La Opinión de Zamora

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El Sayago del “tío Pascual y la tía Josefa”

Jesús Villar, documentalista y etnógrafo, evoca en el pregón de “La Mayuela” a los hombres y mujeres que dignificaron la tierra sayaguesa

Jesús Villar durante el pregón de “La Mayuela” en la Plaza de Requejo de Bermillo de Sayago. | Lorenzo Ferrero

Nadie como un sayagués de cuna y convicción para entonar los cantos de una tierra áspera y trabajosa, solo posible para hombres y mujeres como el tío Pascual y la tía Josefa guiando un carro repleto de manojos de centeno, tirado por La Morucha y La Garbosa, “dos vacas negras, grandes, lustrosas y muy bien cuidadas”.

Jesús Villar, sayagués de Palazuelo, realizador audiovisual, documentalista, etnógrafo, vigía del legado de nuestros mayores, tenía este año la encomienda de pregonar el verano cultural de “La Mayuela”.

Con la autoridad que le otorgan tantas muestras de afecto, consideración y respeto a su tierra, Villar se recreó en el Sayago de hace unos cuantos años, aquellos veranos “de siegas duras, de mucho sol y poca sombra… Días, de más hambre que pan y mucha abundancia, eso sí, pero de trabajo…”.

Jesús Villar recibe un recuerdo de "La Mayuela" L. F.

Un relato salpicado de localismos, términos y expresiones que dominaban el lenguaje de antaño y que hoy se exhiben como un tesorillo. Aunque hijo de la emigración, Jesús nunca perdió la perspectiva de dónde nació, puede que por eso sus palabras en la Plaza de Requejo de Bermillo calaron hondo en el corazón de cada uno de los sayagueses que le escucharon la noche del sábado. Transmitió “ese orgullo genuino y sano de los sayagueses ‘modorros’ según algunos, empeñados en alcanzar alturas, por qué no, a su manera…”.

Recordó a “esos hombres y mujeres incansables, de piel dura, curtida por el aire y el sol, y manos acostumbradas a quitar las piedras que les estorbaban para sembrar pan, y a levantar con ellas kilómetros y kilómetros de paredes”.

Pregón de Jesús Villar de "La Mayuela" L. F.

Y, como siempre ha sido obsesivo para Jesús en sus escritos y sus trabajos, reconoció el esfuerzo de aquellos hombres y mujeres que “silbaban cantares por las mañanas, desde las copas más altas de los negrillos cuando pelaban la hoja, o que hacía, pues eso, grandes torres con los carros cargados de más paja que espigas”.

Villar se ha caracterizado por escuchar a los sabios sayagueses, hombres y mujeres trabajadores de sol a sol, icono de una comarca hoy castigada por la despoblación y el abandono. Para la historia de Sayago quedan “La siega”, “El serano”, “La fragua”, “La trilla”, “La cena” y la más reciente “La última siega” donde las personas mayores son protagonistas de su propia historia. Después vino “Argusino, 50 años después”, en la conmemoración del 50 aniversario de la desaparición de Argusino de Sayago.

Y la página de sayago.com, una plataforma para los sayagueses de la diáspora que a través de Internet encontraron un lugar de encuentro donde “sentirnos más cerca de los nuestros y de lo nuestro”.

Asistentes al pregón de "La Mayuela" prolnunciado por Jesús Villar L. F.

Volviendo al pregón de “La Mayuela”, hablaba este sayagués de Palazuelo ante hijos, nietos y biznietos “que ahora andamos por aquí y que somos, o deberíamos ser, qué menos, que el fruto y la memoria viva de tanto esfuerzo”.

Sin “carros trajinando roderas por nuestros viejos y gastados caminos”, más bien, y con mucha suerte, “descansando en el silencio de algún pajar”; sin “segadores ni parvas ni trillas en las eras”, Jesús Villar apeló a la “fuerza joven” que con su aliento siga “haciendo latir desde plazas como esta, el corazón de Sayago y los pasajes de nuestra historia…”.

Villar no se olvidó de reconocer el trabajo de “La Mayuela” y de todas las asociaciones que con sus actos “cultivan nuestras esencias y valores”. A quienes aportar su granito de arena en favor de “nuestra cultura, costumbres y tradiciones; a la vez, que nos invitáis a todos con el ejemplo, a seguir trabajando por recuperar y conservar la herencia recibida de nuestros ancestros. Gracias también a los que con vuestra buena jera, ayudáis a mantener fresca y siempre viva la memoria de los que ya no están”.

La velada concluyó con una actuación musical de la banda madrileña de folk “Ursaria” en la misma Plaza de Requejo donde un sayagués exaltó los valores de una tierra y unas gentes cargadas de “voluntad infinita”.

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