La Opinión de Zamora

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Sergio Rodríguez López-Ros | Pregonero de las fiestas de San Roque y la Virgen de la Asunción de Alcañices
Sergio Rodríguez López-Ros Pregonero de las fiestas de San Roque y la Virgen de la Asunción de Alcañices

“Aliste tiene potencialidades para progresar, pero hay que pasar de los dichos a los hechos”

“En 1492 en Alcañices el 10% de la poblacion era judía y en sus manos estaba el comercio y la produccion especializada”

Sergio Rodríguez López Ros JOSE LUIS FERNANDEZ

Sergio Rodríguez López-Ros nació el 21 de diciembre de 1970 en el seno de una familia alistana de Alcañices. Doctor en Filosofía por la Universidad Ramón Lull y graduado en Comunicación por la Universidad Autónoma de Barcelona, entre 2012 y 2019 fue Director del Instituto Cervantes en Roma y en Milán. Tras desarrollar su labor en las embajadas de España en Italia, San Marino, Albania y Malta, es vicerrector de la Universidad Abad Oliva de Barcelona y académico por Zamora de la Real Academia de la Historia. Mañana será el pregonero de las fiestas patronales de Alcañices.

–¿Qué supone para usted ser pregonero de San Roque y la Virgen de la Asunción?

–Una alegría para mi familia y un honor para mí. Todo es servicio, pero en este caso es especial, que ni pretendía ni esperaba. La presencia de familiares y amigos y el recuerdo de los que lo seguirán desde el cielo, lo hará emocionante.

–Háblenos de sus orígenes alistanos en “La Raya”.

–Nuestra familia llegó en el siglo XVIII desde Portugal. Nuestro bisabuelo José Rodríguez fue declarado Benemérito de la Patria por su participación en la Guerra de África y en la Guerra Carlista,.

–¿Qué es y significa Aliste para Sergio Rodríguez?

–Es el espacio de referencia de mi familia y uno de los lugares de España con un paisaje más fascinante, una historia más desconocida y un acervo mejor conservado gracias a unas gentes sacrificadas y solidarias; mi infancia son recuerdos de una casa alistana. Por la de mis abuelos en Barcelona pasaban todo el año muchos alistanos. Mi padre incluso invitó a su boda a muchos de ellos que ni siquiera conocía. En los reencuentros familiares escuchaba relatos de unos tiempos míticos. En ellos participaban mi tía Raquel Romero Sánchez y mis familiares Luisa Muñoz Vaquero. En Barcelona teníamos de vecinos a los Ramos (Cotovi), los Rodríguez (Tocó) y a la familia de Marciano Santiago, el diseñador y publicista. Nos veíamos durante el año con mis tías Antonia, Luisa, Chon (casada con el pintor Carlos Las Heras) y Luz tan comprometidas con Aliste. Y a casa venían los Munhoz de Brasil.

–Por valores propios que no sea. Vamos hasta sobrados.

– Aliste tiene grandes potencialidades, pero hay que pasar ya a los hechos. La despoblación, como problema antiguo y complejo, no tiene una solución rápida y simple. No soy yo quien para decir a los demás lo que tienen que hacer, pero si tengo claro lo que personalmente haría, que no es más que poner aquí en práctica lo que en otros ámbitos me han pedido organismos, instituciones y empresas. Hay que fomentar la unidad entre los alistanos, crear una estrategia común frente a las administraciones y saber buscar la complicidad del sector privado. Aliste tiene paisaje y personas, patrimonio natural y cultural, y lo que en el sector privado se le conoce y valora como territorio, sol y viento.

–Tenemos buenas materias primas. Habría que saber aprovecharlas mejor.

–Es el terreno propicio para las renovables, cultivos de alta rentabilidad, zonas logísticas y puertos secos, para la ganadería extensiva, servicios deslocalizados online y para el turismo en sus varias dimensiones, idiomático, religioso, gastronómico, ecológico y cinegético. Para todo ello hacen falta conectividad y comunicaciones, así como incentivos laborales y fiscales. Resulta increíble que la Autovía del Duero aún no esté concluida y que el Corredor del Atlántico no pase por la linea ferroviaria de la Sierra de la Culebra. Sin embargo tengo claro que la principal aliada será la Unión Europea.

La expulsión y la diáspora tras 1492, fue una tragedia para la sociedad española y la ruina para la economía de España

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–¿Cómo era el Alcañices judío?

–La Judería de Alcañices, en el momento de la expulsión, estaba formada por unas 50 personas, un 10% de la población. Conformada entre los siglos XI y XV, con reminiscencias hasta el XVIII, estaba muy en contacto con las juderías de San Pedro de la Nave, Fermoselle y Zamora, aunque también había familias que vivían en Trabazos y Brandilanes. Todo apunta a que existía una judería vieja en torno a la calle de la Obliga y una judería nueva alrededor de la Travesía de Castropete. Tenerías era la zona de trabajo común para el curtido de pieles y telas, que se trenzaban en las orillas del arroyo a la manera de bozas o cuerdas; de ahí el nombre de Rivera de Bozas. Solían exponer sus productos en los poyos junto a las puertas. Tras la expulsión fueron varias las casas de la Judería que remozaron las jambas derechas de sus puertas para ocultar las antiguas mezuzás o sustituirlas por herraduras. En la toponimia actual de Alcañices subsiste desde tiempo inmemorial la llamada Peña de los Judíos que marcó el inicio del camino a pie de salida a Portugal.

