La villa de Tábara abría ayer miércoles, con una concurrida y animada jornada de puertas abiertas, las nuevas piscinas municipales, una de las infraestructuras más esperadas y deseadas por los tabareses.

En este trágico año de sequía e incendios forestales se da la circunstancia de que el arroyo de el Casal, cauce fluvial más importante de Tábara, no arrancó a correr ni en el invierno.

En la tierra de Tábara hasta ahora sólo prestaba sus servicios la piscina de Moreruela que goza de gran prestigio en los pueblos cercanos situados tanto a uno como a otro lado del río Esla.

Disponer de una zona de baño era, desde hace ya muchos años, uno de los grandes sueños de los tabareses.

La bonanza económica del Ayuntamiento de Tábara, con superávit y remanentes a lo largo de las últimas legislaturas, permitía al consistorio optar por su financiación con fondos propios.

El primer intento llegó siendo alcalde el popular José Ramos San Primitivo. Luego llegó la ley Montoro de sostenibilidad presupuestaria, y frenó en seco la idea al no poder invertirse lo ahorrado. Levantada la prohibición, la Corporación Municipal, ahora presidida por el socialista Antonio Juárez Núñez retomó el proyecto que llega a buen fin.

La iniciativa comenzó a fraguarse el 19 de abril de 2021 en una reunión en la casa consistorial entre la alcaldía y el ingeniero. Para su ubicación se eligió finalmente un terreno municipal en “el sotillo” con un desnivel que va de 765 a 770 metros de altitud sobre el nivel del mar, junto a la carretera ZA-P-2434.

El complejo de ocio se ha situado en la periferia urbana, junto a la carretera de Tábara a Sarracín: concretamente frente a la rotonda del Centro de Salud, en la misma parcela donde ya había una pista de pádel y el depósito de almacenamiento y distribución de agua de Tábara.

Gente del pueblo bañándose en la piscina. | Chany Sebastián

La cual ya disponía de conexión a las redes eléctricas, saneamiento y abastecimiento de agua potable.

El presupuesto base de licitación para su ejecución material, mediante contrata, ascendió a un total de 500.000 euros (adjudicación en 477.950 a la empresa Pinos Verdes), sobre proyecto del ingeniero de caminos, canales y puertos, Manuel Angel Rodríguez Manzano.

Las obras se licitaron por separado: por uno, las piscinas (300.000) y, por otro, los vestuarios (200.000).

La comarca natural la Tierra de Alba es la única que carece aún de piscina

La infraestructura tabaresa cuenta con una piscina para adultos de 25 metros de longitud por 12,5 de ancho y una profundidad variable de 1,5 a 2 metros. La piscina infantil (chapoteo) dispone de 100 metros cuadrados y una profundidad de 50 centímetros. Además de las correspondientes zonas ajardinadas.

Los vestuarios integran una superficie construida de 180 metros cuadrados, de los cuales 162,64 son de superficie útil. El vestuario de mujeres ocupa 49,83 metros cuadrados y una superficie similar el de hombres, con aseos, en cada caso, de 5,60, consigna y ropero de 12,2 y puesto de socorro de 6,44 metros.

En el interior se organizan las diferentes áreas constituyentes de los vestuarios, unidos por un espacio común, la taquilla, zona de control de entrada y salida de bañistas; el recorrido de entrada y salida es asegurada por dos vestíbulos a modo de pasillos paralelos o más bien perpendiculares a la fachada principal de entrada.

Tábara, carente de cauces fluviales importantes (ríos o arroyos con caudal en la época estival para el baño), fue sin embargo la primera localidad de la comarca natural de Aliste, Tábara y Alba (con 31 municipios y 102 pueblos) en contar con piscina en el siglo XX.

Vecinos disfrutando del primer día de piscina. | Chany Sebastián

Ello fue posible, nada más finalizar la Guerra Civil, gracias a la ley del 2 de julio de 1940 para reorganizar la Milicia Nacional, pasando desde entonces a distinguirse la “Milicia del Movimiento” (preliminar) y la “Milicia Universitaria”, a la que accederían todos aquellos jóvenes que cursarán sus estudios universitarios a los que se iba a formar militarmente para el servicio oficial, pudiendo, de esta manera, alcanzar el empleo de alférez de complemento.

Ello dio lugar a la creación del Campamento de Instrucción Preliminar Militar (IPM) de La Folguera en un fértil paraje tabarés situado en la margen izquierda de la carretera Nacional 631, pasado el arrabal de San Lorenzo: finca pública de 2,2 hectáreas atravesadas por los arroyos Folguera y Urri.

El IPM de Tábara fue pionero en España junto a los de Tierz (Huesca), Marbella-La Chapas (Málaga), Ferral de Bernesga (León), Seva (Barcelona), Rota (Cádiz), Granja de San Ildefonso (Segovia) y Santa Cruz- Hora Fita (Tenerife).

Entre sus infraestructuras, todo un adelanto para la época, estaba la primera piscina de la comarca, a la que se uniría luego la del campamento juvenil “San Ignacio de Loyola” de San Pedro de las Herrerías (Aliste). Los militares se fueron hacia 1943 y la piscina cayo en el olvido. Las piscinas de Tábara ofrecen sus servicios no sólo a la Villa sino a otros pueblos cercanos que carecen de este tipo de servicio como Riofrío, Sesnández, Abejera, Ferreruela, Escober, San Martín, Faramontanos o Ferreras.

Aliste cuenta con seis piscinas y dentro de la comarca natural la Tierra de Alba es la única que carece aún de piscina a la espera de la de Carbajales para 2023.