La Opinión de Zamora

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El incendio de La Culebra calcinó más de 3.300 hectáreas micológicas

El recién estrenado parque micológico Montes del Noroeste Zamorano pierde una importante producción

Un árbol quemado en el incendio de La Culebra Emilio Fraile

Más de 3.300 hectáreas del parque micológico Montes del Noroeste Zamorano (PMZA-50001) fueron calcinados en el incendio que hace un mes revolvió uno de los pulmones de Zamora. 

En concreto, fue la parte de Río Frío de Aliste la que ha perdido su producción micológica, y que tendrá que “esperar” hasta evaluar la intensidad del incendio, como explica Montserrat Ganado Abad, técnica de proyectos del Micocyl. 

Y es que un quemado rápido tiene diferentes consecuencias que un incendio que haya pasado lentamente, caso en el que habría mayores daños en el suelo y lo que bajo él habita por el prolongado tiempo de exposición. 

En el caso de La Culebra, son setas lo que se esconde bajo el monte. “Si las llamas han pasado poco a poco y el suelo ha cogido temperatura el micelio peligra”, explica la técnica. El micelio es la raíz del hongo, la garantía de que estos vuelvan a salir la temporada siguiente. “Ahora no se sabe esa severidad del incendio ni cómo ha sido en cada sitio”, explica sobre la importancia de un análisis exhaustivo. 

Las especies de árboles que hayan ardido también son determinantes. “Los robles rebrotan después de un incendio”, resume sobre esta especie que abunda en La Culebra y cuyas raíces siguen vivas incluso ante catástrofes como incendios. “Un pino que se ha quemado totalmente no rebrota”, comenta. 

Análisis

Lo que sigue ahora es un análisis del parque micólogico: qué arboles se han quemado y en qué intensidad, copas, pies, raíces. Todo cuenta a la hora de dictar el informe de los daños para actuar en consecuencia. 

“De repente en las zona incendiadas rebrotan las colmenillas (morchellas SP) a lo mejor eso es lo que podríamos ver en los próximos dos años en la zona”, augura la especialista.

Las colmenillas son un tipo de seta adaptada a incendios, y aunque tras las llamas las especies habituales como el boletus o las cantarellas desaparezcan, las colmenillas “se ven favorecidas”. 

Proteger el suelo es el siguiente paso. Tras los incendios la pérdida de capa forestal hace que el terreno quede desprotegido, que ante las lluvias, se expone a perder la fertilidad y a acumular problemas de erosión. 

La zona afectada en Riofrío “va a seguir formando parte del acotado”, explica desde Micocyl, “la gente tendrá que seguir obteniendo su permiso como hasta ahora en caso de que salgan las morchellas”. Una seta muy apreciada por el mercado. “Nos gustaría que ese aprovechamiento micológico lo realicen los vecinos, como hasta ahora, por eso los precios que hay estipulados para el parque favorecen al vecino, porque lo que se quiere es que la recolección comercial la hagan los vecinos”, explica la técnica del Micocyl sobre unas setas que no pueden consumirse crudas porque son tóxicas, pero que pierden su toxicidad cocinadas o deshidratadas.

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