–¿Qué significó la expulsión y la diáspora tras 1492?

–Una tragedia para la sociedad española y la ruina para la economía de España. Fueron obligados a exiliarse personas que formaban parte intrínseca de nuestro país. Con ellos también partió buena parte del talento. Y una expropiación injusta de capitales y bienes. La invención, la innovación, la producción especializada, el comercio o la banca estaban en sus manos, porque los judíos dedicaban gran parte del tiempo a estudiar e innovar. De hecho, buena parte del auge de los Países Bajos o la actual Italia radicó en la acogida del talento que España había despreciado. El destino de los judíos alcañizanos fue Portugal, básicamente São Martinho de Angueira, Vimioso, Miranda do Douro, Argozelo, Carção, Chaves y Bragança. Allí se organizaron en torno a un rabino mayor que tenía oidores en cada una de las siete comarcas, el de Trás-os-Montes estaba en la Torre de Moncorvo. Al principio se hacinaron cerca de la frontera, donde aún subsisten toponímicos como Vale das Cabanas o, despectivamente, Campo de Víboras. En Mogadouro, durante muchos años, fueron notables los passadores de judeus.

–¿Quién y qué subsiste de aquel Alcañices judío?

–Las comunidades judías de Aliste se convirtieron progresivamente al cristianismo, si bien continuó un culto criptojudío y se conservaron algunas costumbres. Los sábados encendían las velas, no trabajaban y comían pan ácimo. Por Pésaj estrenaban enseres de cocina nuevos y guardaban el luto a la manera judía. Más allá de los lugares antes citados, resulta curiosa la afinidad entre el bollo maimón y el principal dulce sefardí, que se elaboraba con un cilindro o “maimona”, del que se dice que traída maimón o fortuna. También la falda del vestido alistano tiene reminiscencias de la “giraldeta” o falda de diario sefardí. Vale la pena traer a colación finalmente la Leyenda de Raquel y Ervigio que Jesús Barros rescató en 2014.

–¿Qué le ha llamado más a la atención e ellos?

–Por una parte, en lo positivo, lo reconocida que estaba la comunidad judía, que formaba parte de la realidad cotidiana de Alcañices, con sus arraigadas costumbres, su querencia por la localidad y sus trabajos especializados. En sus manos estaban buena parte de la producción y el comercio de Alcañices, sobre todo de telas y pieles. Por otra parte, en lo negativo, el sistema de delaciones, fruto de envidias y venganzas, que impulsaron buena parte de los procedimientos judiciales: la llamada Cumplicidade de Alcanizes. Resulta también significativo el proceso de la Inquisición de Valladolid a la judía alcañizana Manuela de Monzón en 1702. Nacida en Alcañices en 1639, era hija del judío alcañizano Gabriel de Monzón, cardador y zapatero, como sus tíos Melchor y Antonio. Sus cuatro abuelos eran naturales y vecinos de Alcañices. Sus primos eran el fabricante de tejidos Antonio de Monzón y el zapatero Antonio de Arévalo, todos de Alcañices.

–¿Qué acciones podrían llevarse a cabo para poner en valor ese pasado judío?

–Para mí resulta esencial convertir el pasado en presente e incorporar la judería al relato histórico sobre el patrimonio y los atractivos de Alcañices. Rehabilitar la antigua judería, concluir la reforma de la Rivera de Bozas, convertir la Peña de los Judíos en un símbolo, construir una ruta señalizada de utilidad turística y dignificar el antiguo cementerio judío son esenciales. Me consta que existe ya una idea, de Enrique Ramos, de convertir la Peña de los Judíos en homenaje a la comunidad judía de Alcañices. Sin embargo, sobre el Cortinero de los Muertos, en Vivinera, junto a la frontera con Portugal, no debemos olvidar que los cementerios judíos son inviolables, conforme a la Ley 25/1992, por ello cualquier acción depende de la autorización de la Federación de Comunidades Israelitas de España. Finalmente, gracias al programa de digitalización de la Rothschild Foundation, disponemos de una copia de los fondos documentales sobre los judíos de Alcañices.

–¿Qué realidades concretas puede aportar a Alcañices este descubrimiento?

–Como todo en la vida, las oportunidades son para el que las sabe aprovechar. La judería es uno de los elementos que convierten al Conjunto Histórico de Alcañices en uno de los elementos con mayor potencial turístico de Aliste. Su afortunada protección como BIC en 2006 ha permitido su conservación y es la base para su recuperación. España cuenta con una Red de Juderías única en Europa, cuya promoción a nivel internacional es enorme. Incorporar a ella una recuperada judería de Alcañices, bien señalada y bien interpretada, constituye una oportunidad única. Existen fondos públicos y privados especializados. Aprovecharla o dejarla pasar está en manos de las instituciones y los ciudadanos.

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