincas de remplazo.

– El barrio del Alto la Atalaya poco a poco se va convirtiendo en una zona vital de ocio, de servicios y para el descanso.

– Así es. Al ser una zona periurbana con muchos espacios libres allí están el colegio de educación infantil y primaria Virgen de la Salud y el instituto Aliste, el pabellón cubierto, frontón y piscina municipal. El pasado año habilitamos la piscina de chapoteo para los niños y una pista pádel, que han tenido muy buena acogida, así como el área para autocaravanas. Ahora vamos a afrontar la creación de un área de recreo junto a las piscinas con mesas y bancos, un merendero y zonas ajardinadas. Renovaremos el pavimento del entorno y además se dotaremos de una capa de rodadura nueva a la calle que va desde la estación al albergue de peregrinos, así como la zona de acceso y plaza delantera del Centro de Salud de Aliste.

–¿Qué actuaciones se prevén en los pueblos anejos?

–Nuestro objetivo es seguir actuando y mantener al día infraestructuras básicas y servicios. Aparte estamos trabajando en la dotación de parques biosaludables a los pueblos. En Vivinera hemos finalizado el asfaltado del Camino de la Villa hasta la Raya con Alcañices y vamos a habilitarles un cancha de tenis en la zona de la Casa del Cazador. En Alcorcillo culminaremos la mejora del centro social y el recambio de las últimas tuberías de uralita por polietileno. En Santa Ana tras mejorar el abastecimiento con el nuevo pozo de sondeo vamos a pavimentar una calle cercana a las escuelas. Una de nuestras asignaturas pendientes es lograr una buena cobertura de internet y telefonía móvil para Santa Ana.

–Sin carreteras no hay progreso. ¿Cómo está el presente y futuro de la conversión de la Nacional 122 en autovía?

–Se están dando pasos, pero demasiado lentos. El tráfico, muy en particular de vehículos pesados de gran tonelaje, va cada día a más y el firme en algunos tramos está muy deteriorado y circular es bastante peligroso. La carretera Nacional 122 de Zamora y San Martín del Pedroso puede y debe de convertirse ya en autovía para garantizar el tránsito y la seguridad vial por Aliste, Alba y Tierra del Pan y ofrecer las mismas prestaciones que la autopista trasmontana de Quintanilha hasta el litoral Atlántico en Oporto. No se trata de un asunto político, de PP y de PSOE, hay que remar todos en la misma dirección, es una cuestión de Estado, de vida o muerte, donde por desgracia hay muchos siniestros mortales y los más perjudicados somos los alistanos y trasmontanos que circulamos todos los días por la N-122.

–¿Por lo menos el proyecto técnico ya está listo?

–Así es. Parece ser que la primera actuación será en el Monte Pedroso, de San Martín al nuevo puente internacional sobre el río Manzanas. La segunda fase sería la el tramo de Vivinera a Quintanilha por Sejas y Trabazos y se empezaría por la variante de Alcañices. Nosotros de momento ya hemos recibido el documento técnico y ya está marcado su trazado. Sacar el tráfico de Alcañices por Sahú, la Atalaya y el Alto la Quinta hasta el cruce de Alcorcillo, tendrá un coste de 38 millones de euros.

–Capital alistana y trasmontana, y más aún en verano.

–Alcañices recibe cada día muchos visitantes que pueden disfrutar de nuestra gastronomía, del comercio local y ahora también de le muestra de arte sacro “Salus: la iglesia en Aliste y Alba” en el Santuario de la Virgen de la Salud.

–Las de San Roque y la Asunción ha sido históricamente un ejemplo de fiestas internacionales entre dos países.

–Aliste y Tras os Montes, pueblos y vecinos, hemos estado siempre muy unidos en romerías con La Luz, La Salud y La Riberiña, a nivel religioso, social y comercial; incluso en los tiempos del contrabando. A los trasmontanos siempre les ha gustado venir a disfrutar de los festejos alcañizanos y muy en particular de los taurinos. Hemos elaborado un programa para todos los gustos y edades y quiero agradecer la extraordinaria labor de la comisión de fiestas, asociaciones “Amigos de Alcañices” y “Gigantillas”, peñas, voluntarios de Protección Civil y fuerzas de seguridad. Agradecimiento que extiendo a cuantos particulares y empresas colaboran de una u otra manera, a vecinos, emigrantes y visitantes. Alcañices es una Villa acogedora y recibirá con los brazos abiertos a cuantos quieran visitarnos y compartir y disfrutar con nosotros de las fiestas patronales de san Roque y la Virgen de la Asunción.