La reserva hídriga en los embalses y pantanos de Zamora es un 23% menor que en la media de los últimos diez veranos, unos datos que constatan la reducción del agua disponible en la provincia.

Ricobayo y Ceradilla son los dos embalses con más disminución de sus reservas en la última década: Ricobayo, que fue vaciado el año pasado, aún está lejos de recuperar los niveles de agua habituales de la última década, aunque sí se encuentra en niveles mejores que los del año pasado.

En la actualidad, el embalse se sitúa al 38,9% de su capacidad durante esta última semana de julio, mientras que hace un año solo conseguía acumular el 18,5% de la capacidad total. Aún así, la media de Ricobayo en la última década muestra que el embalse solía acumular un 61% durante la última semana de julio, es decir, en torno a un 40% más de agua.

Por su parte, Cernadilla también ha sufrido un vaciado paulatino desde el año pasado, cuando se encontraba al 50% de su capacidad, que hoy agoniza en tan solo el 10% a penas un año después. La media de capacidad embalsada en Cernadilla en los últimos diez años ha sido del 56%, veranos en los que el embalse sanabrés tenía cinco veces más de agua disponible que este julio. Por su parte, la reserva hídrica española se encuentra al 41,9%.